capítulo 60

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sin llegar a hincarle los colmillos. —Mmm... estás cerca, álainn( bella)—musitó deteniéndose y pasándole la lengua por la yugular. —¿A qué huelo yo para ti? —le preguntó reteniendo los dedos en un punto de su interior. Presionaba, pero no los movía.
Camila frunció el ceño, sin creer que se detuviera, sin quererlo tampoco. Cuando lauren percibió su frustración se limitó a torturarla un poco, moviendo sutilmente los dedos, sacándolos casi por completo y manteniéndolos ahí, acariciándola en círculos.
—A... mango —contestó ella con las pupilas dilatadas y los ojos llenos de pasión. —No, no te detengas —la agarró del cuello y la abrazó. Se abrazó a élla de un modo tan desesperado, que a lauren  el corazón le dio un vuelco.
—¿Ah, sí? ¿A mango? —sonrió. —Ya lo sabía. Sólo quería oírtelo decir.
—Por favor, lauren ... —restregaba sus caderas contra ella, contra sus dedos, contra su erección que crecía más y más. —No puedo parar.
—Lo sé todo de ti ¿sabes? —la tomó de la cintura y la alzó, dándole un ligero beso en los labios y luego tomando un pezón con los dientes. Camila  gimió echando la cabeza hacia atrás. —Agárrate a mis hombros.
Camila se amarró a ella, sosteniéndose contra su cuerpo, mientras lauren  le acariciaba las nalgas con una mano y con la otra dirigía su pene a la entrada de ella que se veía húmeda y brillante. La instó a que descendiera, poco a poco, y la detuvo cuando el glande, rozaba los labios de su portal íntimo.
—Mírame —le ordenó suavemente. Ella obedeció, completamente dócil y vulnerable. —Mi guerrera amazona... —susurró rozando sus labios con los suyos. —Tranquila... déjame a mí, yo te guío... Sé que nunca te ha gustado ningún hombre —empujó unos centímetros el glande dentro de ella y siseó cuando sintió el calor, la humedad y la textura de camila —Mmm... oh joder... qué bien me sientas. Sé que nunca te has dejado tocar por nadie —introdujo unos centímetros más de su erección, y besó sus labios con dulzura. —Sé que te gusté desde que me viste, porque... —unos centímetros más entraban en su interior y camila  la abrazaba como una ventosa— sólo hay... una mujer para ti, Carbaid(caramelo)
—lauren . —gimió ella desesperada clavándole los dedos en los hombros.
—Sí, lauren —repitió él6 introduciendo varios centímetros más en ella. —Esa soy yo, la única a quién perteneces. La única mujer  destinada a pertenecerte —se meció un poco en su interior y sintió cómo camila cerraba los ojos y siseaba entre el dolor y el placer. —Yo —entró un poco más empujando con sus caderas— soy la única que puede hacerte esto, camila Tu cuerpo es mío, tu mente es mía y tu corazón también lo será —de un empujón acabó ensartándola por completo.
Camila  echó la cabeza hacia atrás y lanzó un sollozo. Lauren  la abrazó y la inmovilizó por las caderas, sintiendo como toda ella palpitaba en su interior, como sus músculos luchaban frenéticos por acostumbrarse a élla y escuchando como su corazón latía desbocado por las sensaciones.
Camila  la apretaba, la abrazaba y la cobijaba dentro de sí, sabiendo inequívocamente que ese era su hogar. Agradecida por el recibimiento, acarició sus nalgas sensualmente, deslizó sus manos en una lánguida caricia ascendente por la espalda, el cuello y abarcó su cara con ambas manos, obligándola a inclinarse sobre ella. Seguidamente la besó con todo el ardor del infierno y la dulzura del cielo.
Ella no se había sentido así en la vida. No quería oír hablar a lauren  de posesividad y de pertenencia. Eso la hacía más vulnerable ante ella y ella intentaba conocer el placer fisico y sexual con lauren.
no estaba preparada para nada más. Pero lauren  era una carroñera emocional. Iba a por todas, iba a marcarla como sólo una vaniria podía marcar a su hembra, iba a poseerla a través del sexo. Y ella tenía miedo.
Camila le devolvió el beso con el mismo anhelo volcánico, pero lauren  se apartó entre gemidos. —¿Te hago daño? —preguntó ella rozándole la mejilla con la nariz.
—No... —camila  se apoyó en sus anchos hombros para acomodarse y deslizó las manos por su musculoso pecho. —Es sólo que... eres... eres muy grande, lauren  —murmuró mirándole directamente a los ojos.
Camila  sintió como la vaniria se enorgullecía de sus palabras. Sí,lauren deseaba oír eso de su boca. Ella pasó su lengua por el labio inferior de camila luego lo mordió ligeramente para seguir acariciándolo.
—Pero encajo en ti perfectamente —susurró con la voz grave. Deslizó sus manos de nuevo acariciando todo su cuerpo y las dejó en sus nalgas, apretándolas ligeramente y acercándola más a ella. Se movió delicadamente para que ella notara hasta donde estaba encajado y cómo la colmaba. —Sí... encajas —susurró ella entrecortadamente.
—Estás preparada, camila ? —dijo con la voz enronquecida por el deseo. —Vamos a arder juntos, Carbaidh (caramelo).
Sin previo aviso, la tomó de las nalgas y la levantó deslizando su erección hacia fuera y luego volviendo a penetrarla con más fuerza. Camila  se mordió el labio y reprimió un grito.
Lauren , la volvió a penetrar más profundamente, deslizando su barra ardiente a través de su conducto tan apretado. El placer que sentía era indescriptible, imposible de sentir con alguien. Toda élla  dependía de ella, y ella dependía de ella. No había dolor, ni insultos ni juegos de poder. Lauren era muy grande y estaba dentro de ella devastando con sus movimientos, activando con su roce cada una de las partes sensibles de su interior y ella se sentía bien con élla.
El cuerpo tembloroso de camila  empezó a reaccionar y sus caderas emprendieron la carrera hacia el éxtasis. La cabalgó con pasión, juntando su frente a la de élla, dejando que lauren  hiciera lo que quisiese, manteniéndola dentro de ella. Un profundo estremecimiento recorrió su interior y traspasó parte de su coraza. Lauren  lo estaba haciendo, se estaba apoderando de ella. La sentía por todas partes, sus manos fuertes no la soltaban pero ella estaba dentro de todo su cuerpo, en su circulación sanguínea, en su mente. Lauren  seguía moviéndose con determinación, sin piedad, con la facilidad y la experiencia de quién tiene el poder y está seguro de sí mismo.
—¿Lo sientes, camila ? —la penetró más profundamente todavía. —Todo lo que hay dentro de tu cuerpo, todo lo que te llena y te estremece, todo, soy yo —miró hacia donde sus cuerpos estaban unidos y sonrió orgulloso. —Míranos. Todo entero. Me haces sentir tan bien...
A camila le costaba respirar y difícilmente podía oír nada, porque el corazón le zumbaba en los oídos. Miró hacia abajo y vio lo que quería decir. Lauren  estaba tan clavada en ella, que su pelo púbico se confundía con el suyo.
Lauren  la miró con determinación, le enmarcó la cara y juntó su frente con la de ella. Ella se cogió a sus hombros. Élla la besó y suspiró de puro placer. Camila  sintió como la misma ola de placer que arrasaba a lauren  se precipitaba también por todo su cuerpo. Respondió al beso de un modo tierno e intenso y empezó a mecerse contra ella, dejando que ella le diera aire.
Ambas excitadas, estimulándose el uno al otro con sus cuerpos. Lauren  descendió las manos por todo su cuerpo, lentamente, en una caricia ultra-estimulante y abarcó las nalgas de camila , para moverla y acompasarla a su penetración.
Camila  profundizó el beso y siguió el ritmo de lauren , un ritmo sensual y erótico. Danzaban al ritmo de la pasión.

Almas gemelas (camren G!p adaptacion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora