capítulo 81

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—No hagas que me enfurezca, camila. —No me das miedo.
—Deberías temerme. Estoy muy cabreada contigo.
—Pues si esperas oír que lo siento, te van a dar las doce. ¿Tiene Drew la dosis preparada? — preguntó consciente de la frialdad de sus palabras. —Empiezo a tener hambre. —No.
—¿No? —se obligó a mantener el tono de falso control de la situación. De verdad que tenía hambre, pero sólo de ella, y no sólo de su sangre sino también de su cuerpo y de algo más difícil de reconocer. Su... corazón.
—Si tienes hambre ya sabes lo que tienes que hacer, pequeña —le dijo dulcemente. —¿Morder algún cuello? —alzó las cejas, consciente de herirla en su orgullo. —camila  deja de mosquearme y ven aquí —gritó furiosa al imaginarse a camila bebiendo de otro hombre. —Estás herida y me necesitas. —No te necesito. No me da la gana. Sal tú. La línea se quedó silenciosa.
—¿Qué te pasa lauren ? ¿No puedes salir? —sonrió con malicia sintiéndose fuerte para continuar. —Hoy hace demasiado sol ¿verdad? Puede que yo no sea tu cáraid, pero un monstruo como tú no puede ser el mío. Mi pareja —repitió con el mismo tono hiriente que había utilizado él en la habitación— no puede privarme de la luz del sol y lamentablemente, lauren , es una de las cosas que tú me quieres quitar sin dar nada a cambio. Sólo quitas, nunca das. Exiges, nunca pides. Ni siquiera hoy me has podido proteger... No puedes ser mi pareja, no puedo necesitar a alguien como tú.
De repente sintió frío en el corazón. No estaba orgullosa de hablar así, nunca lo estaría, pero se sentía tan enfurecida con élla, tan necesitada de hacerle daño como élla se lo había hecho a ella, que no lo pudo evitar. ¿Se habría sentido mal lauren  al decirle esas horribles cosas después de hacer el amor? Ella sí que se sentía mal por decirle todo aquello.
As se movió violento al presenciar esa conversación. Su nieta tenía el mismo carácter orgulloso que había tenido su hija sinu. A algunos hombres eso les parecía muy sexy, sin embargo, él no desearía jamás estar en la situación de lauren . Habiendo visto la preocupación en los ojos de la orgullosa vaniria, juraría que élla estaba más enamorada de su nieta de lo que deseaba estarlo de nadie.
Lauren  estaba pálida en el interior del auto y agradeció que los cristales estuvieran ahumados. Con un juramento entre dientes, encendió el motor y dio marcha atrás. —Hasta esta noche —se despidió con dureza.
Camila  miró como el coche se alejaba y a la vez se le formaba un nudo en la garganta. Quería ir tras élla y decirle que se quedara. Quería ir tras élla y pegarle y echarla a los lobos. Era todo un mundo de contrariedades y sentimientos turbulentos hacia la  vaniria, pero lo peor de todo, lo que más rabia le daba, era que se daba cuenta de que sentía cosas por élla y que eso la ponía en inferioridad de condiciones. Lauren  tenía el poder de hacerle daño y eso no lo podía consentir. Antes atacaría ella.
As cogió a Noah y a Adam y los cargó como sacos de patatas.
—¿Qué vas a hacer, cariño? —preguntó As una vez montado a los chicos en el coche. Dinah  y harry  salieron al encuentro de Aileen corriendo.
—Taylor  ha sido raptada por Drew en el subterráneo —murmuró drew entre jadeos. —La ha cogido en brazos y se la ha llevado. Ha sido espectacular, no sé porque Taylor  peleaba con él así.
—El pobre estaba aterrado por ella —explicó harry. —Nos ha dicho que nos fuéramos contigo y que descansásemos, que Daanna iría a casa de Caleb. Aileen asintió con la cabeza y miró a As. —Me voy a mi casa.
—Entonces, te enviaré una patrulla de berserkers para que vigilen la zona. Yo iré con ellos. —Gracias, abuelo —le explicó ella, —pero no tienes que cuidar tanto de mí. Ya has visto que me sé valer por mí misma.
—Hoy has ganado tú —contestó él con severidad. —Mañana... nunca se sabe. No te moverás de ahí hasta que esto acabe. En tu casa estarás más segura.
—Esta noche voy a ir a The Ivy, abuelo, contéis conmigo o no. Ya puedes encerrarme donde te dé la gana —lo desafió. —Encontraré el modo de escapar. —No lo harás Aileen.
—Claro que lo haré. No puedes controlarme, llevo demasiado tiempo encarcelada. —¿No lo entiendes? Nos preocupamos por ti.
—Soy adulta. Soy una mujer, aunque tú y Caleb os empeñéis en contradecirme. No voy a esconderme de nadie ¿me entiendes? Soy dueña de mi vida y única juez de mis decisiones. Eso sí que no lo podía negar. Su nieta era una luchadora real. Una guerrera.
—Aileen —la tomó de los hombros. —Esta noche es muy peligrosa. Estarán Víctor y Mikhail allí. ¿Crees que irán acompañados de simples humanos? No. Seguramente lobeznos y nosferátums les acompañen. Habrá una guerra. —Ya he estado en una. —Sí, pero esta vez irán a por ti si te ven. Tú misma has dicho que iban a por Daanna para hacer un cambio. Ella por ti. No se imaginaban que tú pudieras estar aquí con ella y mucho menos que fueras inmune a los rayos del sol. —Ni tan fuerte —dijo orgullosa. —Sí, ni tan fuerte —sonrió su abuelo. —Pero tenías a tu favor el factor sorpresa, cariño. Si te presentas en el restaurante, irán a por ti. Esta noche somos nosotros los que necesitamos el factor sorpresa. Vamos a interceptar a los dos peones y a descubrir qué pretenden hacer con toda esta caza y captura hacia nosotros y, si deseas saberlo, necesitamos que te mantengas al margen, porque si interfieres nos descentrarás.
Aileen apretó la mandíbula y apartó la mirada en un claro gesto de frustración. —Os estorbo —concluyó decepcionada.
—No nos estorbas —la tomó de la barbilla y le acarició el hoyuelo tan característico de su familia. —Simplemente eres algo tan valioso y te has hecho tan importante para nosotros en tan poco tiempo que tememos por ti y lo último que deseamos es que te pase algo. No estamos dispuestos a poner tu vida en peligro, porque no queremos perderte. Yo te quiero. Yo te quiero — confesó con los ojos llenos de cariño y sinceridad. —No quiero que te pase nada ¿entiendes?
Aileen se emocionó y sintió de nuevo ése ya tan familiar en los últimos días, nudo en la garganta.
—Por favor, no confundas nuestra protección con una cárcel—le suplicó.
—No lo hago, abuelo —susurró ella con la voz quebrada. —Pero me siento al margen de todo lo importante, de todo lo vuestro. Desearía que confiarais en mí, que me dejarais participar. Yo necesito vengarme por todo lo que me han hecho... —las lágrimas no le dejaron continuar. As hizo un gesto de dolor con la boca.

Almas gemelas (camren G!p adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora