Capítulo 8: Los Griffin

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El viernes había llegado y Lexa estaba más nerviosa, si es que eso era posible, que el día de su cumpleaños. Bueno, sí que era posible estar más nerviosa porque el día de su cumpleaños conocía a todo el mundo y ese día conocería a los padres de Clarke. Esperaba que fueran la mitad de buenos que su hija, con eso tenía más que suficiente.

Clarke, como había dicho, se pasó por la librería antes de ir para su casa. Le gustaba pasar el tiempo allí, ayudando a los Woods, rodeada de libros. Si no fuera porque la enfermería también le gustaba no descartaría trabajar en alguna librería o biblioteca, rodeada de libros. Entendía perfectamente que Lexa se encontrara tan a gusto entre ellos.

- ¿Nerviosa? - Preguntó le preguntó Clarke a modo de saludo.

- Sí. - Se sinceró Lexa.

- Sabes que no te van a comer ¿Verdad?

- Si tú lo dices...

- Eres demasiado dramática. - Rio Clarke. - A lo mejor deberías leer libros cómicos y no tanto drama.

- Me gustan los dramas. - Dijo Lexa encogiéndose de hombros. - Además el uno de los géneros más escritos. Creo que los humanos somos dramáticos por naturaleza.

- Puede ser. Pero también es importante reír y divertirse ¿no?

- Es posible.

- ¿Sabes? Deberías reír más. Tienes una risa muy bonita. - Dijo Clarke logrando que Lexa se sonrojara cuál tomate.

Si el plan de Clarke era intentar relajar a la chica no le estaba saliendo muy bien. Diciendo esas cosas la ponía todavía más nerviosa. Por suerte ese día había trabajo en la librería y las chicas pasaron el rato entretenidas colocando libros y Lexa además atendiendo clientes.

Sobre las siete de la tarde Gustus las echó diciéndoles que tampoco hacía falta que llegaran tarde a la cena y que se fueran yendo. Lexa encantada se hubiera quedado más rato ya que no podía estar más nerviosa. Ambas cogieron sus cosas y salieron a la calle después de despedirse de Gustus y Becca.

- ¿Vamos andando o prefieres usar el transporte? - Preguntó Clarke.

- ¿Cuánto tardamos andando? - Preguntó Lexa.

- Media hora más o menos. Yo siempre voy andando.

- Pues andando entonces. - Dijo Lexa, que además pensaba que le iría bien el paseo para intentar calmar sus nervios.

Fueron andando tranquilamente, comentando las novedades de esos últimos dos días en los que no se habían visto, aunque no había mucha novedad. Clarke de vez en cuando le señalaba a Lexa alguna tienda que le gustaba y Lexa la escuchaba atentamente.

Cuando ya llevaban media hora caminando Clarke se paró de golpe y Lexa la miró desconcertada.

- Ya hemos llegado. - Le informó Clarke señalándole su casa.

- ¿Ya? - Dijo Lexa, a la que el paseo se le había hecho excesivamente corto.

- Sí. - Dijo Clarke entre risas.

- No sabía que vivías en una casa. Pensé que vivías en un piso.

- Era la casa de mis abuelos, cuando murieron nos mudamos aquí. A mí de pequeña me encantaba venir aquí, siempre podíamos jugar en el enorme jardín. - Empezó a explicar Clarke mientras ponía rumbo a la puerta de entrada. - El otro piso lo tenemos alquilado pero mi padre cree que no durará mucho tiempo más.

- ¿Por qué? - Preguntó Lexa.

- Los inquilinos son judíos, amigos de mis padres y de los de Octavia. Pero cada vez están peor las cosas para los judíos y los alemanes que los ayudan, así que mi padre teme que decidan irse del piso para no causarle problemas a él.

El Poder del Amor (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora