15. El Diablo

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Pasaron 2 semanas hasta que pude recuperarme lo suficiente como para salir de la cama. Un mes para estar oficialmente recuperada. Alec vino a visitarme para Navidad cuando aún estaba descansando. Le conte todo lo que hice y al principio lo aprobo pero luego me dio un sermón cuando supo que mi enfermedad fue por la aventura nocturna que tuve. Medio a regañadientes, me hablo sobre el interes que tiene hacía la señorita Renesmee Cullen, la hija menor del rey Cullen. Al parecer la joven ya estaba en edad para ser presentada en los bailes y había conquistado el corazón de mi hermano.

-Cuando tengan un compromiso formal enviame una invitación para ir a conocerla.

-Eso hare, aunque no se si la señorita Cullen quiera ser cortejada por mi.

-Tendría que ser tonta y ciega para rechazar a un príncipe tan apuesto como tu.

Enero y febrero fueron meses crueles. Tuve que pedir nuevos vestidos mas abrigados ya que los inviernos eran mucho más fríos y mis vestidos eran algo ligeros. A pesar de ese breve contratiempo y de que los días eran mas cortos, descubri una rutina que me hacía desear matarme. Los días se resumian a Arthur, comida, beber té en la tarde (algo que odio y no puedo acostumbrarme), bailes y Thomas. Muy a regañadientes nos hemos puesto a hablar, lo más civilizadamente posible, sobre nuestro futuro. Después de 3 bailes las preguntas eran incomodas y era obvio que luego de un tiempo ya no podíamos seguir representando el papel de recién casados timidos, sobretodo porque cada vez me era más difícil representar el papel de dama sumisa. Por supuesto, cada vez que hablamos terminabamos discutiendo y llegando a los gritos algunas veces.

Marzo llego y lentamente empezo a llevarse el frío. Abril finalmente trajo aire mas cálido y agradable, junto al comienzo de la primavera.

-Majestades, Altezas, acaban de traer al caballo que el príncipe Thomas pidio.

-¿El caballo? -mire con curiosidad a Thomas- cumpliste con tu palabra.

-Como siempre, y pedi que lo trajeran como regalo de cumpleaños y así fue.

-No es mi cumpleaños pero gracias -termine mi desayuno y fui al establo con el detrás de mi.

Llegue y vi a varios hombres luchando para controlar al caballo que luchaba por liberarse. Sonrei al ver como brillaba su pelaje.

-Debo admitir que acabas de sorprenderme querido.

-Querías un caballo y ahí esta -vi su sonrisa y tuve la sensación de perderme algo pero lo ignore.

-Dejadlo descansar un momento y luego ponedle la silla para montar -les dije a los hombres y todos me miraron como si estuviera loca.

-Alteza, este animal es indomable. Tuvimos que drogarlo para traerlo pero a medio viaje ya volvía a dar problemas. No es un caballo para una dama.

-Seguramente lo habéis tratado mal y por eso responde así. En cuanto descanse sera más fácil...

-Señora, este animal es el diablo en forma de caballo. El hombre que lo tenía dijo que jamás pudo montarlo y los anteriores dueños tampoco, incluso mato a 3 hombres que quisieron montarlo -me dijo con preocupación Jay, el jefe del establo.

-Mm.. -mire a Thomas a los ojos y vi diversión- al parecer Su Alteza intenta matar a su esposa.

-Queriais un caballo y ahí esta, milady.

-Yo lo domare -dije mas alto para que todos me escucharan- domare ese caballo y lo montare.

Por primera vez vi algo parecido al miedo en los ojos de Thomas. Todos empezaron a murmurar diciendo que estaba loca y que eso era un suicidio seguro. Me di vuelta y empece a caminar hacía el establo pero Thomas tomo fuertemente mi brazo.

Till Death Do Us PartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora