Capitulo 23

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—Maya espera

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—Maya espera... —las palabras jamás le llegaron, ya era muy tarde y estaba muy lejos para aquel arrepentimiento de Andrés.

—Andrés —lo toma del brazo — ¿Estas bien? —pregunta la preocupación del interior de zara

—No, siempre la cago, pero esta vez debo remendarlo —establece con una voz muy firme

—Creo que ya es muy tarde —aclaro Zara señalando el momento en el que Adrián se sienta en la roca junto a Maya

—Lo siento, creí que lo de ustedes dos había terminado

—Ni siquiera comenzó, pero tal vez soy muy tonto para el amor

—¿Por qué dices eso? —pregunto Zara con gran confusión

—Tal vez el amor no es para todos, nunca te paso que deseas a alguien con tantas fuerzas que dudas de la existencia de una persona tan perfecta, mis ojos se desvían por ella cada vez que la veo pasear por la escuela, es como si fuera mi musa ocupa mas de la mitad de mis pensamientos como si se tratara de una inquilina en mi cabeza. Me pone nervioso ver sus labios, me imagino trazándolos con los míos. Pero cada vez que veo a mi hermano junto a ella agacho la cabeza, no me animo siquiera a pronunciar la primera letra de su nombre, mi cuerpo entra en transe y no coordino ninguno de mis movimientos, es tan doloroso ver que alguien no te ve ni siquiera el cuarto de como tu lo ves. ¿No te paso alguna vez? —interrogo

—Creo que no —mintió sabiendo que el era su inquilino mental

Iván

Muchas cosas pasaban al mismo tiempo que ni siquiera entendía, pero lo que mas rebotaba en mi cabeza era una difícil pregunta ¿Por qué Sheena actuó como si todo esto le importara? ¿Acaso la chica mas detestable del colegio tenia sentimientos? ¿Acaso de ese iceberg logro formarse un deshielo? ¿podía ser posible que la chica mas fría de la historia halla prendido una pequeña fogata? ¿yo le importaba o tan solo no me detestaba? ¡Diablos! Ella si que me confundía, Sheena lograba que las estrellas se alinearan, que el sol sea diminuto con lo que ella irradiaba, pero todo lo que sentía se retenía, se mantenía oculto bajo varias capas de actuación, era mi pequeño secreto, del cual nadie se podía enterar.

—Sheena —grite, pero ni eso logro frenarla, parecía que el viento la llevaba aun mas lejos, corrí en contra de mis pensamientos, sentimientos y dignidad para poder rencontrarme con su perfume floral

—¿A caso no me escuchaste? Grite tu nombre

Lo siento creí que estabas ocupado gritando el de Maya —replico como si me ignorara

—Y yo creí que no te importaba —sonreí vacilón

—No me importas en lo mas mínimo, así que no te ilusiones, ahora porque no me haces un favor y vuelves con tu noviecita barata —aclaro cogiendo el cuello de mi chomba, acercando su aliento al mío

—Que curioso porque tu cara de disgusto te delata y parece que te importo el doble de lo que yo me imaginaba y para tu información Maya y yo no tenemos nada.

—Bien por ti ella se ve de bajo precio, ahora dime ¿Por qué me seguiste? ¿Por qué te importaba que es lo que yo pensara? —pregunta desafiando nuestro contacto una vez mas

—capaz que a mi si me importas — me arriesgue a soltar

—Aww que ternura, pero cariño baja de tus sueños porque tu y yo jamás pasara ni en un millón de años, ni, aunque el mundo se caiga a pedazos. — se aparto, pero sus palabras no, eran como una daga, atravesó cada parte de mi corazón y lo destrozo.

Caminé lo mas rápido y lejos posible, una vez mas huyendo de sus palabras, ¿como pude pensar que me quería, que le importaba? Mi autoestima descendía, mi presencia ya no existía y mi alma se encontraba partida, las ilusiones eran mis peores enemigas.

Volví a la carpa me coloqué los auriculares, realmente necesitaba irme a otra galaxia, pasear en un mundo paralelo, recorrer otro universo hasta desconectarme de este, hasta olvidarme de lo doloroso que fue, hasta creer que algo podía valer el haber intentado hablar con Sheena, ¿Por qué mierda me gustaba como era, ¿Cómo se comportaba? Supongo que no estaba en mis planes cambiarla ni mejorarla.

Maya

Veía mi sobra reflejada en el agua, el caos me rodeaba, pero actuaba como si yo fuera quien lo controlaba, la verdad es que se me escapaba de las manos, no entendía al punto al que todos habíamos llegado, intentaba dejar mi mente a un lado, pero creo que de eso se trata ser amar, es imposible dejar de pensar. Mi yo interno es de pronto interrumpido por el dueño de la voz que me hace revolotear, y actuar como si fuera una niña de tres años.

—Creo que ambos nos debemos una charla —Declaro Adrián

—Si, eso veo

—¿Entonces no estas con Iván? —interroga con una voz asustadiza

—No, al parecer tengo ojos para alguien mas

—Eso es un alivio, espero poder reconocer esos ojos cuando los veo

—¿porque es un alivio?

—Porque no quiero esconder mas el hecho de que me gustas y que me encantaría que pase algo entre nosotros ¿Qué dices?

—Adrián —interrumpe la voz corajuda de un hombre

—¿Papá? —replica Adrián con su cara aterrorizada 

Si Decido Esperarte ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora