Las fiestas habían terminado, y con ello la vuelta a la normalidad había regresado. Los padres de Raven habían vuelto a Estados Unidos, Clarke había vuelto a las clases y Lexa a trabajar en la librería. Y como ya era habitual, al menos dos o tres veces a la semana, Clarke se pasaba por la librería a ver a Lexa y a ayudar. Aunque todo sea dicho, ahora tardaban bastante más que antes en, por ejemplo, clasificar los ejemplares que había en cajas. ¿La razón? Se entretenían en otras cosas. También había algún día que Lexa se escapaba a recoger a Clarke a la salida y aprovechaban para pasear y hablar.
Unos días después de que todo volviera a la normalidad se presentó la oportunidad que Clarke estaba esperando. Ese día cenaría a solas con sus padres, ya que Raven había quedado con Kyle para cenar. Por lo visto la relación ya no era simplemente de amistad... porque tal y como se había arreglado su amiga para salir, Clarke tenía bastante claro que había algo más. Aunque Raven no le había contado, cosa que la enfadaba porque ella se lo contaba, casi todo, sobre Lexa. Bueno vale, puede que fueran muy obvias, pero eso no quitaba el hecho de que Clarke sí que se sinceraba con su amiga.
Así que esa noche los Griffin cenaron tranquilamente mientras comentaban su día. Jake comentaba que el ejército se había puesto en contacto con él para volver a contar con sus servicios, cosa que le había extrañado mucho porque desde que finalizó la Gran Guerra la única relación que había tenido con el ejército eran los veteranos de esa guerra que se trataban en su clínica y que acudían a rehabilitación. Clarke y Abby no parecían muy contentas con la noticia, es más, parecían preocupadas. Pero Jake les dijo que no había dicho ni que si ni que no. En esos tiempos que corrían ir en contra del régimen no era bueno, pero había gente que tampoco estaba dispuesta a traicionar sus principios. Según les contó a sus dos chicas, la respuesta que había dado era que él se comprometía a tratar en su clínica a cualquier militar que lo necesitara pero que en esos momentos prefería quedarse en Berlín porque ahora tenía una familia de la que cuidar. En realidad, Jake pensaba que, si hubiera otra guerra, pese a que lo llamaran a filas y tener que volver a alistarse, esperaba que su experiencia lo ayudaría a que aceptaran su ayuda de esa manera, no en primera línea, si no en la recuperación posterior, donde estaba claro que también se necesitaban profesionales preparados.
Después de esa noticia que a todos les había dejado un sabor amargo Clarke no tenía claro si era el mejor momento para hablar sobre lo suyo con Lexa. No creía que hubiera muchas más posibilidades de estar los tres solos en casa, sin que nadie los molestara, pese a que Raven sabía que la apoyaría, pero eso era algo que tenía que pasar sola.
Una vez Abby y Clarke hubieron recogido todo lo de la cena se sentaron en el salón con Jake.
- Tengo que deciros algo. – Fue la frase introductoria de Clarke.
- Adelante pequeña. – Dijo Jake.
- Papá... Ya no soy pequeña. – Se quejó Clarke.
- Para mí siempre lo serás, así que no protestes. – Le dijo su padre.
Clarke soltó un suspiro poco conforme ante esa afirmación de su padre.
- Y bien... - Dio pie su madre a que Clarke continuara.
- Yo... - Dijo Clarke a la que de repente se le había olvidado todo lo que había ensayado sobre cómo decirles a sus padres lo que sentía por Lexa. – Yo... Me gusta alguien.
Después de esa confesión los tres se quedaron callados, observándose, evaluándose con la mirada. Clarke esperaba que sus padres dijeran algo. Sus padres esperaban que Clarke fuera más explícita.
- ¿Quién? – Cedió al final Abby al ver que su hija no tenía intención de continuar hablando.
Después de unos momentos de incómodo silencio finalmente Clarke contestó.
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El Poder del Amor (Clexa AU)
FanfictionBerlín 1937 Clarke es una chica de dieciocho años que está estudiando en una de las escuelas de enfermería que la Cruz Roja tiene en Berlín. Clarke proviene de una familia acomodada gracias al negocio de su abuelo. Su padre es médico del ejército al...