EL TÓTEM estaba más silencioso que nunca. No corría viento alguno y todo lo que la rodeaba se sumía en la calma y la inmovilidad de la expectación. Arboles, plantas y animales la cercaban como esperando ver algo nuevo. Ella los sentía, los podía oír. Un ciervo por allí, un jabalí por allá... Una liebre escapando de un lobo y ocultándose en una madriguera.
Camila sabía qué estaba haciendo allí. No sólo deseaba encontrar la paz. No, no era eso. Sentada y apoyada en aquel monumento al dios lobo, mientras arrancaba los pétalos de una florecita silvestre, meditaba sobre la verdadera razón por la que ella estaba allí.
Esperaba que lauren la observara como hizo el día anterior. Esperaba que élla estuviese vigilándola.
Decepcionada, y sin querer ahondar en el porqué de su decepción, después de tanto esperar se levantó, se espolvoreó los pantalones ajustados y se dispuso a regresar a la casa. —camila .
Cuando ella escuchó aquella voz melódica y profunda, el corazón se le agitó como una maraca. Exhaló intentando controlar el aire abrupto de sus pulmones y miró al frente.
Cubierta con una capucha procedente de su chaqueta de piel negra, vistiendo unos pantalones téjanos negros y calzando unas botas negras lauren la miraba de arriba abajo. Con las manos metidas en los bolsillos, de pie, impertérrita e inquebrantable, ocupando todo el espacio y robando todo el aire del lugar.
Camila estaba muy bonita. Llevaba unas botas de montaña altas y desabrochadas que llegaban por debajo de las rodillas, unos téjanos cortos que se le amoldaban perfectamente al trasero y una camiseta blanca y ajustada de manga corta. Un pañuelo negro de seda le rodeaba el cuello y los extremos caían hasta cubrir la altura de los pechos. Tenía el pelo sujeto a una cinta de cuero marrón muy fina que impedía que los mechones se voltearan hasta su cara. Sus mejillas habían adquirido un tono rosado y se había pintado los labios de color carne que al ser morena daba más calidez y naturalidad de la que ya tenía a su rostro. Se había delineado los ojos con Kohl negro.
Su mirada violácea se clavó en la verdosa de él. Permanecieron mirándose, evaluándose unos instantes que parecieron íntimos y eternos.
—Has llegado más pronto —le dijo ella con un hilo de voz. —Otra vez.
Habían acordado que se reunirían a las cinco. Quedaba una hora y lauren ya estaba en Wolverhampton. Con ella. A solas.
Camila tragó saliva y se pasó una mano por el cuello para echar la melena en un gesto femenino hacia atrás.
Lauren sintió cómo la ingle se le tensaba.
—El sol todavía está en lo alto —dijo ella controlando sin éxito el temblor de su voz. —¿Cómo puedes salir?
—Voy muy cubierto. Los cristales de nuestros coches están ahumados, llevo protección de 50 y además está muy nublado —contestó sin apartar los ojos de su boca.
Hablaban a cuatro metros de distancia. Ella no estaba segura de acercarse y élla no estaba segura de lo que haría si se acercaba a ella.
—Lo de la protección era una broma—dijo élla con un gesto de diversión. —Estamos en una zona que se llama Black Country —explicó élla dando un paso hacia ella y parándose al instante. —El País Negro.
—¿Has estado estudiando? —le preguntó divertida.
—Internet. Sólo ojeé un poco.
—¿Sabes por qué se llama así? —preguntó dando otro paso hasta ella. Controlaba cada movimiento, evitaba ser brusca y ansiosa. Al menos camila no retrocedía. —No, no lo sé —musitó con la voz ahogada.
Lauren percibió sus nervios, escuchó los latidos de su corazón que corrían acelerados. Acelerados por élla, pensó complacida. Inhaló y se llenó los pulmones de su olor femenino.
—Black Country la forman cuatro comunidades —respondió con calor en la mirada. —Segdley, Dudley, Walsall y Wolverhampton, ubicadas en el centro de Inglaterra, al Noroeste de Birmingham. Aquí nació la primera revolución industrial. Todas las fábricas que hay en esta zona trabajan el acero y la fundición del hierro, y también hay grandes minas. —Eres como la Wikipedia.
Lauren frunció el ceño y echó una pequeña y ronca carcajada.
—Más o menos. Las chimeneas de las fábricas expulsan humos constantemente y han creado sobre el cielo que abarca estas cuatro comunidades una espesa capa de ceniza negra que hace que por el día, el cielo se tina de colores grisáceos y oscuros y que por la noche y al atardecer el cielo se vea rojo. La capa que han creado las chimeneas no deja que el sol filtre como debería —dio dos pasos más y se plantó frente a la joven que la miraba con los ojos muy abiertos, asombrada por lo que escuchaba. —Nos hemos acostumbrado a caminar bajo él. —Por eso vivís aquí —era una afirmación.
—Nuestro clan siempre ha permanecido en estas tierras, en esta zona. Antes de que se erigieran las industrias y las fábricas, el suelo de tierra oscura y los gases que exudaban el interior de las minas ya cubrían estos cielos de un perceptible color ofuscado. A nuestro cutis nos va muy bien —bromeó sin sonreír.
Lauren asintió con la cabeza cuando vio que camila no estaba para bromas. Tenía que dejar de comportarse como una adolescente insegura.
—Y... ¿qué haces aquí? —preguntó ella frotándose los brazos, incómoda. —Quería ver cómo estabas. —¿Cómo sabías que iba a estar aquí? —¿Cómo podría no saber dónde estás? Camila lamiró a los ojos unos instantes, buscando en su mirada la sinceridad de sus palabras. Parecía que decía la verdad y a ella le alegró.
—¿Cómo estás tú? —preguntó ella con timidez. —La espalda tiene que dolerte, pero seguro que cicatrizas rápido.
—Tengo la espalda en carne viva —respondió élla contrito. —Pero, es verdad. Cicatrizo rápido — mintió ella estudiándola.
Camila agachó la mirada y frunció los labios. —No debiste hacerlo.
—No estoy arrepentida —replicó lauren buscándole los ojos. —Cada pinchazo me recuerda lo injust9o que fui contigo, camila . Me lo merezco.
Camila se giró y le dio la espalda. Temía mirarle a sus ojos esmeralda y quedarse hipnotizada por ellos.
—¿Qué haces tú aquí, camila ? —se acercó a ella hasta casi rozarle la espalda. Su voz seductora le ponía los nervios en tensión.
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Almas gemelas (camren G!p adaptacion)
FanfictionDel amor al odio no hay más que un mordisco... Lauren, es una mujer atormentada. Una Vaniria intersexual, un ser inmortal creado por los Dioses Escandinavos para proteger a los humanos de aquellos que no han sabido resistirse a la sangre y al poder...