Capítulo 26: Felicidad

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Los días y las semanas habían ido pasando y las chicas volvían a estar inmersas en su nube de algodón. No habían vuelto a pelear y por suerte tampoco se habían encontrado con ningún altercado. Julio había llegado y con él, el calor y el buen tiempo, ahora apetecía mucho pasear por el parque y tomarse algo fresquito a la sombra.

Se acercaba la fecha en que se habían conocido, y Lexa quería hacer algo especial, aunque no sabía muy bien el qué. Como era un día laborable y ella tenía que trabajar y Clarke tenía que ir a la escuela, aunque no por mucho tiempo ya, tendría que ser algo por la tarde.

La verdad es que quería animar a Clarke de algún modo, y es que desde el 11 de julio El Ministerio del Interior del Reich había prohibido la entrada de los judíos a centros de salud. Y por supuesto, a Clarke era algo que le dolía mucho.

- Yo no he estudiado enfermería para esto. - Se quejó un día Clarke. - No he estudiado enfermería para solo atender a quien me digan. Yo he estudiado enfermería para ayudar a los demás, para atenderlos y cuidarlos de la mejor manera posible, sin importar su raza, su religión, su cultura, su orientación sexual, si es rico o pobre... Entendería que un centro privado que se dedique una determinada especialidad, como el de mi padre, haya que pagarlo o solo atienda a un determinado tipo de paciente, pero ¿Un centro público? Si hasta mi padre tiene convenio con el estado y los tratamientos de muchos de sus pacientes son pagados por el gilipollas este.

- Clarke... - La advirtió Lexa antes de que siguiera exaltándose.

- Si lo sé... - Dijo Clarke. - Pero me da rabia y asco. ¿Si no puedo ayudar a los que lo necesitan de que sirve estudiar todo esto?

- Seguro que algo cambiará, ya lo verás.

- Si, claro que cambiará. A peor. - Se quejó Clarke. - Mi padre ahora está mirando junto con Joshua como hacer para atender a los pacientes judíos ya que es arriesgado hacerlo en la clínica. Hay demasiado paciente que trabaja para el estado, demasiado soldado.

- Entonces...

- Seguramente montarán algo en casa de Joshua, o puede que en algún almacén de la empresa. No lo sé. ¿Pero tu ves normal que te pueda tratar a ti, pero no a Octavia? ¿Por qué? - Se quejó otra vez Clarke.

- Tú lo has dicho, es gilipollas. - Sentenció Lexa.

Y desde ese día, desde es 11 de Julio y pese a los pocos días de clases que le quedaban, Clarke ya no iba con las mismas ganas a las clases, estaba empezando a aborrecerlo de verdad, y le daba mucha rabia porque le gustaba mucho lo que hacía. Incluso le habían ofrecido un contrato para trabajar en verano en el mismo hospital y lo había rechazado. Nunca pensó que trabajaría en la clínica de su padre porque no terminaba de gustarle el trabajo, en realidad le gustaba mucho la sala de urgencias, estar al inicio de todo, pero si tenía que escoger a quien tratar no estaba dispuesta a hacerlo. Así que por eso dijo que no, porque no estaba de acuerdo en trabajar ayudando solo a una parte de la población. Además, sabía que siempre tendría trabajo en la clínica de su padre, y si no en la librería Woods, ya que últimamente no salía de allí.

Después de mucho pensarlo, Lexa al final se decidió por algo sencillo pero significativo. Así que ese día de Julio, muy cercano a su próximo cumpleaños que ese año sería más multitudinario todavía ya que Jake y Abby se habían apuntado, Lexa fue a buscar a Clarke a la salida del hospital.

Clarke tardó un poco en salir y cuando Lexa la vio pensó que la rubia no estaba muy contenta, últimamente salía bastante desanimada de ese sitio. Pero pese a todo, en cuanto Clarke divisó a Lexa, una enorme sonrisa se instaló en su rostro y se precipitó corriendo a los brazos de Lexa en un intenso abrazo. Lexa no pudo evitar reír ante la efusividad de la chica, pero para que mentir, le encantaba provocar esos cambios en Clarke.

El Poder del Amor (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora