capítulo 48

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María trajo un brownie enorme de chocolate y nueces, con chocolate caliente por encima y tres bolas de vainilla.
—¿Has estado comiendo así desde que estás aquí? —silbó dinah. —Tú no puedes comer esto. Eres diabética, cielo.
—Estoy mucho mejor —dijo ella lanzándose a por el brownie. Necesitaba consuelo, tenía más hambre que Jesús en sus cuarenta días de retiro en el desierto y el chocolate le iba a dar ambas cosas.
—No, camila —dinah  la cogió de la muñeca.
—No te preocupes —hincó la cuchara en el bizcocho. —Estoy muy controlada. Dinah la miró extrañada. Camila nunca se comportaba así.
—¿esa mujer te gusta mucho, verdad? —preguntó inquisitiva entrecerrando los ojos. —Te veo trastornada.
Camila  tragó el brownie y la miró sorprendida por la ligereza con la que dinah  afirmaba las cosas. —Esa mujer me turba —dijo camila hincando otro cucharazo en el postre y mezclando esta vez el bizcocho con la bola de vainilla. —Y me cabrea como nadie.
—La miras como si esperaras algo de élla. Algo que no te da—dijo harry. —Mi perro me mira así cuando estoy comiendo pizza de cuatro quesos.
—No —corrigió dinah  —La miras como estás mirando al brownie, como si quisieras hincarle el diente. ¿Qué te pasa? Te dejo seis días y te conviertes en una vampiresa.
Camila  sonrió para sus adentros. Su amiga no sabía lo cerca que estaba de la verdad esa insinuación.
—Ella es muy guapa —comento harry como quien no quiere la cosa.
—Es su hermana —le informó camila  relamiendo la cuchara. —Se llama taylor
—Un nombre muy bonito —dijo él. —¿Tiene novio? Ella sí que se parece mucho a Megan Fox. —No estoy segura de que tenga novio.
—harry no nos cortes —lo regañó dinah. —¿Te has acostado con lauren? Toma ya. Qué directa era dinah. Camila se atragantó. Se esforzó en coger aire. —Oh Dios mío... —susurró dinah  con una amplia sonrisa de incredulidad. —Lo has hecho... —dinah , no quiero hablar de ello —oscureció la mirada y entonces fue cuando dinah se preocupó.
—¿Qué pasó? ¿Se portó bien?
Harry se tapó los oídos y apretó los ojos con fuerza. No quería escucharlo. —¿Te hizo daño camila ? —la cogió de la cara y la miró fijamente. —Cuéntamelo. —No lo entenderías...
—Cuéntamelo. La primera vez es bastante confusa en cuanto a las sensaciones. Te duele, sientes quemazón... y casi nunca llegas al orgasmo.
¿Ah no? Pensó camila . Ella sí que llegó al orgasmo. Dos veces con élla dentro. Tan adentro que aún podía sentirla en el estómago. —¿Qué? Habla. Soy tu amiga, camila  camila se mordió el labio, un poco avergonzada. —Fue sexo salvaje. No hubo emoción, ni sentimientos, ni confianza ni nada que nos vinculara de algún modo. Sólo sexo.
—Sexo salvaje en tu primera vez. Caramba... ¿Y a ti no te pareció... bien? —preguntó confusa.
—Ya sabes cómo pienso dinah. Mi primera vez tenía que ser especial, con alguien a quien yo quisiera. Con mi verdadera pareja. Quería abrirme para la persoma ideal. —Tienes que dejar de leer a Kika Leypas.
—Lisa Kleypas —la corrigió camila  ahogando una carcajada.
—Bueno, quién sea. Eso lo pensamos todas... ¿sabes? Pero luego descubres que tienes que tirarte a muchos sapos hasta que encuentras a tu príncipe. —¿Qué ha pasado con los besos? —preguntó camila  riéndose. —Estamos en el siglo veinte, cielo. En fin. ¿Te corriste? —Sí —se tapó la cara con las manos avergonzada. —Entonces esa mujer sabe lo que se hace.
Por mucho que lo intentara explicar, su amiga nunca entendería lo que ella había sentido hacía cinco noches con lauren . Terror, miedo, pavor... y luego ardor físico, calor volcánico, las llamas la quemaban, las manos de lauren  la marcaban por todos lados. Hasta que se fundió y luego cuando se despertó era alguien distinta.
Se sentía atorada por todas las preguntas a la que la sometían. Adoraba a dinah  la quería como a una hermana, igual que a harry, y agradecía de corazón que estuvieran con ella, pero estaba cansada y su cabeza se había dividido en dos. Una parte estaba con lauren , intentaba ponerse en contacto con ella. La otra estaba allí, en el salón, intentando hablar con sus amigos. Pero ella estaba partida, porque incluso esa parte quería rozar la mente de la  vaniri6o. Y élla había cerrado la puerta.
Quería descubrir su cuarto y echarse a dormir. Le costó mucho tomar la decisión, pero al final, por su bien y por el de sus amigos, decidió lo más conveniente.
—dinah y harry , miradme —bajó su voz una octava y habló con un tono suave y melódico. — Vais a subir a vuestra habitación y os vais a ir a la cama.
—Nos vamos a ir a la cama —repitieron los dos como zombies.
Inmediatamente se levantaron y subieron las escaleras, obedeciendo las órdenes de camila .
Se quedó sola en la mesa. ¿Cuánto poder tenía? El sólo pensar en ese hecho, hizo que se estremeciera. Apoyada con los codos, hundió la cara entre sus manos y peinó su pelo hacia atrás con los dedos, entrelazándolos finalmente en su nuca y echando la cabeza hacia atrás. —lauren  qué es lo que me estás haciendo... —susurró desesperada.
María entró al salón y recogió el postre que había sobrado. Camila  entró sutilmente en la cabeza de la mujer, y obtuvo imágenes de todo lo que tenía la casa. El garaje, la piscina interior, el gimnasio, las habitaciones, la biblioteca, la planta inferior... Su casa era preciosa.
Se levantó apoyándose en la mesa, y con los hombros caídos se dirigió a su habitación. —la señorita lauren es una  buena mujer  —dijo María en tono conciliador.
Camila se detuvo en la escalera y giró la cabeza para mirarla por encima del hombro.
—Su papá confiaba muchísimo en ella. ¿Sabe qué, señorita camila ? Yo no soy tonta. Desde que conozco a lauren  ella no ha envejecido nunca, al igual que su papá. Nunca me lo quisieron decir, pero yo sé lo que son ustedes. Yo tengo el tercer ojo muy desarrollado —se tocó el entrecejo con una sonrisa. —Sea lo que sean, a mí nunca me han hecho daño, al contrario, me han tratado muy bien y es por eso por lo que les respeto y les aprecio. Yo quise mucho a su papá ¿sabe? y espero ganarme su corazón también. Usted es diferente de sus amigos, es diferente de mí... pero se parece mucho a lauren  Las dos tienen la misma aura poderosa alrededor. Casi los mismos colores. Camila dudaba en confesarse con la mujer, pero la escuchaba con atención y asombro.
—Tiene miedo de lauren , pero sin embargo siente algo muy poderoso por élla. Élla se preocupa por usted señorita.

Almas gemelas (camren G!p adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora