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—¿A qué debo esta sorpresa Car? Pero la verdad -preguntó Tom ya en el estacionamiento.

-Estaba preocupada y también tenía hambre y como sé que eres un hombre sumamente generoso que ayuda a los más necesitados, ten piedad de mi pancita que desea con urgencia comer -intenté ser lo más tierna para convencerlo y debo admitir que funcionó, otro acierto para Cariba.

-Uy si claro "preocupada" -hizo comillas y después me indicó que subiera-. Pero dejando tu interés de lado, gracias por venir, era hora de presentarte en la empresa como mi esposa.

-Lo sé -cerré la puerta y me puse el cinturón-. Por cierto ¿Cómo te fue con nuestros padres?

-Mejor de lo esperado, primero peleamos porque les oculté el matrimonio y por el escándalo que hice en tu casa, les pedí contar mi versión de la historia y todo terminó bien.

-¿Y la versión es...?

-Empezamos a salir como amigos porque eras novia de mi hermano después de la cena en tu casa, nos dimos cuenta que teníamos que cumplir con el deber de nuestra familia y empezamos a conocernos mejor, ya éramos pareja la semana que Andrew se fue y pues el resto ya es verdad, excepto que la boda fue el día que pasaste la noche en mi casa.

-Si no conociera la verdad creería que es cierto ¿pensaste en todo eso?

-Debía hacerlo, iba a tener que dar explicaciones así que mejor ajustaba los hechos a las fechas y terminé creando esa historia no tan exagerada.

-Gracias por todo el esfuerzo que estas haciendo Tom, no es tu obligación pero me has ayudado mucho.

-Al contrario, desde que apareciste en mi vida le pusiste más emoción, ahora siento que estamos en una gran película clásica dónde soy el personaje principal -me regaló otras de sus hermosas y cálidas sonrisas.

- Al menos sacamos algo divertido de "esto"-dije señalándonos.

-Lo es, es que en realidad somos una pareja muy dispareja y juro que ni en mis más extraños sueños me hubiese imaginado casado con una joven sumamente menor.

-Discúlpame hermano de Tutankamon, primo de los dinosaurios -empecé a reír por el comentario que se me había salido sin pensar y al parecer no fui la única.

-¿Me dijiste viejo?

-Tú lo hiciste, solo digo que no se me hace extraño, eres un hombre especial, lo raro es que pierdas el tiempo con una joven inexperta en todo sentido.

-Ahora eres tú la que está delimitando nuestra edad, y no podías estar más equivocada, quizá si seas inexperta pero eso se gana con el pasar de los años, lo que me emociona de ti es la pasión que le pones a todo, como logras hacer que la gente cambie, yo por lo menos, nunca en mi vida hice un desayuno y mírame ahora cocino todos los días, siempre odiaba llegar a casa porque estaba vacía y ahora incluso tengo "horario de dormir" - hizo comillas aprovechando el semáforo en rojo, recordándome lo que le había dicho a su amigo hace rato y nuevamente pude ver ese brillo en sus ojos, el sonreía con la mirada incluso podía sentir su alegría en el tono de su voz.

-¿Sabes por qué puedo hacerlo? Es porque ahora tengo a dos personas maravillosas a las cuáles debo cuidar, a mi bebé y a ti, eres un amigo maravilloso, terco y descuidado pero al mismo tiempo con tanto cariño y atención para dar que enserio no quisiera que alguien te haga daño.

-También siento eso Car, y a pesar de que el tarado que te causa dolor está dormido, voy a golpearlo cuando despierte por causarte tristezas.

-Sería excelente -contesté burlona.

Para Andrew [En Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora