51- Niño torpe

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Eran pocas las veces en las que la cafetería de su escuela servían hamburguesas. Generalmente la comida no era muy buena, no contaban con un buen presupuesto como para servir algo que no fuera frijoles y algunos trozos de pollo quemados, además de que la cocinera ya era bastante mayor y no veía nada cuando les servía a los alumnos, específicamente porque era ciega.

Dominik tomó la hamburguesas con ambas manos y le dio un mordisco considerable, tenía que aprovechar lo máximo posible aquella comida ya que presentía que no volvería a repetirse, y tampoco estaba tan mala. Y por eso mismo no entendía por qué su amiga apenas había probado un bocado.

- Entiendo que la comida aquí sea una mierda- le dijo- Pero esta no está tan mal, ¿por qué no la comes?

Holly apartó el plato y frotó sus sienes- No tengo hambre, Dominik. Y agradecería que no hagas mucho ruido, mi cabeza me está matando.

- Está bien.

El rubio siguió comiendo tranquilamente, las hamburguesas eran su segunda comida favorita después de las pizzas, y nada podía detenerlo de comerlas como lo estaba haciendo en ese momento, abriendo la boca todo lo que pudiera para así abarcar más de la hamburguesa mientras su boca se llenaba de aderezos. A su lado se encontraban Ezra junto a Will y Billy, tan ensimismados en la conversación que apenas comían, Dominik se veía tentado de robarles las hamburguesas, después de todo él tenía un gran estómago que llenar y ellos parecían no tener hambre.

Mientras bebía su bebida, pudo localizar a Reece en la punta de la mesa, sus ojos fijos en el de baja estatura, claramente desnudándolo con la mirada. Dominik no entendía por qué, ya que no había nada de excitante tener todo el rostro manchado de aderezos y restos de comida, pero ese chico nunca se iba a dar por vencido. Cada pequeña oportunidad que se le presentaba, aprovechaba para tratar de conquistarlo, así sea en los baños de la escuela, en los vestuarios, cada vez que se cruzaban en el patio durante los recesos, y hasta en el agua; cuando ambos estaban sumergidos, Reece solía hacerle un corazón con las manos y le daba besos voladores.

- Iré a la enfermería.

Su atención volvió a dirigirse a su amiga cuando esta se levantó con cierta dificultad, su rostro estaba ligeramente pálido, de seguro tenía fiebre- Te acompaño.

Pasó su brazo por el hombro de la joven y de esa forma se encaminaron hacia la enfermería de la escuela. Holly llevaba algunos días descompuesta, la verdad es que no era algo que le preocupara demasiado al menor ya que se podría tratar de un simple resfriado, pero esa mañana parecía no encontrarse demasiado bien.

Una vez que habían llegado, Holly se sentó en la camilla de la enfermería mientras Dominik se quedó parado a su lado esperando que llegara la enfermera. Pero ya habían pasado varios minutos y la mujer aún no llegaba.

- Deberías ir a clases- le dijo la castaña cuando sonó la campana.

Dominik la observó por unos segundos, parecía que en cualquier momento se desplomaría allí- Ni loco te dejo sola, pareces un zombie.

Cada vez que alguno de ellos enfermaba, se tenían el uno al otro para cuidarse, y esta vez no sería la excepción. O eso pensaba el joven, hasta que leyó el mensaje que le había llegado.

Val

Adivina en dónde estoy.

Dominik

En tu casa o en la universidad. No sales a ningún otro lugar.

Val

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