41- Niño

56 6 0
                                    

Lo primero que notó al abrir sus ojos fue la gran luz que entraba por el ventanal de su habitación, era raro tener días tan soleados teniendo en cuenta que estaban en invierno. Cuando alargó su mano para tomar su celular y ver la hora se sorprendió, eran pasadas las once de la mañana, y él nunca dormía hasta tan tarde. Al estirar su cuerpo, se dio cuenta de que hacía bastante tiempo que no dormía tan placenteramente como ocurrió esa noche, logrando que se despertara de buen humor.

Lo segundo que notó fue que no estaba solo.

- ¿Qué haces aquí?- Miraba con el ceño fruncido a un Dominik completamente disperso en la cama, su cabeza descansaba entre dos almohadas mientras que su cuerpo estaba casi fuera del colchón. Val lo sacudió levemente, pero lo único que obtuvo fueron quejidos por su parte. Sus ojos se dirigieron a los labios entreabiertos del menor, causándole ternura de que pronto comenzaría a babear la almohada.- Dominik, si no despiertas juro que...

- ¿Juras qué...?- El menor abrió rápidamente los ojos al escuchar que comenzaba a amenazarlo- ¿Por qué siempre haces eso?

- ¿Qué hago?- Dijo mientras miraba el techo de su habitación.

- Me amenazas.

- Es una estrategia- Su cuerpo se tensó cuando Dominik decidió apoyar su cabeza en su pecho, se había acostado de la misma manera con su novia, pero esto era totalmente diferente, debatiéndose si debía pasar su brazo por su cintura y atraerlo. Pero el menor tomó la decisión por él y casi lo obligó a hacerlo- Aún no me has dicho por qué estás en mi cama- Pasaron unos segundos en los que no le respondió, lo que le hizo pensar que se había dormido.- Dominik...

- Tu cama es cómoda- Susurró con los ojos cerrados, sintiéndose extremadamente bien entre los brazos del mayor.

La verdad es que se había despertado en mitad de la noche y, por más que lo intentara, le había resultado imposible volver a dormirse. No sabía muy bien el por qué, era como si de repente se sintiera solo y su cama era demasiado grande para sólo una persona; no lo pensó demasiado y se dirigió a la habitación de Val. Se había quedado parado al frente de la cama y lo miró dormir por unos largos minutos. ¿Cómo podía explicar lo que comenzaba a sentir con algo tan simple como mirarlo?

Lo que nunca quiso admitir que lo que había empezado con Val ya no se trataba de simple sexo; si bien estaba más que satisfecho con eso, experimentó demasiado a su corta edad, pero lo que el mayor le ofrecía era completamente otro nivel, no era sólo las cosas que le hacía, sino cómo lo hacía sentir. Más allá de lo sexual, le agradaba pasar el tiempo con él, Val solía molestarse por cosas tan insignificantes que lo único que causaba en Dominik era gracia. Lo más importante era que se sentía protegido junto al mayor, de una manera que comenzaba a asustarlo.

- ¿Podríamos quedarnos así por siempre?

Val estaba tentado a decir que si, que aquello le gustaba mucho más de lo que le gustaba estar con Holly, pero no lo dijo ya que sonaba tan idiota que no se atrevía a decirlo en voz, ni siquiera sabía por qué había pensado eso. En cambio, dijo:- No, tenemos que terminar el proyecto.

Dominik hizo un puchero al ver que el mayor se había levantado y comenzó a vestirse. Él seguía en la cama cuando Val estaba a punto de salir de la habitación- Pensé que ya habíamos terminado.

- No, faltan las peores escenas.

Justo como había predicho Val, las últimas escenas que habían quedado para grabar de su corto habían sido horribles de presenciar. La pareja en el cortometraje se habían dado cuenta de cuan enamorados estaban y que, efectivamente, compartían el hilo rojo, habían formalizado de la mejor, y peor, manera.

SerendipityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora