nos alcanzan, tendremos que ser bólidos para inyectarnos éstas de aquí o ingerir éstas otras — miró las pastillas y las jeringas.
—¿Efectos secundarios? —preguntó lauren tomando la jeringuilla.
—Bueno —sonrió wes—después de la guerra necesitarás desahogarte o te dolerán tanto los huevos que no podrás sentarte. El veneno sale del cuerpo cuando las glándulas apocrinas que segregan el sudor se ponen en funcionamiento. La ansiedad y el dolor que sentiremos sólo se verán calmadas a través de la estimulación sexual. Pero ninguno de nosotros tiene problemas para encontrar a una hembra dispuesta —sonrió con vehemencia. —Sólo que no podremos conformarnos con una.
As y drew se rieron abiertamente. Camila sintió que su corazón era pasto del dolor y de la ira. Lauren iba a querer a más de una si se inyectaba eso. Y puesto que ella le había dicho que no era suficiente mujer, seguro que ella no iba a hacerle falta.
Lauren la miró desafiante, y parecía que se burlaba de ella con la mirada. Camila apartó los ojos con resentimiento.
—¿Qué hay dentro de las jeringas exactamente? —volvió a preguntar lauren
—Latrodectus mactans mezclado con metanfetamina, veneno de la viuda negra con un poco de droga. Si no nos inyectamos esto, probablemente nos caigamos desplomados al momento que una de estas preciosidades —cogió una bala— nos atraviese la piel.
—Está bien, drew. Prepara una bolsa de éstas para todos los guerreros berserkers y vanirios — ordenó lauren pasándose la mano por el pelo negro. —¿Alguna cosa más que debamos saber? — Por mi parte eso es todo.
—¿Y qué hay de lo que has obtenido tú del disco duro? —As pasó el brazo por los hombros de camila y la abrazó con posesividad.
Lauren gruñó. Mía. Agitó la cabeza intentando alejar aquellos pensamientos posesivos y se dispuso a hablar.
—La empresa tiene una intranet conectada únicamente para ellos —explicó mirándola de reojo. —He obtenido códigos de acceso, passwords para entrar en la base de datos...
Camila se cruzó de brazos y apoyó la cabeza sobre el hombro de As, gesto que agradó sobremanera al berserker. Mientras lauren explicaba cómo había asaltado el sistema de seguridad de Newscientists y había adquirido todos los emails enviados y recibidos entre toda la corporación, camila pensaba en lo mucho que le dolía el pecho.
Ésa misma noche había hecho el amor y había sido increíble. Se había sentido poderosa, hermosa... adorada. Miró las manos de la vaniria, que gesticulaban abiertamente. Esos dedos habían estado dentro de ella y habían agarrado sus nalgas para acompasarla a sus movimientos, la habían acariciado con una reverencia exquisita. Los labios de lauren habían repasado su cuerpo, besado y mordido... y sus ojos de aquel verde tan intenso la habían amado y admirado sin reservas. ¿Y ahora?
Lauren exigía una relación con ella, la exigía a ella al doscientos por ciento, cuando camila nunca había estado atada a nadie. La vaniria la quería a su lado, y no sólo las veinticuatro horas del día, sino para toda la eternidad. Y después de eso, de demandarle todas esas cosas... la había vapuleado, y todo porque lo había ofendido con su negativa a ceder.
Era normal que camila se asustara. Aunque su naturaleza híbrida le había enseñado a sobrellevar lo de la sangre de un modo natural, había cosas a las que no era fácil acostumbrarse. Desde que había tomado de su cuello, no había pensado más en lo que había hecho. Es más, estaba deseando volver a hacerlo. Miró los cuellos fuertes y bronceados de drew y wes, incluso el de su abuelo. La más absoluta indiferencia para ellos. Sin embargo, era mirar la yugular de lauren
, su piel, sus músculos, sus ojos, oír su voz y, de repente, los colmillos le volvían a hormiguear.
Lauren era toda una sorpresa para ella. Ella misma era toda una sorpresa para su propia conciencia. Los tres vanirios también lo eran.
Beber de la sangre de lauren no sólo la había confortado sino que además le había revelado información sobre el resto de vanirios.
Drew era el médico, el cirujano, se había aficionado a las artes sanadoras. Wes era el druida por excelencia. Por lo visto tenía gran poder. Y laureb era la guerrera más temida, la líder respetada.
Taylor era toda una incógnita. La protegían como si fuera algo muy valioso para ellos. La mujer sabía luchar, pero su figura era muy especial en el clan. ¿Por qué?
Drew tenía hospitales y clínicas. Un buen cirujano, un buen sanador, eso es lo que era.
Wes era dueño de dos centros de investigación para la energía alternativa y propietario de centros de orientación espiritual.
Y lauren se había vuelto millonaria gracias al boom de la informática. No sólo era fuerte y un excelente luchadora, sino que además era todo un cerebrito. Había trabajado en Microsoft, ideado programas para protección de datos y élla había sido uno de los precursores de las páginas web. Tenía una empresa privada que vendía indistintamente a Apple y a Microsoft, ideando todo tipo de programas. De ahí que pudiera hacer virguerías con el Pen Drive que había conseguido camila . Era la mejor hacker del mundo, no había nadie que tuviera más experiencia que élla.
Lauren seguía hablando, explicando qué tipos de emails había encontrado y descodificado. Había vídeos de toda índole, grabaciones en directo de las operaciones a las que eran sometidas las especies que capturaban.
—Había un enlace oculto con un vídeo de sinu y de alex —masculló lauren entre dientes. — Incluso en los archivos personales de la cuenta de simon encontré vídeos de mila —informó sin mirarla, como si ella no existiera. —Su crecimiento, su progresión conforme iba cumpliendo años. Os aseguro que no hay nombre para definir lo que esos desalmados hacen con todos nosotros. Han cogido a muchos y creo que algunos siguen con vida todavía. Hay que localizarlos, coger al cerdo de simon y averiguar dónde se encuentran para liberarlos.
Camila palideció al oír eso. Si ella había estado en su cabeza, ¿cómo había hecho la vaniria para ocultarle esa información? ¿Por qué no le había dicho nada? Sintió un chispazo dentro del estómago y luego como un sudor frío recorría toda su piel. Lo vio todo rojo. Eso quería decir que entre cáraids no había una confianza mental total, no al menos entre ellos dos porque como élla bien le había dicho, a lo mejor ella no era su cáraid ¿Por qué lauren se había guardado eso? «Me he abierto a ti con todas las consecuencias, no quería reservarme nada. Quiero que me conozcas.»
Mentiroso. Se trataba de sus padres, de ella y de todos los demás. Habían tenido suficiente intimidad como para que ella le hubiera dicho todo lo descubierto, pero no para qué. Era mejor desahogarse con su cuerpo, follarla y beber de ella, no era necesario hacerla partícipe de nada. Élla había utilizado su cuerpo y por lo visto sólo compartido lo que le interesaba. Estaba decepcionada con élla y consigo misma por permitirse pensar que había algo un poco mejor que eso entre ellos. Élla había podido saquearla telepáticamente entrando en sus lugares más recónditos y viendo hasta los detalles más vergonzosos de su vida. Y élla podía reservarse lo que quisiera. No era justo.
Quería estrangularlo con sus propias manos, pero sobre todo quería aprender a bloquear su mente para que él no volviera a entrar nunca más. Explotar todo su potencial para saber defenderse no sólo de élla, sino de aquellos que querían hacerle daño. Se sentía estúpida y utilizada.
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Almas gemelas (camren G!p adaptacion)
Fiksi PenggemarDel amor al odio no hay más que un mordisco... Lauren, es una mujer atormentada. Una Vaniria intersexual, un ser inmortal creado por los Dioses Escandinavos para proteger a los humanos de aquellos que no han sabido resistirse a la sangre y al poder...