Su nombre es Christian, se mudó a la ciudad junto con sus mejores amigos y familia.
Pero nunca pensó que al mudarse encontraría algo mejor que los grandes libros que leía.
Su secreto...
El es Ethan vive en la misma ciudad que el chico nuevo, pero el...
Los días pasaron y la relación de los dos jóvenes enamorados fue siendo más fuerte y vivas. Aunque hoy era un día muy especial, hoy saldrian en una cita, claro que está no iba a ser una salida como las otras ya que lo que nuestro pelirrojo no sabia, es que esta velada jamás la olvidaría.
Ellos salían constantemente a citas como en el parque, el cine, la playa, el centro comercial o a las firmas de autógrafos de autores que le gustaban a Cris. Sus familiares sospechaban que salían con alguien constantemente pero ningún lado de la familia se animaba a preguntarle a los enamorados.
Hoy se encontraban en la casa de Ethan mintras hacían la tarea platicaban y se ayudaban en las materias, por ejemplo Cris ayudaba al pelinegro con las matemáticas y ciencias mientras que Ethan lo ayudaba con el español y el inglés. Se complementaban muy bien entre ellos, casi como si fueran la pareja perfecta.
—Oye Cris, ¿te gustaría ir a una cita conmigo?—menciono algo nervioso el lobo ya que tenía algo en mente—
El pecoso lo miro extrañado pero solo asintió con una sonrisa dulce, a fin de cuentas sentía que su relación con el chico iba mejorando cada día más, agregando de que le gustaba salir con él, era divertido y muy carismático por lo que era fácil llevarse de maravilla.
—¡Exelente!, ¿entonces mañana a las 2?, ¿Te parece?.
—¡De acuerdo!.
El pecoso se sonrojo levemente sonriendo y miro el reloj de pared del chico observó que era algo tarde así que decidió irse antes de que se haga más de noche.
—Creo... Que me tengo que ir.
El pelirrojo tocó su cuello con nerviosismo y el más alto mostró su mejilla con una sonrisa por el contrario el timido chico rápidamente se aproximó a él y beso su mejilla con un ligero sonrojo en sus mejillas. Esto lo habían estado haciendo cuando el chico se marchaba, lo cual no le desagradaba por alguna razón.
Ethan con una gran sonrisa acompaño a la salida al más pequeño y con otro beso el la mejilla se despidieron con una gran sonrisa en sus rostros.
Al día siguiente y como siempre el pequeño le contó a sus amigos sobre su otra cita programada para este día, por lo cual, sus amigos fueron a su casa para arreglarlo un poco, esto se estaba volviendo costumbre para ellos, aunque ahora solo lo aconsejaban y ayudaban con la ropa ya que el chico había estado escogiendo por si mismo sus conjuntos con ayuda de su amiga, los cuales por cierto, lo hacían ver realmente lindo.
—¡No me puedo creer que el chico más popular de la escuela está saliendo contigo!, ahh... Mi pastelito de red velvet ya creció.
—¿Q-qué? , no somos pareja.
Aclaro sonrojado el pecoso pero fue interrumpido por el rubio con un tono pícaro.
—Pero ya quisieras.
La peliazul se rió y siguió peinando el alocado cabello del chico, le arreglo su ropa y cuando terminó el salió de su casa con una sonrisa y se encaminó al parque donde ellos se encontrarían.
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El mayor se sonrojo un poco por la tierna vestimenta de su mate, y como buen caballero lo tomo de la mano y lo condujo a su auto, directo hacia la feria.
Cuando llegaron el pelirrojo estaba sorprendido y muy feliz. Se le podía ver en los ojos la emoción que tenía, pero entes de hacer lo que sea este arrastró con esmero al más alto, visitaron casi todos los juegos; a su alrededor solo se escuchaban las risas de diversión por parte Cristian y los gritos de terror del ahora no tan valiente lobo.
—¡Eso estuvo divertidísimo!.
—Si tú lo dices...
El más alto encontró un puesto de tirar pelotas para que las botellas cayeran al suelo y el premio era un elefante, el menor le había mencionado una ocasión que su animal favorito era el elefante por lo que no lo pensó mucho cuando arrastró al menor directo al lugar, con toda la determinación del mundo pago e intento botar todas las pelotas con 3 tiros.
Lamentablemente al 6to intento se rindió, y el pelirrojo al ver lo frustrado que estaba pago su propio boleto y tomo las tres pelotas rojas este apunto a su objetivo aún con la atenta mirada del mayor a su lado. El primer tiró boto solo a 3 botellas pero luego de ese el chico aplicó más fuerza derribando al resto de estos. El ojiazul lo veía imprecionado, el pequeño tomo el gran peluche de felpa que casi no le entraba en las manos y se lo entrego delicadamente al más alto con una sonrisa.
—No Cris, es tuyo, tú lo ganaste.
—Si, pero quiero regalartelo—Aclaro con un gran sonrojo en las mejillas—
El pelinegro no pudo negarse y arrastró al último juego mecánico que no se habían subido esa noche, a los carros chocones.
Pagaron sus boletos y se subieron cada uno en los carritos, Cris en uno bastante gastado de color rojo y Ethan en uno rosa chillón por lo que el pelirrojo no pudo evitar reír un poco por la elección del más alto.
Entre empujones y risas concluyeron el juego, se sentaron en una banca junto a una heladería y comieron unos ricos helados de chocolate y vainilla.
—Cris, te quería hacer una pregunta.
—Claro, ¿cuál es?.
Pregunto con una sonrisa el más bajo, el lobo tomo su mano con delicadeza perdiéndose en la sensación de su tacto; con sus finos labios beso sus nudillos para luego decir con dulzura y amor.
—Cris hoy fue una noche estupenda pero quería preguntarte algo importante por eso te digo, ¿me harías el hombre más feliz de todos, si aceptarás ser mi novio?...
El pequeño que estaba comiendo despreocupadamente su helado se sorprendió tanto de la declaración que sus ojos no podían estar más abiertos y su rostro de sorpresa describía lo impactado que se encontraba. Empezó a tartamudear y a sonrojarse mucho, hasta que tomo aire y lo miro con un brillo en los ojos.
—¡P-por supuesto que sí!.
El pelinegro estaba más que feliz, pero antes de decir o hacer algo el menor se le había avalazado encima en un gran abrazo.
El más alto lo tomo de la cintura y lo giro un poco con alegría, para luego bajarlo con delicadeza y verlo a los ojos. Y allí fue como un beso, pudo ser más que perfecto en ese momento.
