"#49"

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¡¡MARATÓN!!

María como toda madre se preocupó por su primer hijo el cual veía un punto fijo en la pared.

Mamá: cariño estás bien?

Pregunto dulcemente la mujer mientras tomaba con preocupación la mano de Jake, este al ver la acción de su madre la miro a ver cansado para luego suspirar. El pelirrojo más alto se giró a ver al pelinegro con el seño fruncido.

—¿Lo cuidaras?

—Claro que sí.

—¿Lo protegeras?

—Con mi vida si es necesario.

—¿Lo harás muy feliz?

—Tenlo por seguro.

Contesto rápidamente el ojiazul con determinación mientras tomaba la mano de su mate debajo de la mesa, este se relajo un poco y lo miro a ver con una pequeña sonrisa.
Jake dejo salir otro largo suspiro y sonrió un poco mirando a la pareja.

—Si llego a saber que lo lastimaste, estás muerto, ¿de acuerdo?.

Pregunto con una sonrisa siniestra haciendo temblar a más de uno en la mesa, aunque no fue el caso del pelinegro quien le sonrió a su ahora "cuñado" y asintió en respuesta.

El pelirrojo menor no pudo contener la emoción que hasta abrazo a sus padres y hermano con mucha euforia dandoles gracias por aceptar a Ethan, ellos estaban muy felices de ver a su hijo y hermanito ponerse tan feliz.
En cambio los mejores amigos rieron un poco y se sonrieron entre sí con alegría.
El pelinegro y su mejor amigo veían la escena enternecidos y con una gran sonrisa.

Al final de esa plática bastante extraña, todos los chicos subieron a la habitación del menor con una gran sonrisa en sus rostros por diversas razones una de ellas era la del pelinegro quien no ocultaba su emoción al conocer la habitación de su mate.

Al entrar se encontró con una cama individual de sábanas moradas y las paredes de color blanco decorado con triángulos morados y negros.
Había una litera de 3 cajones con un gran espejo con marco de madera. A su lado se encontraba un pequeño armario y junto a él una pequeña mesa con libros y papeles.
Y por último una puerta color blanco donde suponía era el baño.

A pesar de que la habitación era mucho más pequeña que la del peliengro resultaba ser muy acogedora y cálida.

—Puedes sentarte donde gustes, y P-perdón por el poco espacio.

—Está bien, es linda tu habitación.

Halago el pelinegro mientras se sentaba en la suave cama de su mate.
Este se sonrojo un poco y se sentó junto a él con una pequeña sonrisa.
Estos empezaron a platicar animadamente con uno que otro coqueteo del pelinegro al pecoso.

Un día bastante extraño para todos...

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Bueno dejaré está maratón por aquí y me iré lentamente...

¡Gracias por sus comentarios y estrellitas!💖

¡Los quiero!, Nos vemos luego.🌸💕
Stephanie 💙☺️

¡¿Mi mate, un lobo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora