6. Conociendo a mi familia

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No sabía que hacer ni a donde ir. Luego de entrar al castillo, me abrace y comence a caminar.

Las paredes tenían tapizados con tonos algo opacos y sin vida. De vez en cuando veía algún cuadro con un paisajes y me quedaba viendolo un rato. No es que me importe la pintura pero el aburrimiento y la soledad es mucho.

Sin darme cuenta llegue a la biblioteca. Era el primer lugar en todo el castillo que me gustaba. Teniamos una buena biblioteca en mi hogar, sin embargo, esta era mucho más grande. Había libros originales en todos los idiomas. Acaricie unos libros y sonrei.

Salí de la biblioteca y seguí caminando hasta que llegue a una sala con algunos instrumentos. Quiza no me aburriría tanto si podía leer y tocar el piano.

Segui paseando por los pasillos y lamente no haberme quedado en la biblioteca. Encontre a mi suegra y sus damas que estaban bordando alegremente.

-Jane querida, que alegre sorpresa.

-Majestad -hice una reverencia y sonrei lo mejor que pude.

-¿Estas mejor?

-Si, ya estoy mucho mejor -pense en un elogio rapido y agregue- tiene un hermoso jardín Majestad.

-Gracias querida pero... ¡Oh! ¿Estas sola? ¿Donde esta mi hijo?

-No lo se. Cuando mi hermano vino a despedirse el se fue y dijo que quiza lo vería en la noche.

-¡Oh Thomas! -vi como su semblante se volvía afligido y me miraba con disculpa- perdona su comportamiento, en cuanto lo vea hablare muy seriamente con él, no es correcto que deje sola a su esposa. Menos de 24 horas de casados y ya estan separados.

-No se moleste Majestad -sonrei- no me molesta que se vaya, no quiero ser una carga para el -en realidad no quería jugar a la esposa perfecta y me alegraba de que se fuera, claramente no podía decirselo.

-No digas eso, ven -en contra de mi voluntad fui y me sente a su lado- mi hijo es algo... Desobediente, siempre esta llendose y faltando a compromisos importantes. Creímos que una boda sería buena y haría que fuera mas sensato pero sigue igual, tu no te preocupes, hablaremos con el para que no te deje sola.

-De acuerdo -no tenía ánimos para seguir hablandole.

-Para que la espera no sea tan larga acompañanos y ponte a bordar con nosotras -dijo feliz mientras ponían tela, hilos y aguja sobre mi regazo- podremos hablar de todo y te dire un poco más como es mi hijo.

-No se bordar -dije con una sonrisa mientras dejaba las cosas en una mesita.

-¿¿¿Qué??? ¿Como es que una princesa no sabe bordar? -me pregunto indignada mi suegra- ¿Qué clase de educación te dieron?

-Soy mala con las manualidades.

-¡Esto es inaceptable! Toma tus cosas que ya mismo te enseñare a bordar.

-No necesito saberlo.

-¡Por supuesto que lo necesitas!

-¿Para qué? -sabía que no era correcto pero me levante y empece a irme, llegue a la puerta y la mire alzando la voz- lo unico que debo hacer es verme agradable para mi esposo fugitivo y traer fuertes y sanos herederos al mundo. No necesito bordar para eso. Yo no nací para desperdiciar mi día hablando de cosas banales y bordando o tejiendo. Yo no sere una reina hueca como vos lo sois.

-¡Princesa! ¡No permitire que me falte el respeto!

-Y yo no me quedare aquí -salí de ahí y cerre fuerte la puerta. Si ese era mi futuro entonces prefería clavarme una daga y acabar con mi tortura.

Till Death Do Us PartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora