Camila tocó su miembro por primera vez. Era suave, terso, sedoso y fuerte. Palpitaba contra sus dedos y estaba caliente. Tragó saliva y apretó la mandíbula apartando la mano.
—Te libero de eso también ¿de acuerdo? —estaba nerviosa. Necesitaba meditar sobre ellos dos, sobre lo que sentía por ella. ¿Qué venía del hambre? ¿Qué venía realmente de las necesidades de su corazón?
—¿Que tú me liberas? —repitió perdiendo la paciencia por momentos.
—Sí, yo te libero... —hizo aspavientos con las manos. —Mira, no sé por qué estúpida razón el destino ha querido que tú y yo nos encontráramos en esta situación. Desde luego no somos compatibles. Me he acostado contigo... y no tengo palabras para describirlo, pero tú no eres mi pareja.
—No lo sabes —contestó ella cortante.
—Créeme, sé lo suficiente —se esforzó por sonreír. —Quiero darme la oportunidad de conocer a mi verdadera pareja. Quiero que me seduzcan, que... lauren frunció el ceño y golpeó la almohada con el puño. —¿Me estás tomando el pelo, mujer? —su mirada se oscureció. —¿Es que no entiendes lo que has sentido conmigo? Nunca lo vas a sentir con nadie más. —Tú eso no lo sabes...
—Claro que lo sé... Me he acostado con muchas mujeres, camila , y con ninguna he sentido lo que he sentido contigo.
Camila se calló por un momento. No quería sonreír como una tonta por lo que le había dicho lauren y por Dios que no lo haría, no iba a demostrarle lo mucho que le complacía oír eso.
—Al menos tú puedes comparar —en el momento en que pronunció esas palabras se arrepintió. La mirada de lauren se tornó inexpresiva. El rostro pétreo. —Quiero decir...
—Vaya, vaya con la híbrida. Sé perfectamente lo que quieres decir —lauren dio un salto y se levantó de la cama con su espléndida erección y un cabreo de campeonato. Se sentía herida en su orgullo. ¿Cómo podía camila querer comparar lo que ambos habían tenido? Se quedó de pie, mirándola con frialdad. —¿Entonces qué quieres, bonita?
Camila se arrodilló sobre la cama y se tapó con la sábana, se sentía desnuda y no sólo físicamente. Ahora la discusión era fría y fea de verdad.
—Quiero mi independencia, lauren Vivir en mi casa, volver con mis amigos, y recuperar mi vida. Desde ayer por la noche no sé ni siquiera dónde están, si están bien...
—Por eso no te preocupes, taylor está con ellos —dijo seca —Pero me refería a ti y a mí. ¿Qué quieres? —Yo... —Según tus palabras, quieres comparar. No te fías de tus instintos y quieres ver si por ahí está tu verdadero príncipe azul —se cruzó de brazos, espléndido y maravillosamente sexy en su desnudez. —Yo te doy miedo, a mí no me quieres. Eso has dicho.
Camila se sentía fatal al oír sus propias palabras de boca de lauren . Así sonaban crudas, vacías y superficiales.
—Sólo quiero espacio y tiempo—susurró apretando las sábanas contra su pecho. —Todo esto me abruma. Tú me abrumas. Tienes que entender que...
—Lo que entiendo es que quieres probar a otros —siseó con malicia y cortándola— para ver si no te sientes tan abrumada —repitió con sorna. —Hace unas horas me dijiste que no querías que me acercara a ninguna hembra. —Mujer.
—¿Qué se supone que debo hacer ahora? ¿Se supone que soy libre de hacer lo que quiera? ¿Esa es la libertad de la que me hablas? ¿Eso es lo que deseas?
Camila se quedó en silencio y apartó la mirada. Lauren la observaba como si quisiera arrancarle la sábana y demostrarle quién la iba a abrumar de verdad. Pero para su sorpresa relajó los brazos a ambos lados de su cuerpo.
—Te dije que no te iba a obligar a nada —le recordó ella sin ningún tipo de ternura en la voz. — No lo voy a hacer, camila . Cumpliré mi palabra. ¿Quieres espacio? Perfecto, yo te daré espacio. ¿Quieres experimentar? Haz lo que te venga en gana. Tú misma. Pero ¿sabes una cosa? No tienes ni idea de lo que nos vas a hacer, ni idea —se acercó a ella y se inclinó sobre la cama poniendo una mano a cada lado de su cuerpo, arrinconándola. —¿Sabes qué? Yo también voy a probar a ser abrumado por otras —dijo con desprecio, —a lo mejor a ellas no les doy miedo. Si tú tienes derecho, yo también ¿no?
Camila sintió como un puñal en forma de palabras se le clavaban en el corazón y se retorcían haciéndola sangrar. No le gustaba nada oír eso, unos repentinos celos la aguijonearon en carne viva.
—¿Por qué quieres tomar esa decisión? —preguntó intranquilo al ver que a ella le dolían esas palabras. —No lo hagas tan difícil... Te dije que tú ibas a llevar el ritmo de esta relación, podemos ir poco a poco, tú mandas —su voz implicaba ternura y comprensión.
—Hace un momento me has dicho que no tenía elección y que debía obedecerte —se apartó el pelo de la cara y levantó el mentón. —¿En qué quedamos, lauren ?
Aquella chica la sacaba de quicio. Élla sonrió sin que los ojos llegaran a reír. Retorció las sábanas con sus manos para no tener que zarandearla y besarla hasta quitarle ésa idea absurda de la cabeza. Cerró los ojos, frunció los labios y negó con la cabeza, incorporándose de nuevo y alejándose del cuerpo caliente de camila .
—Hablaré con drew. Él nos ayudará con lo de la sangre.
Camila tragó saliva y miró el gesto derrotado de lauren . Por una parte quería rectificar lo dicho sólo para aliviar el dolor de la vaniria pero era su derecho el poder elegir. ¿Por qué no? Ella sería quien eligiera su pareja, no un absurdo juego de sangre y olores. Aun así, se le partía el alma de verla a élla tan triste con la cabeza agachada, caminando de espaldas a ella y dirigiéndose a las escaleras.
—lauren , escúchame...
—No —se giró hacia ella apoyándose en el reposa manos de la escalera. —Quieres tu espacio, eso me has dicho. Quieres pensar y no lo podrás hacer conmigo dentro de tu mente, así que te lo digo ya. No hablaré contigo mentalmente. No me busques. —Pero...
—camila —sus palabras eran bruscas y afiladas, —déjame obedecer tus órdenes. Te lo debo, me has salvado la vida ¿verdad? Deseas tener tu oportunidad, ser dueña de tus propias elecciones. Has elegido alejarte de mí y eso vas a hacer. Tienes que ser consecuente con lo que deseas y yo quiero que comprendas lo que hay entre tú y yo. Considéralo tu regalo de cumpleaños, la libertad. Pero te advierto: luego no me vengas llorando.
Camila tensó los hombros. ¿Qué no le fuera llorando? ¿Qué no le fuera llorando? Era una borde presuntuosa...
—Tranquila —replicó ella orgullosa y sarcástica. —Intentaré no arrastrarme ante ti, chula arrogante.
—Esto no va a ser agradable, camila —sonrió divertida ante el insulto. —Te lo vuelvo a preguntar: ¿estás segura de que quieres que te deje en paz?
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Almas gemelas (camren G!p adaptacion)
FanfictionDel amor al odio no hay más que un mordisco... Lauren, es una mujer atormentada. Una Vaniria intersexual, un ser inmortal creado por los Dioses Escandinavos para proteger a los humanos de aquellos que no han sabido resistirse a la sangre y al poder...