Los tres chicos bajaron del auto rápidamente, viendo en la lejanía como el mayor se despedía con una gran sonrisa, estos agitaron sus manos hasta que no pudieron verlo mas y se acomodaron dispuestos a ir a la entrada del lugar dejando al pelirrojo en medio de los más altos.
Estos luego de unos segundos por inercia bajaron la mirada ligeramente hacia su pequeño amigo y rieron por su baja estatura si bien ninguno de los dos era muy alto, claramente se podía ver la diferencia de estatura muy marcada entre ellos tres, haciendo que el pelirrojo les hiciera un dulce y tierno gesto con sus mejillas mostrando su inconformidad.
Estos luego de un par de risas ingresaron por esas puertas como si el lugar les perteneciera, o por lo menos a los más altos, ya que Christian solo bajaba la mirada de manera tímida mientras observaba a su alrededor con disimulo. Por un lado, la chica mostraba una gran sonrisa plasmada en el rostro mientras caminaba con gracia y elegancia agitando delicadamente sus caderas, que al contrario de esta, el chico más alto sonreía de lado como si se tratara de un modelo profesional, aunque de igual forma su mirada fría hacia congelar los corazones de las chicas a su alrededor.
Marcos tuvo que prestarle mas atención a su tímido amigo ya que este parecía pasar por un momento muy angustiante, por lo cual con un leve susurro le hizo ver que no tenia nada de que preocuparse, para que luego mostrarle una de sus sonrisas mas grandes y sinceras, esto con el fin de trasmitir sus sentimientos y para que confiara en el.
Con Christian mas tranquilo y una peliazul revoltosa, estos tres pudieron llegar rápidamente a la oficina del director, estos tocaron un par de veces antes de pasar. Al ingresar les dieron varias indicaciones para sus aulas de clase, entre otras cosas, por lo cual, luego de salir del lugar y revisar sus horarios, los chicos emprendieron su viaje hacia sus respectivas clases.
Lamentablemente Marcos era el único entre los tres que ingresaba a una clase diferente a ellos, esto por ser un año mayor, así que el chico decidió despedirse de ellos rápidamente y buscar la clase 3-B que le habían asignado, por otro lado, a Jessica y a Christian les había tocado justos, algo que ambos se alegraron enormemente.
Los dos mejores amigos se encontraban buscando entre ese inmenso lugar, la clase asignada, pero por alguna razón les resultaba casi imposible a causa de los numerosos salones que tenia el lugar.
—Segundo "J", y... Este debe ser... ¡Si! segundo "K", ¡es aquí Chris!.
La chica le informo a su mejor amigo en un grito, haciendo que este dirigiera su mirada a la peliazul con un pequeña sonrisa de victoria.
Cuando la chica tocó la puerta apareció un hombre de mediana edad con grandes lentes y una mirada cansada.
—¿Se les ofrece algo jóvenes?
—Ah... Si, somos nuevos y está es la clase que se nos asignó.
Respondió la peliazul con una gran sonrisa mientras tomaba de los hombros al pequeño Christian que miraba un poco hacia arriba por las alturas, ya que de igual manera el maestro resultaba ser aun mas alto que la chica.
'Ahora me arrepiento de ser tan pequeño.' Pensó el pecoso mientras miraba la escena un poco avergonzado.
—Bien, pasen y preséntense ante la clase por favor.
Los dos ingresaron lentamente, aunque la chica se presentó primero sabiendo muy bien que su mejor amigo no lo haría, aun así Jessica coloco una de sus mejores sonrisas.
— ¡Hola!, me llamo Jessica Méndez, tengo 18 años y el es mi mejor amigo.
Mencionó la chica emocionada mientras veía de reojo a su pecoso amigo, el cual se maldecía internamente por su enérgica amiga.
—H-hola, me llamo Christian Meller y tengo 18 años.
Mencionaba rápidamente el chico mientras miraba de manera nerviosa el suelo y cada vez que decía algo, su voz bajaba más y más, aunque este no podía evitarlo totalmente ya que tenia pánico escénico.
—¿Dónde vienen chicos?
Pregunto curioso el maestro, el pequeño chico lo miro asustado, este no podía parecer estar más inquieto, golpeo ligeramente su dedo uno sobre otro como signo de nerviosismo, mientras escuchaba pequeños susurros de lo tierno que se veía de parte de las chicas del salón.
—¡De México!, Aunque nos vinimos para acá por el trabajo de nuestros padres.
Aclaro la chica con una sonrisa mientras que el pelirrojo agradecía internamente a su amiga por haber hablado en vez de el.
—Muy bien, pueden sentarse dónde gusten.
Ellos se sentaron en una de las primeras filas junto a una chica morena que veía al pelirrojo con ternura.
'Esto es humillante.' Pensaba Chris mientras se sonrojaba, mirando como todos dirigían su mirada a ellos, ya que al ver una hermosa chica de cabello azul y un tímido pero tierno pelirrojo no se veía todos los días.
Ignorando los gritos internos del chico, el maestro comenzó su clase, esta iba explicando los tremas de manera tranquila y normal, afortunadamente para ambos chicos nuevos, las clases avanzaban mas rápido de lo pensado, y aunque sabían que algunos alumnos y profesores cambiaban de salón constantemente a causa de las múltiples asignaturas que tenían, aquel par nunca se movió de sus lugares, esto fue así hasta después de la tercera hora, donde en esta ocasión ambos tuvieron que retirarse del lugar y cambiar hacia otro salón.
El trayecto fue corto, por lo que llegaron mas temprano de lo pensado al lugar, de esta manera y a causa de los asientos vacíos, se dieron el lujo de escoger un asiento ideal para los dos, uno junto a la ventana era perfecto para ese par, por lo cual, se sentaron uno junto al otro muy cerca de la puerta de entrada y de esta manera esperar pacientemente a sus demás compañeros y maestro a cargo.
Solo tuvieron que pasar un par de minutos para que una gran conmoción pasara, junto a ellos, la puerta de entrada se abrió de manera estruendosa dejando sorprendidos a la mayoría en el lugar, pero justo frente a la puerta, se podían apreciar a dos figuras masculinas, esto sin saber que una de ellas le cambiaría la vida por completo al precioso pelirrojo sentado tranquilamente en aquel mesa-banco...
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¡¿Mi mate, un lobo?!
WerewolfSu nombre es Christian, se mudó a la ciudad junto con sus mejores amigos y familia. Pero nunca pensó que al mudarse encontraría algo mejor que los grandes libros que leía. Su secreto... El es Ethan vive en la misma ciudad que el chico nuevo, pero el...