Capitulo 01

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Maya

Los domingos eran largos y aún más extensos cuando llegaba la hora de la misa, era ridiculo, ni mi hermana ni yo creíamos en ninguna religión, tampoco creo que mis padres lo hagan pero si creen que ser religioso y puritano da una buena reputación a los negocios y más cuando vivimos en un maldito pueblo en donde los rumores corren más rápido que los hechos, además creo que es la única actividad en familia que aún seguimos haciendo, cuando era pequeña había varias pero con el tiempo y los negocios la cara de nuestros padre solo aparecía en las fotos ya que tardábamos semanas en verlos.

Como siempre mamá decía que había que ir de blanco y llegar temprano y eso hacíamos cada quincena, al llegar a la iglesia escogíamos los mismos asientos y rezábamos las mismas plegarias, a veces hasta confesábamos nuestros "pecados" y nos quedábamos en silencio hasta que el cura comenzara con sus versos, siempre venía la misma gente, viejos, niños y adultos buscando reputación más que bendición, pero esta vez no, había una familia que nunca había visto, un chico con el cabello rubio como los girasoles y con destellos dorados si es  que el sol decidía acariciar su peinado, su hermanita jugaba con las estatuillas de los Santos, aún no estaba lista para rezar o buscar reputación, su hermano estaba en plena pubertad y su madre claramente no venía por reputación, más bien para rezar desconsoladamente.
Lo observe, mucho, demasiado, lo analice era de mi misma edad pero jamás me lo había cruzado, imposible, las calles son cortas y pequeñas, pocas, los negocios son casi inexistentes, se veía interesante pero no interesado en los versos del cura, parecía tan aburrido como yo, pero me corto de mis pensamientos con una mirada, me encontré con sus ojos azules oscuros, eran la definición de cielo anochecido, me sonrió y se paró, se alejó de los bancos y camino hacia un costado, se sentó frente a la Virgen que su hermana estaba acariciando y mientras otros creían que el estaba rezando, yo veía como tocaba el botón correspondiente a la alarma de incendios, se rio y me miro nuevamente, pensé durante más de 10 años en apretar el botón pero no era una chica impulsiva, más bien me daban miedo las consecuencias, apenas termine de pensar la alarma comenzó a sonar y todos corrieron hacia la salida, mientras el caminaba lento, atrás de todo, gozando de que la misa haya terminado, aguantándose la risa y manteniendo una picardía en sus profundos ojos.

Todos esperaron afuera, en donde hay un patio lleno de flores y santos, yo no esperaba a que el fuego se apaciguara, yo esperaba a que aquel rubio salga por la puerta principal, me rozó con el hombro al pasar y nuestros ojos se encontraron, los míos interrogaban su cara y la analizaban y los de el se tentaban ante la situación.

— Luego me das las gracias- pronuncio sacándome por segunda vez de mis pensamientos pero no dejo lugar a una respuesta, solo se marcho...

El lunes se hacía presente de manera tediosa ya que el ruidoso taladro que reforma el living me despierta como siempre, cada dos meses mamá abusa de la tarjeta de crédito de papá para re decorar los interiores y tan solo aburrirse en 60 días.

Acostumbrada al ruido, bajo las escaleras y me encuentro en la cocina con la presencia de mi hermanita Anya y la ausencia de mis padres los cuales como siempre, estaban trabajando y viajando, dejando de lado su estilo de vida sabemos que no son atentos pero si buenos.

— Maya, sus desayunos está dentro de la mochila, prepárate para llevar a Anya a su primer día de secundario, no querrás que lleguen tarde—así Indicó Mila interrumpiendo mis pensamientos.

Ella se encarga de limpiar la casa, cocinar y cuidarnos mientras nuestros papás no están, es decir siempre, ya es parte de la familia, tiene su propio cuarto y pasa cada festividad junto a nosotros.

Apenas me puse el uniforme pasé el portal de mi casa y corrí hacia lo de Iván.

Iván, es mi mejor amigo desde los seis, también es mi vecino. Recuerdo que nuestras familias siempre han querido que estemos juntos pero el es como el hermano que nunca tuve, entiendo porque mis padres querían que sea mi noviesito, es guapo, tiene las mejores notas del colegio, pero también entiendo porque pasa desapercibido, es bastante introvertido, es como si solo fuera al instituto a sacarse 10 y a demostrar que la teoría de que los rubios son huecos es falsa ya que el es el claro ejemplo de ello.

Ni siquiera tuve que tocar su puerta, allí estaba con su gran sonrisa y puntualidad, esperando a que comenzara a caminar hasta llegar a la casa de Zara.

Zara nos vio desde la ventana y corrió para seguir nuestro paso, ella es otra nerd, es como Iván pero versión mujer. Es otra gran amiga que conocemos desde los seis, vive a la vuelta de mi casa y se podría decir que es otro ente qué pasa desapercibido por los pasillos del instituto "spring hills" , se la pasa leyendo novelas de romances y esperando a que en algún punto de su vida se hagan realidad, es como si no tuviera un cable a tierra. En cuanto a físico es una chica de mediana estatura, su cara emana dulzura, no se si será su flequillo, su liso pelo morocho o sus delicadas facciones nórdicas.

El camino era corto pero el silencio de nuestro cansancio matutino lo hizo eterno, nos dividimos apenas el timbre toco, le deposite un beso de suerte a mi hermana y caminé lo más rápido que pude para no llegar tarde a la clase de quimica, esta debía de ser fácil pero con la profesora Smith nunca lo terminaba siendo, apenas me senté comenzó a emparejar a todos para un nuevo proyecto.

— Profesora note que no tengo pareja para el proyecto—anuncie ante toda la clase.

—Si tienes , es— Su respuesta fue interrumpida por aquel maldito rubio bronceado y de ojos azules como el mar en plena noche, traspasó la puerta

— Disculpe la Tardanza, en Francia no acostumbramos a despertarnos en este horario

Ese maldito lograba sacarme de mis pensamientos siempre.

— Bienvenido a Sunfield lo mejor sería que se acostumbre, ahora Agrúpese con Montgomery— Indicó la profesora con un tono burlón mientras apuntaba a mi asiento.

Al verme su cara indicaba sorpresa pero de la buena, de esas que vuelven a la sorpresa más interesante.

— Creo que aún me debes un agradecimiento por salvarte de la misa...- anuncio de manera vacilona.

Si Decido Esperarte ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora