Capítulo 58: Reflexiones

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A la mañana siguiente parecía que algo había cambiado. Si bien Gustus y Becca todavía no habían hablado de su experiencia, al menos Lexa parecía sentirse algo más liberada al haber podido hablar de la suya y de haber recibido, por fin, ese anhelado abrazo.

Para Clarke también había cambiado algo y es que por fin había visto sonreír a su chica como hacía tiempo que no hacía, desde que habían detenido a sus padres. Y eso hacía que ella también volviera a sonreír plenamente.

Los días iban pasando y pese a que los Woods no parecía decididos a abrirse, ni siquiera a su hija, al menos ya no pasaban tanto tiempo encerrados en la habitación y de vez en cuando hablaban con alguien, sobre todo con Lexa, de cosas sin importancia. Y al menos Lexa se sentía bien, porque los brazos de sus padres volvían a rodearla cuando lo pedía o necesitaba. No hacían falta palabras, esos abrazos eran todo lo que Lexa necesitaba.

El sábado veintidós de junio fue el día escogido por Clarke para celebrar una pequeña fiesta sorpresa por el sexto cumpleaños de Madi. Había sido difícil encontrar algún regalo en el caos que era Berlín esos días pero finalmente lo consiguieron. El día pasó con normalidad, con la excepción de que todos se reunieron para comer ese día. El momento especial llegó cuando apareció Abby con el postre, una gran tarta de cumpleaños, momento en que todos se pusieron a cantarle el cumpleaños feliz a Madi, que al principio no entendía nada, porque la verdad es que ni siquiera ella sabía cuando era su cumpleaños.

- Felicidades mi amor. – Dijo Clarke levantándose de su sitio y colocándose detrás de Madi. – Siento que sea tan tarde.

- ¿Tarde? – Preguntó Madi sin entender.

- Tu cumpleaños fue el veintiséis de Mayo ¿no?

Madi simplemente se encogió de hombros.

- Bueno sopla las velas. Y pide un deseo. – Le dijo Clarke.

Madi cerró los ojos pidiendo aquello con lo que llevaba tantos meses soñando, y sopló las velas.

Clarke la abrazó con cariño y Madi le dejó un tierno beso en la mejilla. Comieron la tarta con calma, comentando diferentes cumpleaños. Madi le preguntó a Clarke en un susurro si ahora ya tenía seis años y Clarke con una tierna sonrisa le dijo que sí.

Después de comer fueron al salón y le dieron sus regalos a la pequeña que empezó a abrir paquetes emocionada. La ropa le pareció muy bonita, la muñeca que le habían regalado preciosa, pero lo que más le llamó la atención fueron los coloridos cuentos.

- ¿Me los leerás? – Le preguntó Madi a Clarke.

- Claro. Y también te enseñaré a leerlos ¿Quieres?

- ¡Sí! – Exclamó Madi abrazándose a la rubia que la acogió entre sus brazos. – Te quiero Clarke.

- Yo también te quiero peque. – Dijo Clarke visiblemente emocionada ante ese amor tan incondicional de esa pequeña a la que tanto amaba.

El día de celebración del cumpleaños de Madi fue un punto de inflexión para los Woods. A lo mejor ver esa felicidad, revivir lo que ellos habían vivido cuando su hija era pequeña, los ayudó a abrirse. Y finalmente, ese día, los Woods se abrieron a su hija, contándole lo que habían vivido y cómo habían sobrellevado ese horror. No es que fuera algo muy diferente a lo que hubiera vivido una persona en un campo de concentración, pero nunca es lo mismo vivirlo en las propias carnes que simplemente escucharlo de la boca de otro. Y por supuesto no todo el mundo siente las cosas igual, y no todo el mundo vivió las mismas experiencias, seguro que hubo gente que sufrió experiencias más horrorosas y otros que en cambio no lo sufrieron tanto.

El Poder del Amor (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora