Capítulo 53: Clarke

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Al llegar a un coche, Finn puso una capucha sobre la cabeza de Clarke para que no pudiera saber a donde se dirigían. Después de un buen rato de viaje en coche, sin saber exactamente cuánto tiempo había pasado ni hacia donde se dirigían, pararon. Clarke fue conducida a un edificio y después de recorrer varios pasillos y escaleras le quitaron la capucha y fue arrojada a una celda pequeña, asquerosa y mal iluminada.

Cuando la encerraron allí lo único que pudo hacer fue acurrucarse en un rincón y echarse a llorar, no sólo por ella, más bien por Lexa, el no saber donde estaba y lo que le estaba pasando era lo que más miedo le daba.

No sabía cuánto tiempo había pasado cuando la puerta se volvió a abrir. Finn entró con una sonrisa de suficiencia en el rostro que logró estremecer a Clarke pese a que intentó que no se notara. Sin decir nada agarró a Clarke por los pelos y la arrastró fuera de la celda y después de recorrer varios pasillos con Clarke trastabillando detrás de él la arrojó a otra celda. Igual que la anterior, pero algo más grande ya que contaba con una mesa con dos sillas y un asqueroso camastro

- Siéntate. – Ordenó él.

Clarke lo hizo, sentándose en una de las sillas y viendo como él se sentaba en la otra.

- ¿Y bien? ¿Qué tienes que decir en tu defensa? – Preguntó despectivamente Finn.

- Que te lo has inventado todo. – Fue la seca respuesta de Clarke intentado que no le temblara la voz. – No tienes pruebas.

- Puede que no tenga pruebas de tu traición al Führer, pero lo sé, te conozco. ¿Acaso tu mejor amiga no es judía? ¿Dónde está?

- En Estados Unidos. – Dijo Clarke sin faltar a la verdad sabiendo que la distancia protegía a su amiga.

- ¿Y sus padres? ¿Y su hermano?

- También.

- Pero desparecieron cuando empezaron las detenciones a judíos. Muy oportuno ¿no? – Clarke simplemente se encogió de hombros. – Seguro que tu y tu familia los ayudasteis.

- No tienes pruebas. – Repitió Clarke.

- Puede... - Dijo Finn encogiéndose de hombros. – Pero es más que suficiente para mandarte a un campo.

Clarke se estremeció ante esas palabras, pero no dejó que saliera a relucir, no quería darle esa satisfacción a ese cerdo.

- Además... - Empezó a decir Finn. – Eres tan asquerosa como para acostarte con otra mujer.

- ¿Te parece asqueroso acostarte con una mujer? – Espetó Clarke.

Finn se levantó propinándole un bofetón que la mandó al suelo. Clarke gimió de dolor más por el choque de su cuerpo contra el suelo que por el bofetón. Finn la agarró de los pelos tirándola a la cama que había en esa celda.

- Me encanta acostarme con mujeres. – Le dijo de forma amenazante. – Pero es asqueroso que dos mujeres lo hagan.

- Yo no me he acostado con ninguna mujer. – Espetó Clarke.

- ¡Mentirosa! – Gritó él mientras le propinaba otro bofetón.

Clarke ahogó un grito de dolor, no pensaba darle esa satisfacción a ese cerdo hijo de puta.

- ¡Y te lo voy a demostrar! – Volvió a decir Finn mientras se desabrochaba los pantalones ante una Clarke horrorizada.

- ¡Desnúdate! – Casi le escupió. Clarke negó con vehemencia y Finn se acercó amenazante añadiendo. – O te desnudas tu o lo hago yo y no quedará nada de esa ropa que llevas y te irás desnuda a tu destino.

El Poder del Amor (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora