Su sonrisa se ensanchaba cada vez más a medida que se acercaba al instituto, reprimía sus ganas de ir corriendo para por fin recibir todos los saludos de sus compañeros.
El cumpleaños de Dominik era un acontecimiento del que todo el mundo estaba enterado, y si fuera lo contrario simplemente no tenían vida social, o eso pensaba el joven. La mayoría de las personas que lo saludaban él no las conocía, y tampoco es que le importara demasiado, sólo aceptaba con una sonrisa todos los obsequios que le daban y no les volvía a dirigir la mirada. También estaban los que aprovechaban aquel día para invitarlo a salir, pero Dominik los rechazaba de inmediato, como ya era costumbre. Y finalmente estaban sus amigos, ellos se encargaban, junto al resto de los compañeros, de arreglar todo el instituto con carteles de felicitaciones, globos y fotos del menor. Era una gran celebración esa fecha, pues había llegado un ser perfecto para hacer de la Tierra un mundo mejor.
Suspiró antes de tirar de la puerta, preparándose mentalmente para lo que estaba por venir, sólo deseaba que no arruinaran su ropa; la última vez le habían arrojado pintura.
Abrió sus brazos y cerró sus ojos en espera de que llegaran todos para felicitarlo, pero pasados unos segundos decidió abrir sus ojos y ver qué estaba pasando. La gente pasaba por los pasillos con tranquilidad, otros corrían hacia sus clases y otros hablaban con sus amigos, como si ese día no fuera el más importante.
Se atrevió a caminar lentamente, observando el lugar y buscando los carteles y globos, pero lo único que había eran anuncios de las clases, obras de teatro y demás cosas que nunca le interesó, como las clases extracurriculares.
Divisó a su grupo de amigos al final del corredor hablando animadamente, entonces se acercó a ellos y los miró expectantes. No podía, no quería creer que ellos se habían olvidado, era imposible.
- Hola, chicos- los saludó alegremente, ellos lo miraron por un par de segundos y siguieron hablando del espectacular capítulo de La Rosa de Guadalupe que habían visto todos juntos la noche anterior. Cambió el peso de su pie a otro mientras su expresión se volvía seria- Al menos podrían decirme "hola", idiotas.
Ezra le dio un codazo a Billy y le sonrió al más bajo- Lo siento, Dominik, es que anoche vimos el último capítulo y nos dejó con muchas teorías, ¿verdad, chicos?
Dominik los examinó mientras todos asentían efusivamente y seguían hablando del tema. No había comparación, no podían estar hablando tan entretenidamente sobre esa basura de telenovela, olvidando que él cumplía años ese mismo día. ¡Hasta Val le había comprado un maldito cupcake! ¿Cómo sus amigos no fueron capaces de al menos felicitarlo?
- ¿Saben qué día es hoy?- preguntó alzando el tono de voz para lograr ser escuchado y que por fin le dieran la atención que tanto solicitaba.
- ¿Hoy hay exámen?- preguntó alarmado Will y abrió rápidamente su mochila para sacar algunos libros y ponerse a estudiar a último momento.
Billy negó rápidamente con la cabeza- No, pero creo que hoy habrá una ceremonia para los recién llegados.
- Ha pasado un tiempo desde que empezaron las clases...
Sus ojos se abrieron como plato, realmente lo habían olvidado, los que osaban llamarse sus mejores amigos habían olvidado la fecha. Dominik no lo soportó más y se alejó de ellos, bufando al escucharlo hablar a sus espaldas de lo que podría haber ese día.
<< ¡Idiotas, a partir de hoy ya soy legal!>>
Sus compañeros seguían sin prestarle atención mientras caminaba rumbo a su aula, y pudo confirmar que absolutamente todos lo habían olvidado. Está bien, Dominik decidió que en realidad no debía darle demasiada importancia, no necesitaba las felicitaciones de todos esos perdedores.
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Serendipity
Teen FictionDominik, un joven que le gusta divertirse, que va de fiesta en fiesta y no le molesta lo que la gente puede pensar de él. Simplemente le gusta pasar un buen tiempo así sea con su skate o con algún chico. Val, un joven completamente lo opuesto; es s...