56- Piano

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El tintineo de la puerta resonó en el restaurante cuando Dominik salió de este, acomodó su ropa y peinó rápidamente su cabello para comenzar a alejarse y caminar a su destino.

Su turno en el trabajo había transcurrido con rapidez, los clientes parecían más animados en esta época del año y casi no le daban respiro al joven, lo mejor es que le daban una buena propina debido a la carisma que poseía, ganando así la envidia del resto de sus compañeros, incluyendo un poco a Ezra.

Lo vio cuando dobló por la esquina, él estaba apoyado en su coche completamente relajado pero aún así revisando cada tanto la hora en su celular. Con una sonrisa en su rostro, corrió los pocos metros que los separaban y lo sorprendió abrazándose a él.

- Veo que me extrañaste...- los labios del menor lo callaron besándolo lentamente. Val no tardó en devolverle el beso, pero con más intensidad y pegándolo más hacia él, ni siquiera el sonido del celular de Dominik les importó para seguir en lo suyo. Luego de varios segundos se separaron y se sonrieron mutuamente- También te extrañé, bebé.

- ¿A dónde iremos?- preguntó Dominik cuando el mayor abrió la puerta del coche para que entrara, notó en la muñeca de este que aún tenía la pulsera roja que le había comprado a una vieja loca de la feria que habían visitado tiempo atrás y sintió su sonrisa ensanchándose aún más, como si fuera posible, porque ni siquiera él se la sacaba para ducharse. Era un pequeño gesto por parte de Val, pero para Dominik significaba demasiado.

Val se sentó en el lado del conductor y comenzó a conducir- Iremos a cenar, siempre te quejas de que no salimos, así que elegí un restaurante algo alejado de aquí. ¿Te parece bien?- Dominik asintió de inmediato, no le importaba a dónde ir con tal de pasar un buen rato con él.

El restaurante que había elegido el mayor estaba casi vacío, lo cual no tenía mucho sentido ya que aparentaba ser uno lujoso para gente ricachona, según Dominik. Un camarero los acompañó hacia la mesa que había reservado con anticipación y luego los dejó con la carta.

La gente lo miraba, estaba completamente seguro, pero a él no le importaba una mierda, sabía que no parecía ser uno de ellos y se alegraba. También sabía que Val le estaba hablando, pero su atención estaba dirigida al camarero que recién se había ido y que prácticamente estaba desnudando con la mirada al mayor.

- Dominik...

- ¿Qué?

- He dicho que, ya que eres mayor, te dejaré tomar vino- Val frunció el ceño al darse cuenta de que el más bajo seguía sin prestarle atención. Se dio vuelta para saber qué es lo que tanto miraba, pero no encontró nada interesante, por lo que volvió a mirarlo- Si no te gusta el lugar, podemos ir a otro...

- ¿Ya estás listo para ordenar?

Dominik no sabía si reír o tirarse encima del horrible camarero y golpearlo como nunca antes había golpeado a alguien. ¡Ni siquiera intentaba disimularlo hablándole sólo a Val, como si Dominik no estuviera ahí! Y si Val lo había notado, no lo parecía en lo absoluto, se encargó de ordenar para ambos ignorando completamente al camarero que babeaba por él mientras que Dominik lo fulminaba con la mirada.

Abrió grande los ojos cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando. Cada "pareja" que él había tenido tenían el mismo problema, Dominik se llevaba todas las miradas a cualquier lugar que iba, y ahora estaba entendiendo el enojo que ellos sentían. Él no era inseguro, para nada, pero sí que molestaba cuando miraban con tanta intensidad algo que ya había declarado como suyo.

- ¿Está bien que haya ordenado por ti?- el menor se limitó a asentir, había visto a la perfección cómo el idiota camarero había rozado con su mano el brazo de Val, y juraba que si algo así volvía a pasar no iba a pensarlo más de un segundo y le tiraría la sopa en la cara- En serio, Dominik, si no me dices qué te pasa...

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