capítulo 75

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—No, no hablo en serio. Aunque no lo creas —se serenó, —estoy asustada de todo lo que te rodea. Pero no te tengo miedo, ahora que sé que eres tú, mi loca corrupta, compañera de juegos y aventuras. Sigues siendo mi persona favorita, camila . —¿Entonces, no te doy miedo? Antes sí que me temías... —Antes estaba completamente desquiciada. Entiéndeme, ayer me atacó un perro que se levantaba sobre las patas traseras, más alto y feo que Cuasimodo y encima con la rabia. ¿Qué esperabas? —alzó las cejas.
Camila  intentó aguantarse la carcajada que le nacía en la garganta, pero no lo pudo evitar y se echó a reír con ella. Cuando se calmaron, dinah  pegó su frente a la de ella.
—Escúchame bien. Te conozco desde que éramos unos renacuajos. Tienes que contar conmigo siempre. Puedes hacerlo. Todavía no sé cómo le irá a mi mente saber que existen estos... vanirios y demás... pero si tú estás bien y sigues siendo la misma, yo estaré a tu lado. —Gracias, dinah  —murmuró camila .
—Pase lo que pase, estés donde estés, para siempre tú serás mi hermana del alma —susurró dinah  tragándose las lágrimas.
—Pase lo que pase, estés donde estés —camila  abarcó la mejilla de dinah  con la mano, —para siempre tú serás mi hermana del alma.
Salió sin pensar. Instintivamente. Dinah  y camila  se acercaron a la vez y se dieron un casto, pero hermoso beso vinculante en los labios. Taylor  que estaba viendo aquella imagen tierna, sintió que la piel se le erizaba y se apartó de la pared para acercarse a ellas.
—¿Dónde habéis aprendido eso? —preguntó con los ojos iluminados.
Camila  y dinah  sonrieron con complicidad y se abrazaron. Luego se apartaron y se encogieron de hombros.
—No sé, me ha parecido lo correcto —contestó dinah  echándose el pelo hacia atrás. —¿Nunca antes lo habíais hecho?
—¿Darnos besos? Sí, son piquitos de amigas —contestó camila  sonriendo.
—No —replicó taylor  —Lo que habéis hecho aquí y ahora es un juramento antiguo. Lo hacían las sacerdotisas, las vírgenes de los oráculos, cuando se recibía o se nombraba a alguien nuevo en la hermandad. El juramento piuthar(de hermana). El juramento de las hermanas —explicó sorprendida. —¿De dónde lo has aprendido, dinah ?
Dinah frunció el ceño. Tenía razón ¿De dónde le había salido eso? —No lo sé —contestó aturdida. —Me salió así. —Ya. Te salió así —repitió taylor  inconforme. La vaniria se cruzó de brazos y repasó a dinero  de arriba abajo. Camila  también miró a dinah  con curiosidad.
—Ha sido una coincidencia, eso es todo —dijo la chica quitándole hierro al asunto. —Vamos camila , tienes algo que contarle a harry antes de que se nos quede vegetal e inservible con vuestras artimañas mentalistas. —¿Que le cuente todo?
—Sí —dinah  la cogió de la mano y tiró de ella. —O se lo cuentas tú o lo hago yo. Y créeme que mi versión no le va a gustar nada. Además, harry  hizo un crédito de dioses mitológicos, no sé si lo recuerdas —tiró de ella. —Cuando le digas que son reales, le va a dar un pasmo.
—¿Y si me rechaza?
—¿Eres tonta? Yo no lo he hecho, porque te quiero. Y él te adora. Con esas palabras, salieron de la habitación guiadas por taylor . En el salón, sentado en la barra americana y tomándose un cocktail, estaba harry con la mirada un poco perdida.
Camila  se acercó a él y se sentó a su lado. Dinah  hizo lo mismo.
—Taylor —dijo ca. —Quiero que harry  lo recuerde todo —exigió con dulzura mirando a su amigo.
—¿Seguro? —preguntó la vaniria. —Sí. Enséñame.
—Está bien —se colocó detrás de ella. —Es sencillo. Concéntrate en su entrecejo —camila  obedeció. —La mente adapta formas en su interior. Cuando uno no quiere que se la lean, el que intenta interceder en ella se encuentra con n muro. Cuando uno quiere confundir al intruso, el intruso verá niebla, bruma o incluso un laberinto en el que si se es muy hábil el intruso se acaba perdiendo y no sale de él hasta que tú lo decides, con lo cual se tornan las cosas. En el caso de harry—puso su blanca y elegante mano sobre la nuca del chico, —se le ha hecho un pequeño borrado. En realidad, los recuerdos siguen ahí, en algún lugar, pero están bajo llave. Te encontrarás con una puerta cerrada. Para abrirle los recuerdos tienes que visualizar una llave maestra, una que abra todas las cerraduras. Ahora concéntrate.
Camila  dirigió los ojos lilas al entrecejo de su amigo, que la miraba extrañado. Entró en su mente con mucha facilidad. Al principio, todo era oscuro. Luego se materializó un pasillo donde se reflejaban varias imágenes de su vida, como diapositivas. Algunas en movimiento, otras congeladas. Camila  no podía percibir nada emocional, sólo se limitaba a observar y a vagar por la mente de su mejor amigo. Había imágenes de ella y de dinah , de la Universidad, de sus padres, del día en que casi se mata en un accidente de moto... y al final del pasillo, de repente, se iluminó algo. Era una puerta cerrada. Camila  se concentró en la cerradura y visualizó una llave maestra, que entraba en la cerradura y abría la puerta.
Camila  se echó hacia atrás y dejó que las imágenes salieran. —Sal de ahí, camila —ordenó taylor .
Camila  salió de la cabeza de harry y cuando volvió a focalizar la mirada, harry la observaba con las pupilas dilatadas y la mandíbula pétrea.
El joven miró a dinah  y frunció el ceño. Saltó de la butaca y le levantó la camiseta. Entonces abrió los ojos y su rostro palideció. —Jesús... Pasó en realidad —murmuró. —harry—le dijo dinah  poniéndole la mano en la mejilla. —¿Te encuentras bien? —preguntó camila  con inseguridad. —¿Que si me encuentro bien? —repitió furioso. —¿Qué fue lo que sucedió ayer por la noche? ¿Qué eran esas cosas con colmillos y pelo en la cara?— apartó la mano de dinah . Zarandeó a camila  y luego la abrazó. —Dios, camila ... dinah... —la abrazó a ella también y las apretó a ambas contra él. —Estáis bien... me siento raro. Camila  asintió.
—Tengo algo que contarte.
Y procedió como había hecho con dinah . Harry tuvo que sentarse en la silla para no caerse de bruces. Después de gritar a camila  y encararse con Taylor  por lo que le había hecho, intentó serenarse dando un trago largo de la botella de whisky de la vitrina. Se secó la boca con la manga, dejó la botella y tomó a camila  de la mandíbula. —Si esto es una broma, te mato —le dijo rabioso. — No es ninguna broma —replicó ella.

Almas gemelas (camren G!p adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora