61- Realmente hermoso

48 6 7
                                    

Un tazón de palomitas, un refresco y una película de terror parecían ser una buena compañía para Dominik en un sábado por la tarde. Claro que lo era también su hermano, pero este apenas prestaba atención a la película, sino que estaba más concentrado en otra cosa.

Andrew comía de su propio tazón las palomitas mientras observaba fijamente a su hermano menor. Había pasado ya un mes desde que llegó de improvisto a su casa y aún no le había contado qué era lo que lo tenía tan mal. Si bien Dominik parecía estar de buen humor en ciertos momentos del día, había veces en las que el pelirrojo no podía conectar con él, ya que el menor prefería quedarse en silencio o ir a su habitación. Andrew no sabía muy bien como manejar la situación, lo único que pudo hacer fue decirle a su novia, la cual se había mudado con él, que se vaya a su antigua casa hasta que sepa qué es lo que pasaba con el rubio.

Pero con el transcurso de los días, lo único que pudo obtener del de baja estatura fue que necesitaba algo de tiempo para él mismo, que estaba demasiado estresado y quería estar con su hermano. Era halagador para Andrew que el chico quiera estar con él, era consciente de todo el tiempo que habían perdido y no había dudado en planificar actividades para realizar con el menor. Pero fue muy diferente a lo que pensaba.

Dominik había cortado toda comunicación con sus amigos en Londres, lo sabía porque había roto su propio celular y nunca usaba el ordenador, había veces en las que apenas probaba un bocado y otras en las que no paraba de comer. Andrew no tenía que ser un experto para darse cuenta del estado del menor, y aunque este no quisiera hablar en profundidad sobre lo que le atormentaba, quería ayudarlo.

- Dominik- lo llamó luego de unos segundos al darse cuenta de que apenas estaba viendo la película que él mismo había elegido. Su hermano lo miró impasible, entonces volvió a probar suerte- ¿Quieres hablar?

El rubio negó con la cabeza y dirigió su mirada a la pantalla, aunque en esta estuvieran matando al protagonista de la película Dominik no mostraba ningún tipo de emoción, era como si su mente estuviera en otro lado.

Cuando Andrew comenzó a notar lo mal que se encontraba su hermano no le quedó otra opción que llamar a Kai, pero no es como si hubiera cambiado algo. Kai no sabía el por qué se había ido el menor, o al menos eso fue lo que le dijo a él, lo había tomado por sorpresa cuando recibió un mensaje de Dominik diciéndole que iba a pasar algunos días con su hermano, pero fue la única conversación que tuvieron.

Una línea se formó en sus labios al volver a examinarlo sentado en el sofá, recordaba la última vez que había hablado con el menor mientras este aún estaba en Londres. Dominik sonaba tan relajado y feliz, aunque siempre había tenido un espíritu libre, por lo que ahora le era tan raro verlo tan desanimado. El pensamiento de que Val pudiera tener algo que ver había cruzado por su mente, ya que Dominik le había mencionado que tenían algo y, bajo su punto de vista, él estaba de un humor excelente en ese entonces.

Habían pocas cosas que pudieran derrumbarlo de tal manera, y a Andrew se le hacía cada vez más difícil. No quería adivinar qué es lo que le pasaba a su hermano, pero si este no tenía planeado hablar con él, no había mucho que pudiera hacer.




Estaban a punto de cenar cuando escucharon el timbre de la casa, Dominik miró cómo Andrew se levantaba del taburete de la cocina para abrir la puerta. El menor aprovechó para comenzar a servir la sopa que su hermano había preparado para ambos, pero unas risas estruendosas hicieron que se sobresaltara en el lugar y uno de los platos cayera al piso.

- Mierda- se agachó para recojer los pedazos rotos en el piso, teniendo sumo cuidado de no cortarse. Sólo cuando alzó su mirada pudo darse cuenta de que alguien más lo estaba observando. Dominik se levantó e hizo una mueca al notar que el chico se mantenía en silencio con su mirada clavada en él- ¿Hola?

SerendipityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora