"#6"

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Christian se encontraba en la fila para la comida, en la cafetería de su escuela, lamentablemente estaba solamente con tres carteras diferentes una azul, otra verde y una morada, estas carteras eran de sus amigos, los cuales se habían ido de su lado por diversos motivos, su amiga Jessica no pudo resistir mas y entrego su dinero a su amigo mientas corría para el baño, por otro lado, Marcos se dispuso a buscar una mesa libre para los tres ya que la gente solo iba en aumente en ese lugar además de los jugos, por lo cual, Chris seria el encargado de llevar la comida de todos.

Cuando a este le dieron los tres platos con la comida de sus amigos y suya, entrego el dinero rápidamente y busco entre el lugar a sus amigos lo cual logro luego de unos segundos al ver que una cabellera rubia se sacudía a lo lejos, este sonrió y se dispuso a ir a la mesa donde estaba. Al llegar otros dos chicos se encontraban parados hablando con Marcos, estos parecían amistosos pero eran lo suficientemente altos y fornidos para poner nervioso a Chris; aun así y para fortuna del pelirrojo, ese par se fue del lugar, no sin antes despedirse animadamente de Marcos. 

—¡Hey Chris!, ¿Cómo te fue en tus clases?, dime por favor que Jess no inicio ninguna pelea.—Pregunto naturalmente el rubio.—

Si bien las clases de Christian fueron lo suficientemente aburridas para dejar dormida a media clase, lo que pasaba por la mente del pecoso no era precisamente eso; por su mente solamente rondaba el rostro del chico que había estado pensando todo ese tiempo, por lo cual y por la mirada expectante de su amigo, no pudo evitar sonar nervioso. 

Cris: Y-yo-

Claro que este no pudo terminar por su fabulosa amiga quién llegaba con una sonrisa encantadora directo hacia ellos para interrumpir en su platica.

—¿Qué si hizo amigos? ¡Ja! Hasta dejo como bobo a un chico guapísimo.

Aclaro mientras sacaba su teléfono y le mostraba a los dos chicos sentados en la mesa la fotografía de el pequeño con el "guapísimo ojiazul".

—¿Te ligaste a el chico más popular de la escuela?, Y yo que pensaba que eras tímido... Me saliste todo un tigre.

El pelirrojo no podía estar más rojo mientras negaba repetidas veces, su rostro estaba tan sonrojado que parecía una competencia entre su cabello y su cara.
Su mejor amiga reía de su reacción mientras el otro chico veía la fotografía sorprendido.

Luego de eso siguieron comiendo, aunque eso no impido que Christian siguiera con un ligero rubor en las mejillas.

Al finalizar su comida estos tres continuaron su platica sobre otras cosas relacionadas con su día, desgraciadamente el tiempo de su comida era corto, por lo que, al sonar el timbre volvieron a sus respectivas clases, y aunque Chis pensó que el guapísimo chico estaría en ellas, lamentablemente no fue así. Al paso de un par de horas mas el fin de sus clases llego, de esta manera el trio de amigos se dispuso a esperar pacientemente que el hermano mayor de Christian viniera a buscarlos. 

—¡Hey Chris!, que coincidencia.—Grito un guapo pelinegro, llamando la atención de varias chicas que pasaban a su alrededor.—

—Coincidencia mi cul-

Pero antes de que la chica terminará su frase un relajado rubio le había tapado la boca instintivamente mirándola sorprendido. Por otro lado, el pequeño pecoso se tenso cuando escucho aquella varonil voz, mientras tanto sus simpáticos amigos miraban hacia atrás donde provenía la voz.

— Es el ¿cierto?.

—Pero claro que es él, Marcos.—Aclaro pícara mientras veía que se dirigían a su dirección junto con un moreno.

—Está bien, solo quieren hablar.

Le aclaro Marcos al nervioso pelirrojo quien giraba en dirección hacia el par.
Cuando estos llegaron frente a ellos, el deslumbrante chico de cabellos azabaches, no podía dejar de mirar al Christian, algo que claramente fue notado por todos los allí presentes, provocando que el pecoso desviara la mirada a otro lado con un ligero sonrojo en sus tiernas mejillas. 

'Tierno' fue lo primero que se le vino a la mente al pelinegro cuando vio su reacción.

—Yo, amm... Quería invitarte a cenar el viernes.

Soltó dé repente el lobo, mientras los demás lo veían sorprendidos por su repentina propuesta. Este al notarlo aclaro su garganta y con un ligero sonrojo hablo.

—¡Ustedes también pueden venir!, D-digo, escuché que eran nuevos en la ciudad, así que también están invitados.—Corrigió el chico con nerviosismo.—

El pelirrojo alzó la mirada al más grande y le sonrió ligeramente apenado ya que su corazón no paraba de latir rápidamente a causa de su presencia.

—Claro nos encantaría, ¿verdad chicos?.

Estos asentaron rápidamente, casi sin pensarlo, dejando que el mas pequeño en el lugar, sonriera de oreja a oreja. Aunque por otro lado, Zak no dejaba de mirar a la chica frente a el y esto solo era por una sola razón...
Ella... Era su mate...

¡¿Mi mate, un lobo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora