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Le conté a Ocean a cerca  de la  nueva situación de Tomás, lloró como nunca y si antes había sido fuerte ver a mi hijo así me destrozó internamente, al siguiente día no quiso ir al Jardín y tampoco quizo estar cerca de Andrew.

Estaba recostado en mi cama mientras lloraba y yo sólo podía tratar de animarlo aunque en el fondo esas palabras también eran para mí.

—¿Papá ya no nos quiere? —preguntó pegado a mi pecho.

—Claro que nos quiere, bebé, es sólo que ahora decidimos separarnos porque era lo mejor para los tres, él nunca va a dejar de quererte y debes recordarlo siempre.

—¿Y a ti? —añadió.

—Tendré un lugar en su corazón porque fuimos muy felices pero ahora somos amigos, él tiene otra pareja, Ocean y debe dedicarse a ella.

Hablé con él durante toda la noche y por fin conseguí que se quedara dormido, al otro día quiso ir a clases así que preparé todo, a pesar de lo entusiasmado que había estado con su nueva escuela ahora lucía triste y me sentía muy culpable de provocar esa tristeza en un niño tan pequeño.

Lo dejé en la puerta de la institución vigilando que entre y me marché a mi trabajo, pasamos el primer receso y una llamada de la profesora de mi hijo me preocupó.

—¿Señora Velmort? —preguntó.

—Ikhenny... ¿Qué ocurrió? —dije muy preocupada.

—Su hijo agredió a un compañero y se encuentra en la dirección —sentía un tono de preocupación en la voz de la maestra, a mí también me sorprendía oír acerca de ese comportamiento en Ocean.

—Ya voy para allá —tomé mi bolso y caminé hacia la oficina del director para pedir permiso y salir antes.

Al llegar vi a mi hijo sentado en la oficina de la directora y a su lado a un niño con la nariz sangrante y su muy molesta madre, él no pudo hacer eso, al menos no de forma intencional.

—¿Qué pasó? —pregunté a la maestra.

—Ocean empujó a su compañero del columpio y como ve, se lastimó la nariz, esto no puede seguir así, tampoco trajo las tareas —no estaba molesta, la preocupación era más grande.

—Voy a hablar con él, le pido una disculpa y prometo que no volverá a repetirse —regresé a ver a mi hijo—. ¿No tienes algo que decir?

—Discúlpame, Dylan y también le ofrezco una disculpa a usted señora... Torres —rompió en llanto, sintiéndose tan apenado que se escondió entre mis piernas, primero porque él no solía hacer eso nunca y después porque Dylan era su mejor amigo.

Pedí permiso y lo llevé conmigo, después de explicarle a su maestra lo que ocurría me recomendó un psicólogo infantil así que debíamos visitarlo juntos, si esto era difícil para mí para mi pequeño debía ser mucho más duro de sobrellevar.

Hicimos una sesión de dos horas y lo dejaron más tranquilo, sólo la última requirió mi presencia, la terapeuta era muy amable y amistosa, tenía montado en su consultorio todo un patio de juegos así que no fue difícil que Ocean accediera a quedarse.

Al salir fuimos por un helado y volvimos a casa, Andrew nos esperaba sentado en el gran portón  de la entrada, no entendía la razón para que nuestro hijo empezara a actuar de este modo y pese a tratar de estructurar bien la historia, Ocean prefirió que no le diera muchos detalles de todo.

—¿Qué dijo la directora? —preguntó tomando la mochila de Oce de mi brazo.

—No va a aplicar ninguna sanción sólo que está muy preocupada por él —abrí la puerta para poder hablar más a gusto.

—No entiendo Car, primero mi hijo no quiere verme y después se mete en problemas en su escuela—tomó asiento en el sillón mientras se aflojaba la corbata y soltaba los primeros botones de su camisa, por lo visto tuvo que ir a la oficina hoy.

—Nuestra vida cambió mucho And, es normal que refleje la incomodidad que siente —me acerqué a darle un masaje en los hombros, no quería preocuparlo más.

—¿Conmigo?

—Por supuesto que no, has sido increíble así que tú no eres el problema.

—¿Quieres ir  a la casa de mis abuelos cuando sean las vacaciones de verano? Sería un excelente lugar para que los tres podamos pasar en familia.

—De acuerdo pero mientras tanto, la psicóloga pidió que pasemos más tiempo con Ocean, que lo vayamos a retirar y dejar en la escuela los dos. —giró hacia mí con una gran sonrisa.

—Así que no vas a tener excusa para evitarme.

—Yo no te evito

—Claro como no, nunca quieres pasar por la empresa para almorzar conmigo —tenía esa hermosa mirada muy cerca de mí,  sus largas pestañas marcaban con más intensidad sus ojos cafés lo que me hacía imposible el trabajo de inventar una mentira de una forma más rápida.

—Eso se debe a que no me gusta estar encerrada en esas paredes y además tendría que esperar a que acabes tus pendientes —algún día las excusas acabarían y sólo entonces tendría que volver a tener a mi ex esposo frente a mí, deseaba que eso ocurriese cuando ya no  doliera tanto.

—¿Puedo ir yo a tu trabajo entonces? —no me sorprendía que él pudiera leer lo que deseaba decirle, siempre tuvo ese misterioso don—. Tus lindos ojos dicen que aceptas, entonces ya no habrá nada que me impida visitarte más a menudo —tomó mis manos y las llevó hacia delante con delicadeza para hacer que lo abrazara, cuando despertó fue un choque emocional para él sentirme más distante y sin muchas muestras de afecto por lo que era cuidadoso de hacer algo que me hiciera sentir incómoda.

—Si querías un abrazo sólo debías pedirlo Andy —dije haciendo el abrazo más cálido y no "robotizado", la verdad me causaba gracia, era de las personas que más disfruta dar muestras de afecto.

—No te quiero obligar Cariba, cuando te besé sentí como temblabas, puedo decir que me sentía decepcionado, muy lastimado internamente pero no quiero forzarte a más cosas —noté la tristeza que ocultaba tras su sonrisa y me convencí de cambiar ese comportamiento que le estaba haciendo daño.

—Escucha con cuidado Andrew, tú jamás me obligarías a hacer algo que yo no quiero, en primer lugar porque si no me gusta, lo digo y siempre has sido muy comprensivo conmigo —deposité un corto beso en su mejilla, me sentía feliz por tenerlo, porque a pesar de todo él seguía guardando el mismo cariño por mí y aunque el mío cambió un poco yo lo seguía queriendo demasiado.

—Te amo Car.

—Sabes que... —me interrumpió poniendo su dedo en mis labios.

—Que aún no puedes decirlo —continuó mi frase—. Lo sé pero también soy consciente que me quieres y algún día conseguirás decirlo.

Ese días los dos dejamos de lado nuestras obligaciones para dedicarnos a nuestro hijo, hicimos palomitas de maíz y mientras  dos de los hombres más importantes de mi vida ponían una película yo preparaba la mezcla instantánea para hacer un pastel, hoy era un día especial, uno de los tantos momentos en familia que pasaríamos.

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Hey Team!

Buenas noches, les traigo una actualización, espero les guste.

Parece que nuestra shipp favorita llegó a su fin 😭😭

🚫 Ya saben lo de las faltas de ortografía.

¿Saben algo? Para Andrew va por su  recta final y aún no me lo creo 💔💔

Para Andrew [En Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora