"#11"

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¡¡MARATÓN!!

Cuando nuestro pequeño pelirrojo entro a la casa no pudo evitar sonreír tontamente por lo ocurrido hace unos minutos, aunque rápidamente la quito por la mirada de su madre quien se encontraba sentada en el sillón con una mirada sería.

—Ya es tarde, ¿dónde estabas?.

Pregunto lentamente la mujer viendo a su hijo con el seño fruncido.
El pequeño tembló, esa mujer era igual o peor que su mejor amiga.

—Y-yo estaba con un amigo, me invitó a conocer el lugar.

Confirmo lo más tranquilo posible, aunque no le salió como lo esperaba.

—Un amigo ¿eh?...

La mujer se levantó de su asiento rápidamente y se aproximo al más pequeño quién temblaba del miedo, este pensaba en todas las formas posibles de como su madre lo asesinaría y créanme, ninguna era bonita.

—¡¿Y como es?!, ¿Te gusta? , ¡dios mío dime qué es guapo!.

Aunque se le olvidó que su madre siempre quiso un hijo gay, así que luego de un suspiro y un gran sonrojo la miró ligeramente enojado.

—Solo es un amigo má—Le confirmo con un suspiro—

—¡Que aburrido!, Ah... Pero eso no quita que llegaste tarde señorito—Le reprochó la mujer quien lo miraba molesta—

—Si mamá, perdón, la próxima ves te avisaré, lo prometo.

Le confirmo a la mujer de su altura, la cual con una radiante sonrisa acarició su rostro y le dió de comer el huevo que ella había preparado.
Cabe recalcar que sabía horrible, pero como fue el esfuerzo de su madre se comió hasta la última migaja del plato respetos de estos.

—¡¿Le diste de comer eso al chico?!, ¡Se nos va a morir mujer!.

Le reprochó el hombre a su esposa mientras bajaba de las escaleras acompañado de una sonrisa burlona.

—Ohhh, cállate hombre, que le gustó, ¿verdad cariño?.

La mujer se dirigió a su hijo el cual hizo un intento sobrehumano para sonreírle y responder un " si mami" con mucho esfuerzo para no vomitar.

—Te compadezco hijo...—murimuro el barbudo con una pequeña risa—

Cuando este se iba a retirar a su cuarto su padre le dió a escondidas un chocolate el cual al verlo le sonrió al mayor y se fue rápidamente a su habitación para comerlo y quitarle ese horrible sabor de la boca.

Lo comió rápidamente mientras leía uno de sus tantos libros para luego quedar dormido con una radiante sonrisa sobre lo ocurrido hoy...

¡¿Mi mate, un lobo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora