capítulo 78

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Camila miró al primer lobezno que estaba de cuatro patas mirándola a su vez encima de la ventana. Tenía pelo negro en la cara deformada, los ojos rojos y los dientes puntiagudos y amarillos. Ella echó mano a la daga de su padre y se colocó en posición de defensa.
Pensó en lauren . Con el sentido de la responsabilidad y del deber que ella tenía tan arraigado, si le pasaba algo a su hermana, ella no lo superaría. Se echaría la culpa de todo y eso ella no lo permitiría. Lauren llevaba sufriendo más de dos mil años por algo en lo que ella no tuvo nada que ver, por algo que ella no pudo controlar. No quería que lauren sufriera de nuevo, porque su sufrimiento a ella le dolía. Le dolía porque le importaba. Le dolía porque la... quería.
¿Qué estás diciendo? Se reprendió. Apenas la conoces. Sólo hace seis días que ella está en tu vida.
Sí, pero vaya días. Se acordó de un pasaje del diario de su madre sinu.
Me enamoré de eldesde el primer momento en que lo vi. Fue instantáneo y, aunque fueron sólo unos segundos que nuestros ojos cruzaron las miradas, supe que él era para mí. Ahora, con mi hija en brazos, reconozco que hubo momentos muy difíciles entre Alex y yo, pero lo que sentí en esos primeros segundos jamás me engañó. El amor no entiende de tiempo. Cuando llega, llega, y no importa que conozcas a esa persona desde hace cinco años
o de sólo un simple cruce de miradas. Porque el amor es algo tan poderoso que escapa al control del tiempo, simplemente porque es algo que no se puede medir con nada.
-Voy a pelear -contestó finalmente enfocando los ojos de nuevo. -camila , cuidado. -gritó dinah
El lobezno saltó encima de camila , dispuesto a golpearla, pero ella con un movimiento grácil, se apartó y a su vez, cuando éste pasó por delante dándole la espalda, apretó con fuerza el mando del puñal y se lo clavó en la nuca, retorciéndolo luego para cortar la carótida. El lobezno cayó de rodillas y murió desangrado.
Camila miró la hoja de la daga, llena de sangre. Ella lo había matado. Malo o bueno, había quitado una vida.
Dos lobeznos más aparecieron por la ventana y miraron el cuerpo sin vida de su compañero. -La muy puta lo ha matado -dijo el más feo de los dos. Ciertamente todos los lobeznos tenían la desgracia de no sólo ser malos, sino, además de malos, feos y hediondos.
-¿Ésta es la híbrida? Vaya, vaya... Así que está aquí -dijo el más corpulento, pasándose la lengua por los dientes amarillos y desiguales. -Entonces matemos dos pájaros de un tiro. Nos las llevaremos a las dos.
¿A las dos? Camila apretó con más fuerza la daga de alex. En ese momento recordó a su padre, por la noche, practicando con la daga. Su cuerpo musculoso y moreno, haciendo sus ejercicios, moviéndose como una pantera. Unos pasos hacia delante, una voltereta por los aires. Toques secos.
-Siempre toques secos y concisos, cielo -decía su padre mientras ella lo miraba ensimismada. -Recuerda, puntos vitales. Atraviésalos por ahí. El entrecejo, el cuello, las axilas, las ingles, los tobillos y el plexo solar. Clava el puñal en uno de esos lugares. Los engendros de Loki, al menos los lobeznos, mueren si sabes dónde hay que lastimarlos. No son tan fuertes como nosotros.
-Hay que acercarse mucho, para eso, Athair -había dicho ella echándole los brazos para que la cogiera.
-Tú puedes. Eres tan rápida como yo, o más -le besó la mejilla y le sonrió, -porque tu madre corre como una loba.
Camila volvió de su recuerdo, con los ojos brillantes de la emoción.
Los lobeznos la rodearon. Uno de ellos se le echó encima por la espalda, pero ella se agachó y le hizo la cama, haciendo que cayera de espaldas. Con una velocidad inusitada y difícil de percibir incluso para el lobezno, camila clavó su puñal en el plexo del monstruo y este murió casi al instante.
El otro lobezno le dio una patada en la cara y camila cayó de espaldas. Se le desenfocó la visión y un dolor criminal le atravesó la mejilla y el labio. Saboreó el gusto a hierro de su propia sangre. El lobezno se sentó a horcajadas sobre ella, y cogió el puñal de alex .
-¿Así que te gusta jugar duro, eh? -murmuró alzando el puñal para clavárselo.
Camila apartó la cabeza a tiempo y el puñal se clavó en el suelo a un lado de su cara. Entonces cogió las muñecas del lobezno, alzó las piernas hasta pasarle las rodillas por el cuello y lo impulsó hacia atrás, inmovilizándolo. Cogió el puñal y se lo clavó en los testículos, haciendo que el lobezno se desangrara y gritara como un animal. No era uno de los puntos que su padre había dicho, sin embargo, ella sabía que era uno muy importante. Cuatro lobeznos más entraron.
El primero miró la sangre del suelo, y se dio cuenta apesadumbrado de que toda era de los suyos.
Dinah y harry no querían ver más. Se abrazaron mientras cubrían a Taylor y se echaban a llorar. Iban a morir.
Camila sintió que las manos le ardían, le picaban. Hubo una presión fuerte en su entrecejo y de pronto supo lo que tenía que hacer.
Observó el puñal que todavía estaba clavado en la entrepierna del lobezno y con una orden mental lo mandó volar al entrecejo del cuarto lobezno que quedó fulminado en el acto. Corrió hacia él y al mismo tiempo que saltaba para darle una patada en la cara al quinto arrancaba el puñal del cráneo del cuarto y lo lanzaba al corazón del sexto, haciéndolo retorcerse para causar más dolor. Uno de ellos, el quinto, al que le había partido la nariz y sangraba como un descosido, la inmovilizó por la espalda y la mordió en el hombro, desgarrando toda su carne y provocándole una herida profunda.
Camila gritó de dolor con todas sus fuerzas.
-Eres sabrosa -murmuró mientras le laceraba la piel con los dientes.
Gruñendo de rabia e impotencia, miró alrededor de la habitación y observó los cristales de la ventana que yacían en el suelo.
Al momento, dos cristales afilados y acabados en puntas desiguales, salieron volando y se clavaron en las sienes del lobezno que la había mordido, matándolo en el acto. -¿Qué está ocurriendo? -gritaba Taylor nerviosa y aterrada a la vez. Dinah y harry no tenían palabras para explicar lo que camila estaba haciendo. Era increíble. Respirando pesadamente y limpiándose las lágrimas de dolor de los ojos, camila se giró lentamente hasta el séptimo y último lobezno, que la miraba temeroso.
-Me cago en la puta... -escupió intentando infringirse valor a sí mismo. -Eres muy fuerte, zorrita.
Camila no apartaba los ojos de él. Los cristales del suelo se levantaron y levitaron hasta colocarse detrás de camila . Parecía una imagen sacada de Matrix.
El lobezno miró a las tres personas que yacían en el suelo, acurrucadas. Se abalanzó sobre ellos y cogió la manta negra para apartarla del cuerpo de Taylor . -Quémate viva, puta -gritó esperando destapar a Taylor

Almas gemelas (camren G!p adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora