25- If you

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Flashback

La lluvia caía sin cesar, el cielo estaba completamente oscuro a pesar de ser la 3 de la tarde, y sus pisadas sonaban fuerte contra al pavimento. La gente lo miraba completamente extrañados, pero él solo pensaba en llegar cuanto antes a destino.

Sorbió su nariz y, con la manga de su chaqueta, limpió sus lágrimas; que aunque deseaba desesperadamente dejar de llorar, las lágrimas volvían a inundar sus pequeños ojos.

Antes de que pudiera golpear la puerta, esta se abrió de repente, dejando ver a su abuela completamente preocupada.

- ¿Qué pasó, Dominik?

El niño la miró con un puchero en sus labios y dejó que, nuevamente, sus lágrimas recorrieran sus mejillas. Su abuela se agachó para quedar a su altura y Dominik extendió sus pequeños brazos para abrazarse a ella. La mujer se quedó sorprendida, pero correspondió al abrazo y lo cargó hasta llevarlo al sofá de su living.

El cuerpo de Dominik se sacudía a causa del llanto, y su abuela solo se encargaba de que este se tranquilice, a base de caricias y susurrándole que todo estaría bien.

El rubio se separó de ella y volvió a limpiar sus lágrimas.- Me rompieron el corazón.

Su abuela frunció el ceño al escuchar aquello. Le parecía algo increíble que un niño de 8 años diga que le habían roto el corazón, ya que la mayoría de los niños a esa edad solo se preocupaban por jugar. Pero al notar a su nieto tan afligido y tan triste, se dio cuenta de que no era como los demás.

Si, la mayoría del tiempo solo se la pasaba jugando con sus amigos o su hermano, haciendo bromas a los adultos y realizando travesuras típicas de cualquier niño. Pero se diferenciaba por ser una persona frágil; muchas veces le afectaba si alguien no quería ser su amigo o pensaba que era rechazado de alguna manera. Cada persona que conocía a Dominik decía lo mismo: "es un niño muy especial".

- ¿Quién te hizo eso?- Se atrevió a preguntar, con enojo en su voz.

Dominik desvió su mirada a sus dedos y comenzó a jugar con estos- Corté una rosa blanca muy bonita del parque, y pensé "oh, esto le podría gustar a Peter". Entonces, fui a su casa y estaba con otros niños, pero aún así me atreví a darle la rosa y decirle que me gustaba mucho.- Dirigió su mirada a su abuela y esta, por primera vez, se le cruzó por la mente golpear a un niño, ya que se imaginaba qué fue lo que le pasó a su pequeño nieto y por qué lo tenía llorando en su sofá.- Peter tomó la rosa, pero la rompió en mil pedacitos y me la arrojó a la cara, dijo que nunca le iban a gustar los chicos y que yo era un marica.

La mujer limpió el rostro del pequeño con sus pulgares y luego tomó unas de sus manitas. Sin decirle una palabra, lo llevó hasta el jardín trasero de su casa y se acercaron al rosal que habían plantado hace unos meses. Tomó una tijera de podar y cortó una rosa roja para dársela a Dominik, quien la aceptó aún sin entender el motivo.

- Te contaré una historia, mi niño...- Volvió a tomarlo de la mano y ambos se sentaron en un banco que estaba en medio de todo el jardín.- Hace mucho tiempo, un emperador se enteró que en su reino vivía una bruja que podía ver el hilo rojo del destino, entonces la mandó a llamar. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique, para así encontrar a su esposa. La bruja accedió a su petición, y en toda su búsqueda los llevó hasta un mercado en donde vivía una pobre campesina con un bebé en sus brazos. Cuando llegó hasta la campesina, le dijo al emperador: "Aquí termina tu hilo", pero el emperador se enojó pensando que la bruja se estaba burlando de él. Empujó a la campesina que aún llevaba a su hija en brazos y la hizo caer haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Luego, ordenó a sus guardias que mataran a la bruja. Años después, el emperador debía casarse y le recomendaron que desposara a la hija de un general muy poderoso. El emperador aceptó, aún sin haberle visto el rostro a su futura esposa. Cuando él la vio, pudo notar que la mujer tenía una cicatriz en la frente. Era la cicatriz que él mismo había provocado al rechazar su propio destino años antes; un destino que la bruja lo había puesto frente suyo y que él decidió no creer. La leyenda muestra claramente cómo los amores destinados son eso, y que no podemos escapar de la persona que nació para amarnos.

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