Capítulo 30: Satisfacción

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¿Hay algo mejor que despertarte en los brazos de la persona amada? ¿Hay algo mejor que lo primero que vean tus ojos al despertar sean los de tu amada? Que se lo pregunten a Lexa, que nada más despertar se encontró con la intensa mirada de Clarke fija en ella mientras todavía la mantenía pegada a su cuerpo abrazándola entre sus brazos.

- Buenos días. – Murmuró Lexa todavía con voz ronca.

- Buenos días. – Correspondió Clarke el saludo.

Lexa se incorporó ligeramente solo para poder atrapar entre sus labios los de Clarke y poder darle un tierno beso de buenos días. Al separarse del beso ambas se sonrieron con felicidad desbordante antes de que las tripas de Clarke rugieran.

- ¿Tienes hambre? – Preguntó Lexa divertida.

- Mucha. – Aseguró Clarke atrapando a Lexa en un abrazo de oso y haciendo reír a la castaña.

- ¿Vamos a desayunar? – Preguntó Lexa.

- Claro.

Lexa se levantó de la cama dispuesta a bajar a la cocina y preparar algo para desayunar.

- Esto... ¿Lexa? – La frenó Clarke cuando la castaña ya tenía el pomo de la puerta en la mano.

- ¿Sí?

- ¿Vas a bajar así? – Preguntó Clarke divertida. – No es que me queje ¿Eh?

En esos momentos Clarke pensó que nunca había visto la cara de Lexa tan sumamente roja. Lexa se había quedado petrificada en la puerta muerta de la vergüenza, ni se acordaba que anoche se habían dormido completamente desnudas, y para que pensó en la noche anterior si solo logró ponerse todavía más roja, si es que eso era posible.

Clarke sonrió divertida, pero se levantó acercándose a Lexa completamente desnuda para abrazarla y dejarle un tierno beso en la frente.

- Después de lo de anoche no creo que haya lugar para muchas vergüenzas. – Le susurró al oído.

- Clarke... - Susurró Lexa todavía más muerta de la vergüenza.

Clarke rio y se separó de Lexa para buscar las bragas y camisones de ambas. Le tendió lo suyo a Lexa que se empezó a vestir completamente en silencio intentando superar su ataque de vergüenza.

Cuando ambas estuvieron otra vez vestidas con sus camisones Clarke se acercó a Lexa por detrás y la abrazó por la cintura atrayéndola hacia ella.

- Te quiero. – Le susurró. – Vamos a desayunar anda.

Lexa se giró en el abrazo para poder mirar esos ojos azules que tanto adoraba.

- Te quiero. – Susurró Lexa también, antes de darle un tierno beso a su novia.

Bajaron a desayunar y después dedicaron la mañana a arreglar la casa, y lavar las sábanas, no hacía falta que su abuela se enterara de nada, aunque lo sospechara, antes de que su abuela volviera de sus vacaciones.

- ¿Qué tal lo habéis pasado? – Preguntó su abuela mientras cenaban, hacía un rato que había vuelto de las vacaciones con sus amigas y se habían sentado a charlar sobre los días que habían pasado las tres separadas.

- Muy bien abuela. ¿Y tú?

- Seguro que no tan bien como vosotras. – Dijo con una pícara sonrisa haciendo sonrojar a ambas adolescentes.

Se estuvieron contando lo que habían hecho esos días, obviando la parte sexual, por supuesto, y por lo visto su abuela también lo había pasado bien durante sus cuatro días de vacaciones con las amigas.

El Poder del Amor (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora