Epílogo

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Prólogo:


Me llamo Madi, tengo 55 años y soy hija de las autoras de este libro, El Poder del Amor. Se me ha ofrecido hacer este prólogo porque dicen que yo soy la que mejor conoce a mis madres, no sé si eso es cierto o no, porque hay mucha gente que las conoce muy bien, pero querían a alguien que no fueran ellas para dar otro punto vista a este libro, así que lo voy a intentar.

Este libro nació como una idea después de una entrevista que les hicieron a mis madres como supervivientes de un campo de concentración. A mi también me hicieron esa entrevista, pero he de decir que tengo muy pocos recuerdos de aquella época, y por suerte, gracias a mis madres conseguí superar casi todos mis miedos, bueno más que superarlos, conseguí afrontarlos, y por ejemplo, aunque todavía odio las tormentas, ya no necesito esconderme en los brazos de mis madres, aunque a mis 55 años reconozco que me encantan sus reconfortantes abrazos.

En esa entrevista mis madres comentaron que desde jóvenes escribían un diario donde hablaban de sus sentimientos y también de todo lo que iba sucediendo en sus vidas y como eso las afectaba, y por supuesto durante los años que duró la Segunda Guerra Mundial escribieron sobre los sentimientos y emociones que esa guerra les provocaba. A raíz de esos diarios les salió la oportunidad de publicar el libro. La oferta no era solo para un libro sobre la Segunda Guerra Mundial, sino también sobre como dos personas del mismo sexo que se aman han vivido todos esos años de represión e incluso persecución, no solo durante la guerra, sino también antes y después de ésta. En realidad era la oportunidad de hablar de dos de las cosas que más les ha afectado en su vida: una guerra y sus consecuencias, y el amor entre dos mujeres.

Este libro recorre muchos sentimientos. Por un lado se habla del horror que es capaz de provocar el ser humano aunque también demuestra la humanidad que la gente puede llegar a tener. Y por otro lado habla de la relación amorosa de dos mujeres en una época en la que eso no estaba nada bien visto. Habla de todos los prejuicios que tenían que aguantar, de todas las cosas que querían hacer y no podían hacer por no ser hombre y mujer, pero sobre todo hablan del gran amor que se profesaban y todavía se profesan.

Cuando la editorial las contactó y les ofreció la posibilidad de realizar el libro, al principio no estaban muy convencidas de sacar a la luz todos sus sentimientos y que todo el mundo los conociera. Pero finalmente pensaron que era una oportunidad de poder sacar a la luz todos los horrores de la Segunda Guerra Mundial, y no solo eso, sino también la oportunidad de dar a conocer su relación y de que esto podía ayudar a otras parejas en su misma situación a intentar llevar adelante sus sueños e ilusiones, a no dejarse vencer por el miedo y lo políticamente correcto y dejarse llevar por lo más importante para ellas "El Poder del Amor". Y es que aunque las cosas hayan cambiado mucho desde entonces, todavía hoy en día, a las puertas del siglo XXI, mucha gente ve una relación como la de mis madres como una aberración. Es una cosa que nunca llegaré a entender porque el amor es el amor y eso debería ser lo más importante.

Yo conocí a Clarke en uno de los llamados trenes de la muerte. Iba con mi madre y ella falleció el primer día de viaje. Clarke fue la única en todo el vagón que se acercó a mi y me consoló y la única que cuidó de mi a partir de ese momento. Si a día de hoy estoy viva es porque Clarke logró salvarme de ir a una cámara de gas, que es donde terminaban la gran mayoría de niños que llegaban a un campo de concentración. Ella les dijo a los nazis que yo podía meterme en sitios que gente más grande no podía y así logró mantenerme viva durante los meses que estuvimos allí. Y una vez el campo fue liberado no dudó en llevarme con ella y su familia, y luchar con uñas y dientes hasta que consiguió adoptarme.

No recuerdo mucho de ese tiempo, acababa de cumplir seis años, pero si que recuerdo el amor que todos me profesaron desde el primer día, sin condiciones, un amor simple y puro. Recuerdo a Clarke o Lexa consolándome cuando tenía pesadillas o cuando corría a sus brazos cuando oía algún trueno y yo pensaba que eran aviones que venían a bombardearnos.

El Poder del Amor (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora