capítulo 79

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Camila  hizo que todos los cristales cayeran sobre él, descuartizándolo. Dinah y harry  cubrieron a Taylor  en todo momento, pero la sábana negra los tapó a los tres por una orden mental de camila  impidiendo que los rayos del sol alcanzaran a la vaniria y la sangre del Lobezno manchara la piel inocente de sus amigos.
Todo había acabado. Sintiéndose débil de repente, caminó tambaleándose hasta sus amigos y cayó de rodillas ante ellos.
Puso una mano, sobre los bultos que ocultaba la sábana negra. —¿Estáis bien?
—Santo Dios... —suspiró dinah temblando. —camila ... increíble... ha sido... —¿Estás bien, tú? ¿Estás bien? —preguntó Taylor . Camila  miró a la ventana por donde entraba toda la luz perjudicial para la vaniria.
—Quedaos aquí —les ordenó, levantándose ella también. —Ya no hay nadie. Tenemos que desplazarnos hacia un lugar de la casa donde no dé el sol. Voy a echar un vistazo. —Llevadme al subterráneo —sugirió Taylor .
—No, camila . No te vayas, puede ser peligroso —harry quería salir de debajo de la sábana. —No levantes la sábana harry —dijo con cautela. —taylor  puede resultar herida. Ahora vengo. Ya no hay nadie.
Sus instintos así se lo decían. Su sexto sentido resultaba ser un radar demasiado perfecto para no fiarse de él.
Salió de la habitación. Toda la casa estaba iluminada por el sol. Los cristales opacos, habían sido rotos, y ya no había nada que impidiera que la luz del día entrara en aquella mansión.
Salió al jardín. Noah y Adam permanecían con los ojos abiertos, los cuerpos boca arriba. Tenían algo clavado en el cuello. Como unos dardos. Sí. Los había visto antes, en la casa de lauren. Eran inmovilizantes. Pero ellos estaban conscientes.
—¿camila ? Por Odín... —gruñó Noah al verla. —Te han hecho daño. —Créeme, yo les he hecho más.
—¿Dónde están todos? —preguntó Adam con esa voz ronca de barítono.
—Los lobeznos, muertos —arrancó los dardos de los cuellos de los berserkers. —Los demás están en la habitación. Taylor  no puede salir de allí. Está cubierta por una sábana negra, pero si sigue picando el sol de esta manera, pronto empezará a enfermar por la cercanía del sol. Da de lleno en toda la habitación. Hay que llevarla a otro sitio. —No podemos movernos —dijo Noah.
—Lo sé —contestó ella apesadumbrada. —Tendría que haberme cogido una de esas bolsas que ha preparado Drew... Voy a llamar a mi abuelo. Le diré que venga y que traiga remedios para vosotros.
Entró en el Hummer, y cogió el iPhone de su bolso.
—camila  estaba preocupado por ti —dijo As nada más descolgar. —lauren  estaba muy inquieta y no paraba de dar vueltas. Decía que algo no iba bien. Os he estado llamando muchas veces y nadie me cogía el teléfono. Estábamos a punto de coger el coche...
—Abuelo, escúchame —ordenó camila  con un tono que en otras condiciones jamás se hubiera atrevido a emplear con él. —Nos han atacado. Camila  pudo percibir como As se quedaba sin aire. —¿Cómo? Lauren , espera.
—Estamos bien —aclaró camila  antes de que As se volviera loco. —Noah y Adam han sido alcanzados por uno de esos chismes con veneno inmovilizante. Taylor  está cubierta con una sábana negra, han roto todos los cristales de la casa y ahora la voy a llevar al subterráneo.
Tenéis que venir a recoger a Noah y a Adam, ellos no se pueden mover y el veneno tardará en desaparecer si no se trata.
—Voy ahora mismo para allá. ¿Tú estás bien, cariño? —Rápido abuelo. Venían a por alguien y volverán. Colgó el teléfono.
Al momento sintió como su cabeza quería estallar. Se apretó la cabeza con las manos y cerró los ojos con fuerza.
Un muro. Un muro. Tenía que ser un muro.
Sin embargo, la fuerza no desaparecía. Quería derribar su protección, de un modo agresivo y sin inflexiones. Camila  empezó a temblar. No había ninguna duda. Lauren  quería entrar en contacto con ella. Estaba asustada. Aterrorizada, mejor dicho. Pero ella no iba a dejarse amilanar. No, esta vez.
Acababa de hacer desaparecer a siete lobeznos ella sola. Se sentía poderosa, fuerte y... terriblemente dolorida. El hombro le quemaba y el dolor le bajaba por el brazo y le subía hasta el cuello. Sentía el labio partido, palpitando e hinchándose por momentos. Y el pómulo lo sentía abierto. ¿Por qué no cicatrizaba? La sangre. Necesitaba la sangre de lauren .
Lauren  podía hacer que ardiese Troya si le daba la gana, pero no iba a entrar en su cabeza. Nunca más sin su permiso.
—Aguantad un rato más —les dijo agachándose para cogerles las manos. —Voy a por Taylor  y los demás. Hay que esconderlos, por si vuelven.
—Y tú, camila , tú también tienes que esconderte —le recriminó Adam.
—Sí —replicó agotada, —ahora mismo. Cuando mi abuelo os haya recogido y todos estemos más seguros.
Sin decir nada más, volvió a entrar en la casa. Llegó otra vez hasta ellos y los ayudó a levantarse.
La melodía de un móvil desconocido empezó a sonar. Camila  buscó a tientas entre los cuerpos en estado de putrefacción avanzada de los lobeznos. Metió la mano en un tejano y sacó un Nokia plateado.
Número privado.
Camila  descolgó y una voz se oyó al otro lado.
—Todavía estoy esperando tu llamada, memo. ¿Tienes a la hermana? Camila  se puso blanca. Corrió hasta donde estaba harry, puso el manos libres y esperó a que volviera a hablar. —¿Estás ahí, gilipollas?
Camila  asintió con la cabeza e instó a harry a fingir que era el lobezno. —Sí.
—¿Tienes a la chica? —Sí.
—Espero que no le hayas hecho mucho daño. El jefe quiere a la híbrida y la hermana será una buena moneda de cambio. Si la entregamos en mal estado... —Está bien.
—Entonces, te veo esta noche en The Ivy. Tráemela, y acuérdate de drogaría. La vaniria es poderosa y muy importante para el jefe. A las nueve. Y no te retrases. —Sí.
—Ah... se me olvidaba. Ves decente, recuerda que hay hombres poderosos y de etiqueta. No queremos a pordioseros. El hombre colgó.

Almas gemelas (camren G!p adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora