"#44"

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¡¡MARATÓN!!

Un tatuaje...

Espera... ¡¿un tatuaje?!, ¡¿cuándo se lo habían hecho?!, Cris miraba sorprendió y alterado la imagen en su muñeca el cual era muy parecido al de su novio.

 ¡¿un tatuaje?!, ¡¿cuándo se lo habían hecho?!, Cris miraba sorprendió y alterado la imagen en su muñeca el cual era muy parecido al de su novio

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Ethan tenía la corona del lado izquierdo mientras que Cris tenía el de la derecha.
El pelirrojo miro a los ojos a su novio buscando una explicación, pero este solo susurro algo que no pudo entender el menor.

—¡¿Qué?!, ¡tengo un tatuaje!, ¡un tatuaje Ethan!, Creo que me van a matar mis padres, definitivamente, ¡me van a matar!.

—Relájate bebé, ¿si?, Mira no es un tatuaje es una marca, una marca única que nos diferencia de ser mates, además son coronas por qué soy un alfa puro, descendiente de un largo lineage y tú estás en el cariño.

El menor se tocó la marca un poco sonrojado, y al instante sintió una descarga eléctrica pasar por su cuerpo, sorprendido miró al pelinegro el cual lo veía extrañado ya que él también había sentido eso.
El chico tocó un poco más fuerte el tatuaje y pudo sentir la conexión que tenía el con su mate.

Los dos se sonrieron felizmente, a lo que el lobo abrazo efucibamente besando repetidas veces su rostro por lo emocionado que se encontraba al ver que poco a poco su unión era más y más fuerte.

—Otra cosa bebé.

—¿Si?...

—Estos "tatuajes" por así decirlo no son sólo uno...

Cristian quien se encontraba guardando las cosas en el botiquín, se sorprendió al escuchar al chico.
Se giró aterrado, ya que el ardor era muy fuerte y admitía que le asustaba que tipo de poderes tendrían y sin contar el como escondería el tatuaje, sino que su novio lo remataba diciéndole que no sería el único que tendrían.

El pelinegro no pudo evitar retener una gran carcajada al ver la cara de terror que ponía su mate, pero se silencio cuando vio que este le sonreía siniestramente.

—De esta no te libras, cariño...

El más alto tragó saliva estruendosamente, sus amigos le habían advertido de no meterse con el pecoso, pero lamentablemente el ya no tenía escapatoria.

Una hora después la doctora entro a la enfermería con un par de bolsas de comida y jugó.

—¡¡Ahhh!!.

La mujer tiró todo al piso al ver a una persona amarrada en el suelo con gasas, si gasas, ¿cómo lo hizo nuestro pequeño pelirrojo para dejar indefenso a un alfa que lo superaba en fuerza y altura?

Eso sólo él lo sabe...

¡¿Mi mate, un lobo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora