Clarke llegó a casa sin que las lágrimas hubieran dejado de caer por sus mejillas. No había nadie en casa, mejor para ella porque no quería ver a nadie. Se fue a su cuarto y se tumbó en la cama abrazada a su almohada.
No sabía cuánto rato había pasado, pero no debía ser mucho, cuando oyó que la puerta principal se abría. Seguramente sería Raven que volvía de trabajar. Lo confirmó cuando oyó que la llamaba, aunque ella no se dignó a contestar. La oyó subir por las escaleras y meterse en su habitación.
- ¿Clarke? – La entrada de Raven en su habitación la sobresaltó. A lo mejor su silencioso llanto no lo era tanto. - ¡Clarke! – Exclamó Raven alarmada. - ¿Clarke, que pasa?
Pero Clarke, en vez de contestar, se acurrucó todavía más, dejando que las lágrimas corrieran libremente por sus mejillas.
- Cariño... - Dijo Raven tumbándose en la cama y abrazando a su amiga por la espalda para intentar confortarla. - ¿Qué está mal Clarke? Sssshhhh tranquila. Estoy aquí.
Clarke no dijo nada. Simplemente lloró hasta quedarse dormida, momento que Raven aprovechó para salir del abrazo, taparla y dejarla dormir. No sabía que había pasado, pero nunca había visto a su amiga de esa manera, así que nada bueno podía ser.
Cuando los padres de Clarke llegaron a casa Raven les comentó lo que había pasado. Pero ninguno tuvo más suerte de la que tuvo Raven. Clarke se negó a hablar, se negó a bajar a cenar y se quedó en su habitación llorando hasta quedarse dormida para volver a despertarse poco después sólo para volver a llorar. Ni siquiera podía pensar, sólo sabía que dolía, dolía mucho.
Cuando llegó la hora en todo el mundo se fue a la cama y pasaron a darle las buenas a Clarke tampoco consiguieron ninguna reacción por parte de la rubia. Todos estaban preocupados porque no sabían lo que le pasaba a Clarke, pero nunca la habían visto así, ni siquiera cuando sus abuelos murieron. Raven fue a cambiarse a su habitación solo para volver a entrar en la de Clarke y acostarse con ella. Su amiga se acurrucó contra ella para dormirse entre lágrimas.
La mañana siguiente tampoco fue buena. Clarke volvió a negarse a bajar a desayunar. Los Griffin empezaban a preocuparse y además tenían que irse a trabajar porque ese día llegaba un paciente importante a la clínica, pero Raven les dijo que se fueran tranquilos que ella se quedaba con Clarke.
A media mañana Raven decidió subir algo de comer para Clarke, pero ésta simplemente lo rechazó.
- Clarke tienes que comer algo.
Clarke simplemente negó con la cabeza.
Raven empezaba a estar frustrada, no sabía que hacer por su amiga. Dejó la comida en la habitación y salió. Se puso el abrigo, cogió su bolso y salió a la calle. En pocos minutos se había plantado en casa de los Blake.
- ¿Está Octavia? – Le preguntó Raven a Aurora en cuanto ésta abrió la puerta.
- Si. Pasa. – Dijo Aurora dejando pasar a la latina. – Está en su habitación.
Raven le dio las gracias y fue en busca de su amiga, que, efectivamente, estaba en su habitación.
- Octavia te necesito. – Dijo Raven sobresaltando a la morena a la que no había oído entrar en su habitación.
- ¿Qué pasa? – Preguntó ésta preocupada nada más ver la cara de su amiga.
Raven le explicó todo lo que había pasado con Clarke desde que llegó a casa el día anterior. Octavia no lo dudó y en cinco minutos estaban saliendo por la puerta diciéndole a Aurora que estarían en casa de los Griffin.
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El Poder del Amor (Clexa AU)
FanfictionBerlín 1937 Clarke es una chica de dieciocho años que está estudiando en una de las escuelas de enfermería que la Cruz Roja tiene en Berlín. Clarke proviene de una familia acomodada gracias al negocio de su abuelo. Su padre es médico del ejército al...