11. El vestido azul

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-¡Ay! -me queje ya que el corsé me estaba apretando demasiado.

-Perdón -respire aliviada cuando lo solto un poco.

-¿Por que tan apretado?

-Porque quieres usar un vestido que es para una joven de 15 años con pocas curvas no para una mujer de 20.

-Pero es mi favorito -hice un puchero.

-Entonces no respires en toda la noche y te veras hermosa.

Rode los ojos y luego de un rato termino y por fin me puso el vestido.

-Te ves hermosa y a Thomas le encantará.

-¿Que tiene que ver él? -la mire de mala gana y fui al espejo.

-Que es su color favorito, ¿acaso no recuerdas nada de lo que te dije en toda la tarde? -me hizo sentarme bruscamente y comenzo a peinarme fuerte.

-Quiza lo dijiste pero tengo una mente selectiva y solo recuerdo los datos que me interesan. Además se supone que una buena esposa no debe hablar así que si me quedo callada y solo sonrio estare a salvo.

-¿Alguna vez seras como las demás damas? -sonrei y mire su reflejo en el espejo. Vi que rodaba los ojos y me miraba mal- olvidalo, no quiero saber la respuesta.

Termino de arreglarme justo unos segundos antes de que Thomas golpeara la puerta y entrara vestido como la ocasión lo requería. Me cruce de brazos al ver que me miraba con cierta admiración.

-Alteza... -lo salude aburridamente.

-Se encuentra vestida de una muy grata manera mi señora -dijo con un poco de dificultad y rode los ojos mientras pasaba a su lado y salía de la habitación.

-"Señora" nada más. El "mi" esta fuera de lugar, no soy un objeto para que reclame mi persona como algo de su propiedad.

Lo escuche gruñir y caminar a mi lado.

-Olvide que estoy casado con la reina del hielo, ¿no puedo hacerle ningún cumplido, Alteza?

-No, no puedes.

Caminamos en silencio por los pasillos hasta que casi llegamos al salón donde se escuchaba todo la música y nos detuvimos. Mire la puerta mientras me armaba de valor y el me ofrecía la mano.

-¿Estas lista? -pregunto.

-Supongo que si, si no estoy lista igual debo hacerlo.

-No elegí esto.

-Evitemos el contacto la mayor parte del tiempo, nada de besos o demostraciones públicas y estaremos bien.

-Me parece bien.

Tome su mano y entramos al salón. Todos estaban con sus mejores galas y había algunas parejas bailando.

-Sus Altezas el príncipe Thomas y la princesa Julianne -nos anunciaron al entrar. Todos nos miraron y tuve que sonreir y evitar rodar los ojos.

-¿Estas bien querida? -pregunta Thomas con una sonrisa igual de fingida que la mía mientras nos acercamos a sus padres.

-Detesto que me llamen Julianne, prefiero Jane.

-Aquí respetamos mucho el protocolo y vuestro nombre es Julianne así se le dira.

-Por eso detesto vivir aquí -lo mire enojada y luego sonrei cuando llegamos junto a los reyes.

-¡Aquí están queridos! Princesa Julianne permita que le presente a mi hermana la condesa Elora de Winter.

-Milady -la salude.

Till Death Do Us PartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora