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ESPECIAL

No se sabia quienes eran ellos, ni siquiera los conocían las personas que regularmente estaban en ese salón, por lo cual, resultaba obvio que todos los presentes los miraran con curiosidad, esto sin contar el fuerte golpe que habían dado al azotar la puerta del lugar de esa manera. 

Una de esas personas llamó la atención del pequeño chico sentado junto a la ventana, este admiro su apariencia ya que realmente era algo digno de hacer; el chico desconocía su nombre o precedencia, pero podía apreciar como este tenia rasgos tan marcados que le resultaba difícil apartar la mirada, el hombre era absolutamente hermoso, con unas grandes cejas azabaches y ese corto cabello oscuro que contrastaban a la perfección con su brillante piel blanca le hacia cuestionarse sobre si el era lo suficientemente guapo como para compararse con su belleza masculina. 

Si bien la apariencia de ambos chicos era muy buena, la atención solo se podía centrar en uno de ellos, ya que el que Christian había visto, no dejaba de respirar rápidamente, aspirando constantemente el olor del lugar como si pudiera sentir hasta la fragancia de los pétalos de las rosas en el estacionamiento de enfrente, este tenia una mirada inquiera, pareciendo que buscase algo entre toda esa gente extrañada por su comportamiento. 

Pero esta se mostro sorprendida cuando entre toda esa gente se detuvo junto sobre Chris, el momento fue exacto, aquellos dos se miraban entre la corta distancia, esperando algún movimiento.  

Para este punto y con la llegada de mas alumnos el ambiente en el lugar se fue dispersando, pero para aquel par que se miraba intensamente, los segundos se sintieron como incontables años, perdiéndose entre sus miradas expectantes. 

El chico parado en la puerta, que miraba con una enorme sonrisa a Christian, se acercó a este con gran emoción; algo que sorprendió a su amiga y al chico ya que su rostro parecía que este había ganado la lotería, o algo aun mejor que eso. El chico luego de un par de pasos se había colocado frente al pecoso, haciendo que lentamente el pelirrojo se levantara de su asiento, esto con el fin de estar frente a frente. Christian lo miro con curiosidad, pudo sentir tanta paz en su interior que por primera vez y sin conocer a la persona, se había acercado dispuesto a hablar con el, aun sabiendo que su actitud era muy reservada y tímida. 

El chico miro a su alrededor notando el aumento de personas pero aun así y con una actitud nerviosa pero emocionada lo miro y abrió la boca.

—D-disculpe...

Hablo el pelirrojo con el rostro enrojecido, el chico de ojos azules le sonrió tiernamente haciendo que su rostro fuera aún más brillante. La mejor amiga del chico miraba a ese par mas que sorprendida, aunque esto no le impidió para colocar una de sus mejores sonrisas; no sin antes asegurarse de que su teléfono grabara la escena de principio a fin.

Cris le dio una rápida  mirada a su mejor amiga.
Ayúdame, ¿Qué le digo?! 'Pensaba el pequeño mientras bajaba la mirada sonrojado, este intentaba pensar en algunas palabras adecuadas, pero su voz no salía, por eso tenia que recurrir a la ayuda de su extrovertida amiga.
'Pero no te rías pensó' el pequeño mientras escuchaba la risa disimulada de su mejor amiga.

—Hola, soy Ethan Moon es un gusto poder conocerte.

Aunque el saludo resultara cortes por parte del nombrado Ethan, la presentación entre ambos era algo extraña, ya que aunque ninguno de los dos se conocía desde hace unos minutos, no podían ignorar como es que estos sentían sus corazones latir por cada mirada que se daban, sentían un sentimiento tan raro y profundo que les resultaba extraño pero no era incomodo, sino cálido. 

—Mucho gusto yo soy Christian Meller.

El joven se presentó con nerviosismo y entusiasmo mientras tomaba la mano de Ethan cortésmente sintiendo desde ambas partes una inmensa electricidad desde su cabeza hasta la punta de sus pies, algo que seguramente ninguno de los dos podían olvidar por el resto de sus vidas.

La sensación fue fugaz, porque ambos se tuvieron que separar a causa de su maestro que ingresaba al lugar pidiendo que todos volvieran a sus lugares, por lo que, sin muchos ánimos el pelinegro le regalo una sonrisa y se dispuso a sentarse en algún lugar vacío junto con su amigo. Christian intento prestar atención al resto de su clase pero parecía que era imposible, su mente no dejaba de recordar el rostro del chico, además de sentir las miradas del chico que le daba desde el otro lado de la clase, esto siguió así hasta después de una hora mas que termino su clase. 

Aunque luego de un par de minutos, el timbre sonó por todo el lugar, anunciando así la hora del descanso. El tímido chico bajo la mirada y guardo sus cosas, este estaba apunto de pararse para irse cuando Ethan lo detuvo.

—¿Eres nuevo cierto?, Te puedo mostrar el lugar cuando gustes.

Christian no pudo evitar sonreírle, además de sus amables palabras, este parecía querer ayudarlo con sus cosas, aunque no podía negar que su corazón latía mas rápido de lo normal.  

—Claro, me encantaría.

Le sonrió al pelinegro el cual miro al pelirrojo embobado por su deslumbrante sonrisa.

—Genial, nos vemos luego Christian.—Le sonrió al menor con una sonrisa tonta en el rostro.—

Pov. Ethan 

Era emocionante, el chico resultaba ser alguien tímido pero muy bello y amable, su corazón se encontraba como loco en ese momento, era tan extraño el sentimiento que era difícil quedarse quieto en un lugar.

—¿El era no? —Le pregunto el castaño con una sonrisa a su mejor amigo—

— Si... El es.—El sonrió a su amigo el cual soltó un grito de victoria.—

—Hay que decirle a la manada, ¡no! espera, ¿cómo se lo dirás a él?.

Esa era una pregunta bastante importante, pero complicada de explicar en estos momentos, no era algo fácil de decir ya que no era algo trivial.

—No quiero alarmar te amigo, pero el posiblemente sea el padre de tus futuros hijos, y luna de la manada.

Lo que decía era posiblemente una clara verdad, ellos eran lobos, y no cualquier tipo de lobos, sino mas bien un alfa que próximamente estaría al mando de su manada y su amigo Zak que seria su beta al mando; quizá algo no muy fácil de digerir para un humano común como lo era su mate Christian. 

—Creo que le diré cuando ya tengamos confianza.—Le dijo a su amigo quién lo veía con una pequeña sonrisa.—

—Pues date prisa príncipe encantador, tu celo es en menos de 4 meses, y tu ya encontrando un mate, y alfa, no podrá resistir tanto.

Estaba tan concentrado en guardar mis cosas en la mochila que al escuchar su comentario no pude evitar mirarlo con terror, causando que su tonto amigo soltara una gran carcajada. 

—Eso no es nada gracioso, ¡no te rías!—Le regaño, mientras que su amigo reía más y más.—

¡¿Mi mate, un lobo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora