Su nombre es Christian, se mudó a la ciudad junto con sus mejores amigos y familia.
Pero nunca pensó que al mudarse encontraría algo mejor que los grandes libros que leía.
Su secreto...
El es Ethan vive en la misma ciudad que el chico nuevo, pero el...
Como de costumbre el rubio se levantó y cambio para ir a la escuela, el suponiendo que saliendo iría con su "novio" a una cita trato de vestirse bien, aunque algo discreto. La mayoría de su ropa era negra pero hoy decidió cambiarla un poco.
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Cuando llego a la casa de los Meller noto que la pelirosa ya se encontraba allí; este saludo a sus mejores amigos y a los padres del pelirrojo pero además vio que la chica no dejaba de mirar sus zapatos.
—¿Esas no son tus botas favoritas?, ah ya entiendo, es por Jake, ¿no?
Le susurró al oído mientras sonreía, el rubio se sonrojo ligeramente y desvió la mirada con una mueca, por lo cual Jessica no pudo evitar reír un poco, aunque después le dio suaves palmadas a su amigo con una gran sonrisa en su bello rostro.
—¿Nos vamos chicos?, Hoy si nos lleva mi hermano.
Aclaro con una tierna sonrisa Cristian, los más altos le sonrieron felizmente y subieron al auto del pecoso mayor esperándolo. Cuando esté llegó le dió una rápida mirada al rubio aunque nadie lo vio a excepción de él, el tiempo pasó velozmente por lo que a menos de cinco minutos ya se encontraban en la escuela, los tres bajaron rápidamente, pero el último en hacerlo fue el rubio, por lo cual Jake lo miro por el retrovisor y con voz coqueta le dijo.
—¡Hey Marcos!.
—¿Qué pasa Jake?.
—Lindo atuendo.
El rubio iba a contestarle sino fuera porque el timbre de la escuela ya había sonado y sus mejores amigos lo esperaban; la chica con una enorme sonrisa emocionada junto con un pequeño pelirrojo veían la escena extrañados, aunque al final el chico no dijo nada, simplemente agachó la mirada sonriente y siguió a sus amigos dentro de la escuela.
Por lo que cada quien fue a sus clases dejando a un lado lo ocurrido con anterioridad, clase tras clase el rubio no dejaba de pensar que saliendo de aquí, tendría una cita con el chico que le gusta desde hace mucho tiempo.
Tuvieron que pasar varias horas para que al fin tocarán para el descanso y así, Marcos se encaminó a la cafetería encontrándose con sus amigos, estos lo saludaron y empezaron a platicar animadamente.
—Esperen aquí chicos iré al baño, no me tardó.
El pequeño pelirrojo se levantó de su lugar con una tierna sonrisa y se fue directo al baño de hombres lo cual aprovecho la loca pelirosa para empezar a meterle cisaña a su nervioso amigo.
—¿Soy yo o es la primera vez que te veo así de nervioso?.
El rubio miro mal a su amiga pero lo gracioso es que ella tenía toda la razón el chico en ese momento se encontraba tocándose el cabello cada tres segundos para acomodarlo, además de que no paraba de mover su dedo de arriba hacia abajo haciendo un ruido molesto cuando chocaba contra la mesa. La chica no pudo evitar reír por su raro comportamiento de su mejor amigo, en verdad no era común verlo de esa manera.
—Solo te digo que no lo hagas muy obvio, Cris ya está sospechando.
Le menciono un poco seria, por lo que el chico en ese momento solo asintió viendo como el pequeño pelirrojo venía hacia su dirección.
Luego de muchas horas más, ellos salieron de la escuela; los chicos se iban a encaminar a la casa del rojizo por un trabajo que tenían pero Marcos se excuso diciendo que tenía que terminar un trabajo de su salón en la biblioteca. Ellos no se negaron y se fueron no sin antes despedirse del rubio.
Minutos después llegó el pelirrojo más alto para su cita...
Esto será interesante... Pensó el pelirrojo mayor mientras conducía con una sonrisa hacia su cita con el lindo rubio que tenía como "novio".
