cariño, sino que eres una loba. No lo ibas a soportar... No te gustó verme con ellas. Bien, es natural.
La encantaba verla con los ojos chispeantes de furia, encendida y apasionada. La tomó de la barbilla y la alzó hacia ella.
—Sólo son dos chicas del clan. No hay nada más, sólo son amigas —su voz descendió una octava.
—No, basta ya. Esto —señaló sus cuerpos cercanos— no es natural. Así que no digas que es natural porque no lo es, ¿entiendes? Y además, no me des explicaciones —la voz le temblaba, y la barbilla también. —No las quiero.
—Me quieres sólo para ti. Y yo te quiero sólo para mí. Tienes que acostumbrarte a esa sensación, tienes que aceptar lo que yo despierto en ti. Odín sabe que yo intento aceptar todo lo que tú me haces sentir.
Camila enderezó la espalda y sacó pecho. Iba a echarle en cara todo.
—Me tienes harta, lauren . Bob me ayudó después del trato vejatorio al que tú me sometiste. Él es todo un caballero, casi un amigo. Tengo que agradecerle mucho y tú le trataste mal sólo porque se me acercó y...
—No me hables de él. No me gusta.
—¿Por qué? ¿Por celos o por culpabilidad? Es porque él te recuerda que fuiste un salvaje conmigo, ¿a que sí?
—No lo vas a ver más —la amenazó agarrándole del pelo con no mucha delicadeza. —Ese moscón sólo quiere abrirte de piernas.
—Entonces se parece a ti —replicó ella entrecerrando los ojos. —¿Eso es lo que quieres, verdad? Quieres abrirme de piernas.
Lauren le mantuvo la mirada. La de ella llena de fuego y la de élla, fría y resentida.
—Quiero que me entregues tu cuerpo por propia voluntad. No se trata de abrirte las piernas. Y no hables así, no queda bien en ti. Tú eres toda una dama, no un bruto animal como yo.
Camila sintió como esas palabras la acariciaban y la azotaban a la vez. ¿Qué quería ella? ¿Quería entregarse a élla?
Sí. Por mucho que lo quisiera negar, sabía que sí. Desde hacía cuatro noches su cuerpo llamaba por una liberación, que sólo despertaba y se encendía con élla delante. No sabía muy bien lo que implicaba ser la cáraid de un vanirio, pero su cuerpo reaccionaba por sí solo cuando élla estaba cerca y ella ya no tenía ningún poder sobre los anhelos de su cuerpo.
Al reconocer la verdad se quedó abatida e indefensa como una niña. Y como las niñas se limitó a ser sincera y a hablar con claridad. Toda la furia se esfumó y entonces se sintió vulnerable como nunca. Estaba perdida, había perdido contra él. No podía utilizar más máscaras de indiferencia cuando éstas se rompían a pedazos.
—¿Qué me has hecho, lauren ? Me estoy volviendo loca... ¿Por qué? —exigió saber apoyando la frente en el pecho de lauren en un gesto claro de derrota. —¿Vas a acabar conmigo, verdad?
—No, mi vida—acunó su cara dulcemente con las manos. —No vamos a acabar nada, sino a empezar algo.
—No hablabas mentalmente conmigo desde ayer... ¿Por qué diablos no lo hacías?
—Ya no tenía poder para hablar contigo. Lo agoté en nuestro vuelo. Quería estar contigo ahí arriba, entre las nubes.
Camila tragó saliva y cerró los ojos con fuerza. Nunca le diría lo mal que lo había pasado cuando élla no contestaba a sus súplicas ni lo resentida que estaba por haberla hecho tan vulnerable.
—Sé que fue duro para ti —continuó la vaniria. —Me suplicabas que estuviera contigo, que me necesitabas. No me separaré jamás de ti. Desde ahora, yo estaré dentro de ti y tú de mí. Seremos uno, ángel —la volvió a tirar del pelo, pero esta vez más suavemente. —¿Vas a volver a verlas? —alzó la mirada hacia ella. —¿A quiénes?
—A esas chicas rubias...
—Depende —dijo divertida. —¿Te molestaría?
—Estoy cabreada contigo, lauren bromees. Hace un rato estabas encantado de tener a esas enganchadas a tus brazos. Yo... —apretó con fuerza la mandíbula. Se estaba sincerando con élla pero no podía detener sus palabras. —Creí que me estabas castigando por algo... Creí que te reías de mí... Me sentí... mal —confesó derrumbándose contra ella.
—¿Castigarte? —la obligó a mirarla a los ojos. —No, camila , claro que no. Lauren sacudió la cabeza. Se sentía pérdida e irritado consigo misma. —Dios... camila —sus ojos expresaban desesperación. Élla estaba acostumbrada a mandar. A ordenar. Y nadie le rechistaba, nadie menos ella. —Hago las cosas fatal. Yo quiero que me aceptes, quiero que confíes en mí —le levantó la barbilla y miró sus ojos llorosos. —Ellas no son nada. Me importas tú.
—Entonces deja de tratarme así. Eres una bruta —contestó ella suplicante. —No me gusta que me intimides ni que uses tu fuerza conmigo. No me gusta que me pongas en ridículo como hoy por la noche cuando me sacaste así del pub como si fuera una muñeca sin voz ni voto. No me gusta que me arranques la ropa de ese modo. Me has roto el vestido. —camila ...
—Cállate... No me gusta que no me respetes y que creas en todo momento que sabes lo que es mejor para mí. Ni me gusta que...
—Perdóname —rogó acariciándole la mejilla con los nudillos. —Intentaré controlarme... ¿Y qué hacías tú con ese vestido? —gruñó. —Contoneándote delante de todos los hombres... —¿Contoneándome dices? —siseó arqueando las cejas.
—No puedes ponerte algo así cuando yo no te puedo proteger. Me estabas provocando, a mí y a todos los demás.
—Para que lo sepas, neandertal —presionó su pecho varias veces con el dedo índice, —me puse el vestido para ti. Pensé que te gustaría verme con él. Pero ya veo que no —miró el vestido de Moschino hecho trizas. —Lo has roto —la reprendió con sus ojos lilas. —Eres una animal. —Nunca te pongas nada parecido si yo no estoy contigo.
—Estaba contigo, idiota. Además, tú me lo regalaste. ¿Ves? —alzó los brazos y los dejó caer con gran frustración. —Todo el rato mandando mensajes contradictorios. Si te pone violento que yo me ponga sexy, haberme regalado otra cosa. ¿Te parece mejor un burka?—la empujó malhumorada.
—No. No es eso —le dijo dulcemente. —Me encanta tu cuerpo. Tu figura está hecha para que se luzca —la repasó con ojos hambrientos. —Sólo te pido que te vistas así cuando yo pueda protegerte de todo y de todos. No tenía fuerza ninguna, camila. No entiendes como me siento si no puedo protegerte. Mira lo que me hizo Bob y casi me muero.
—Yo... no sabía qué era lo que te pasaba. No me imaginaba que estabas tan mal —su rostro reflejó sincero arrepentimiento. —Pero te lo merecías por cromañón. —Lo sé, pequeña. Te pido disculpas.
El rostro de lauren era todo un ruego suplicante y hacía esfuerzos por pedir en vez de exigir.
-----------------------------------------------------------alguna vez se han enamorado de una!persona que sientes que solo te utiliza? 😿
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Almas gemelas (camren G!p adaptacion)
FanfictionDel amor al odio no hay más que un mordisco... Lauren, es una mujer atormentada. Una Vaniria intersexual, un ser inmortal creado por los Dioses Escandinavos para proteger a los humanos de aquellos que no han sabido resistirse a la sangre y al poder...