6- Embarazada

112 8 0
                                    

- Cuando me enteré de la muerte de nuestros padres fue devastador. La pasé muy mal, estuve días sin comer y salir de casa. Mis padres biológicos intentaban hablar conmigo, pero estaba destrozado.

Dominik lo miró con los ojos cristalizados- ¿Por qué no volviste?

- No me sentía preparado- Suspiró fuertemente- Sé que debería haber estado contigo, y siento mucho haberte dejado solo.

Andrew era su hermano mayor por tres años. Fue adoptado por los padres de Dominik cuando tenía cinco años. Lo encontraron una fría tarde de diciembre, sentado en el piso y abrazándose a si mismo a causa del fuerte viento y lluvia; al parecer, sus padres lo habían perdido en una feria y nunca más los encontraron. Por lo tanto, después de todo el papeleo y cosas legales, fueron capaces de adoptarlo y brindarle una cálida familia.

Diez años después, mientras ambos chicos jugaban a los videojuegos en su habitación, su madre entró con el rostro afligido y lleno de preocupación. En el piso de abajo, los verdaderos padres de Andrew lo esperaban con una sonrisa y los ojos llenos de lágrimas.

Al poco tiempo, Andrew se fue con sus padres biológicos y Dominik quedó solo. Luego de unos meses, Andrew vino de visita y para los ojos de su hermano, él seguía siendo el mismo de antes: cabello pelirrojo, ojos verdes y alta estatura, su cuerpo estaba más fornido que antes. No había cambiado casi nada, aunque a veces se mostrara más maduro que antes, Andrew seguía siendo el mismo. Y aunque el pelirrojo los visitara cada tanto, Dominik la pasaba mal. Ya no tenía a su hermano para jugar juntos en el ordenador, o hacerse bromas entre ellos, o simplemente hablar hasta largas horas en la noche. Y cuando pensó que todo eso era doloroso, años después mueren sus padres.

A Dominik le hubiera gustado tener a su hermano junto a él cuando sufrió esa gran pérdida. Recuerda haberle avisado a los padres de este ya que, extrañamente, no se había podido comunicar con él. Luego de unos días del entierro de sus padres, al cual tampoco asistió Andrew, se comunicó con él por mensajes.

Pero las conversaciones duraban poco y nada. Ambos chicos la estaban pasando mal, y no se tenían uno al otro para consolarse.

Dominik no se esperaba para nada encontrarse a su hermano en la puerta de su antigua casa. Le  pareció raro ya que él ya no vivía allí, pero Andrew no sabía eso. Por lo que comenzaron a caminar y ponerse al día. Cuando se detuvieron para sentarse en un banco de una plaza, finalmente pudieron hablar sobre sus padres.

El rubio pasó un brazo sobre el hombro de su hermano.- Bueno, eso ya no importa. Lo bueno es que pudiste venir.

- Solo una cosa más...- Andrew sonrió- Tengo que quedarme en la casa de la abuela.



Al otro día, Dominik estaba totalmente desnudo, una pierna estaba sobre una silla mientras que apoyaba su cabeza sobre su mano. Se encontraba completamente relajado con los ojos cerrados, en la sala solo se podía escuchar los lápices moverse sobre el papel, algunos gruñidos, algunas risas, y el ruido que hace el papel al hacerse un ovillo y desecharlo.

Pero toda tranquilidad se fue cuando comenzaron a escuchar pasos y una puerta abrirse. Dominik se colocó una cortina en su cuerpo, simulando la vestimenta griega, mientras que los ancianos cambiaban de hoja. Tomó un tazón con frutas y volvió al centro de la sala.

- ¿Qué se suponen que están haciendo?- Dijo una enfermera en cuanto entró.

- Dibujando, duh...- Expresó con aires de diva, uno de los ancianos.

La enfermera se acercó a Dominik y lo miró de arriba a abajo.- ¿Eres una clase de dios griego?

- Así es- Contestó orgulloso mientras sonreía.

SerendipityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora