"#3"

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A la mañana siguiente la madre de ambos jóvenes se levantó muy temprano esto con el fin de despertar a sus queridos hijos, con una enorme sonrisa en el rostro, la mujer subió al cuarto de su hijo mayor, y oprimió un simple botón rojo que había preparado el día anterior en secreto.

Apenas lo toco y unas 5 bocinas se escucharon en la habitación resonando fuertemente en las paredes del lugar, causando que algunos utensilios en el lugar vibraran de la intensidad, Jake más que alarmado cayó de la cama y tomo lo primero que vio para defenderse, causando una hilarante escena, al sostener una suave pantufla con forma de conejito.

La madre se moría de la risa mientras cerraba la puerta con una alegre sonrisa; a pesar de ser una mujer educada y hermosa no dejaba de ser alguien muy enérgica y extrovertida la cual amaba gastarle bromas a sus propios hijos con el fin de divertirse, aunque claro, esta siempre verificaba que fueran lo suficientemente inofensivas para no lastimarlos pero si lo bastante fuertes para hacerla reír, sin contar las numerosas grabaciones que tenia, como lo era en ese momento, ya que mientras sostenía una cámara pequeña entre sus delgadas manos. 

Luego de unos segundos esta fue al cuarto de su hijo menor, tomo un par de cintas y las pego delicadamente en los brazos y piernas del menor, aunque este no tenía mucho vello, no le importó para comenzar a grabar y de esta manera arrancar las cintas de un solo tirón, logrando que de esta forma despertara a su hijo de un grito muy agudo.

— Buenos días cariño, hora de levantarse.

Sonreía la mujer animadamente, el chico la miro con molestia, aunque luego de unos segundos apareció un fornido hombre con el rostro claramente enojado, este se encontraba de pies a cabeza, pintado de diversos colores y justo en su frente tenia las palabras UNA DIVA con plumón permanente.

—María...

Murmuró el hombre con cierto enojo en su voz, está hizo la cara más inocente que pudo y salió corriendo como rayo por las escaleras, siendo perseguida por su querido esposo Jhon, aunque aun así no dejaba de reír y grabarlo cuando tenia oportunidad.

Porque si, está era una típica mañana en la familia Meller.

Luego de que los adultos se retiraran de la habitación del menor, Christian no pudo evitar suspirar, este se removió el cabello de su cara recién levantada para después dirigirse hacia su baño a limpiarse y de esta manera después colocarse la ropa que escogió su mejor amiga el día anterior. La ropa se amoldaba tan bien a su personalidad de se sorprendió de los bien que lo conocía su amiga, ya que desde los pantalones color crema, la camiseta blanca, el suéter de rallas con tonalidades cálidas y los tenis blancos, le daban un aire puro y tranquilo como era el, además de que se sentía cómodo con la combinación. 

Este se miro al espejo unos segundos para luego tomar su mochila repleta de libros y libretas para que al final se la colocara.
El chico se sonrió al espejo mientras tomaba un poco de su colonia preferida y se la aplicaba detrás de las orejas y muñecas, al final este satisfecho son su imagen agarro su teléfono y un par de curitas que siempre llevaba consigo.

—Buenos días familia— El chico beso la mejilla de su madre, para luego proseguir con su padre y por último su hermano mayor.

—Buenos días cariño.— Respondió al instante la mujer  mientras preparaba pan tostado y jugó.

—Buenos días hermanito, te tengo buenas noticias, hoy te llevaré junto con tus amigos a la escuela, paso por allí cuando voy al trabajo así que no será un problema.

Aclaro mientras tomaba su jugo y le sonreía, a lo que el pequeño solo le sonrió y asintió un poco nervioso por su primer día en la escuela.

— Bueno chicos, apresúrese que los amigos de Chris ya llegaron.

Estos terminaron de comer rápidamente, y luego de unos segundos el hermano mayor de los Meller les abrió la puerta a los mejores amigos de su hermanito, regalándoles en seguida una de sus mejores sonrisas y más al ver que cierta persona especial se encontraba allí en ese momento.

Solo tuvieron que pasar un par de minutos para que esas cuatro personas estuvieran en el auto del mayor; estos sin mucha espera, emprendieron su viaje seguro a la escuela de los mas jóvenes pero a comparación de los rostros emocionados de la mayoría, Christian se moría del miedo por dentro, por otro lado, ignorando la actitud de este, la única chica en el auto se encontraba bastante emocionada, y los otros dos restantes veían la escena con una pequeña sonrisa esperando pacientemente llegar al lugar.

—¡Estoy tan emocionada!, esperen, creo que se arrugo mi vestido, ¿se nota mucho?.— Exclamó la peliazul alarmada mientras veía su vestido desesperada buscando alguna arruga en el.—

—Jess, ¡ya lo preguntaste veinte veces y tu vestido sigue igual!— Le respondió el rubio con una risa pequeña mientras negaba mirando a la chica.—

—Si, si, como sea, Chrís veo que te pusiste la ropa que escogí para ti ayer.

Le sonrió al pelirrojo más pequeño, quién miro su atuendo rápidamente y asintió con una sonrisa ladina, ignorando la risa disimulada de su amigo.

—Bueno chicos, ya llegamos.

Anuncio con una espléndida sonrisa el más grande mientras veía la gran escuela frente ellos, la chica más que contenta le agradeció escuchando de fondo como Marcos le daba las gracias también, por otra parte Christian miraba la escuela con preocupación.

Soy muy tímido y lo sé, que tal si no le agrado a la gente o se burlan de mi, que tal si piensan que soy un tonto.

La chica se dió cuenta enseguida del comportamiento inseguro de su amigo, así que esta con sus mejores aminos y con una ligera sonrisa le dijo.

—No te preocupes Chris, Marcos y yo estaremos contigo, ningún pendejo podrá tocar un solo milímetro de tu precioso cabello color remolacha.— Le sonrió al pequeño mientras esté reía un poco de sus ocurrencias.— 

—Exacto, además cualquier cosa me llamas enano, sabes que siempre vendré por ti a cualquier hora del día.—  Este le sonrió a su hermano, el cual asintió con una sonrisa nerviosa.—

Pero nadie se imaginaba que al entrar por esa gran puerta, la vida de esas personas iba a dar un gran giro que cambiaria sus vidas por siempre.

¡¿Mi mate, un lobo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora