Capítulo 2: Juventud

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- ¡Octavia vamos! ¡Que llegamos tarde! – Gritó Clarke a su amiga.

- ¡Tranquila! – Dijo Octavia en tono pausado. – Ya sabes que Raven no se entera de la hora cuando trabaja, hasta que no lleguemos ni se dará cuenta de la hora que es.

- No se porque te arreglas tanto. – Se quejó Clarke.

- Nunca se sabe a quien te puedes encontrar Griffin. – Dijo Octavia divertida.

- ¿Ya estás? – Preguntó Clarke al ver a su amiga saliendo de su habitación.

- Si ya estoy. Pesada. – Dijo Octavia. – Que poca paciencia tienes.

- Me gusta ser puntual. – Dijo Clarke encogiéndose de hombros.

Salieron de casa de los Blake dirigiéndose a la empresa de los Griffin y Blake, aunque ese último nombre había que obviarlo tal y como estaban las cosas en el país, para recoger a Raven. Al menos una vez a la semana intentaban quedar las tres para tomarse un café o un té y ponerse al día. Cuando llegaron a la empresa, fueron a la zona de fábricas, donde sabían que estaría su amiga, y por supuesto Raven todavía no estaba lista y tuvieron que esperarla.

- ¿Ves? – Dijo Octavia. – Te lo dije, Raven todavía no está lista.

- No se porque decimos una hora si después hacéis lo que os da la gana. – Se quejó Clarke.

- Hoy estás muy refunfuñona Clarke. – Dijo Octavia.

- Es que cada día es lo mismo. – Siguió quejándose la rubia.

- ¡Ya estoy aquí! – Dijo Raven saliendo disparada por la puerta. - ¿Qué os pasa?

- Aquí la rubia que hoy no tiene espera.

- Vamos rubia que te invito a un chocolate para que se te bajen los humos.

- Te tomo la palabra. – Dijo Clarke poniéndose a caminar en dirección a la cafetería. Y es que ella no iba a decir que no a un buen chocolate.

Casi siempre iban a la misma cafetería, aunque de vez en cuando variaban. Una vez llegaron a la cafetería se sentaron en la mesa de siempre, con vistas a una plaza peatonal. Cada una hizo su pedido: Octavia un café, Raven un té y Clarke el prometido chocolate. También pidieron unas pastas para comer junto con sus bebidas. Hablaron de cosas banales mientras esperaban a que les trajeran sus pedidos. Una vez se los sirvieron la conversación cambió a las novedades en su día a día.

- ¿Qué tal las clases? – Le preguntó Octavia a Clarke.

- Pues muy bien. Igual que la semana pasada. Pero estoy aprendiendo mucho. – Dijo Clarke. – Esta semana hemos estudiado un poco de historia de la enfermaría. ¿Sabíais que en Alemania se empezó a estudiar la enfermería como tal en 1920?

- No. – Negaron sus amigas.

- Pues resulta que La Cruz Roja Alemana empezó los cursos en 1920 pero en vez de dos años, como ahora, eran de un solo año.

- ¿Y eso que quiere decir? – Preguntó Raven sin entender a donde quería llegar su amiga.

- Pues que ahora hacemos más cosas y necesitamos más tiempo para aprenderlas ¿no?

- Si, es una posibilidad. – Dijo Octavia.

- O que ahora sois más tontas. – Apuntó Raven.

- ¡Raven! – Se quejó Clarke a la vez que negaba con la cabeza. – Pues que sepáis que ahora hay más de 60 escuelas de la Cruz Roja en todo Alemania ya que todos los hospitales municipales cuentan con una y además hay tres que funcionan anexas a las universidades. ¿Os imagináis que un día la enfermería sea una carrera universitaria?

El Poder del Amor (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora