Till Death Do Us Part

47. Leona

-¡¡¡INÚTILES!!! -grite completamente furiosa mientras miraba con odio a los mosqueteros y a mis guardias de confianza- ¿¿¿CÓMO DEJARON QUE UN DESCONOCIDO SE LLEVARA A MIS HIJOS SIN MI PERMISO???

Luego de correr casi una hora, encontre a un noble que iba a Roma, se asusto al verme correr descalza y se ofreció a llevarme. Sabiendo que un carruaje era demasiado lento, tome prestado uno de sus caballos y me dirigí a palacio en una especie de carrera demencial. A pesar de que casi mate al animal por forzarlo a ir rápido, no fue suficiente para impedir que Thomas llegará antes y se llevara a los gemelos, exactamente como dijo que haría.

-Majestad -Porthos, al igual que el resto de hombres presentes en la habitación, estaban detrás de un sofá para protegerse de mi ira-, creímos que no habría problema, además es su esposo y...

-Es un hombre que hace más de 5 años dejo de ser mi esposo. Es un hombre que los niños no conocen. ¡¡En este momento podría estar haciendoles cualquier cosa!!

-Majestad...

-Vuestro deber es cuidar de la seguridad de los príncipes, un deber que claramente no están cumpliendo.

-Él dijo que usted le dio permiso para llevárselo -mire a Athos seriamente.

-Athos, ¿acaso me crees tan estúpida para dar semejante orden? ¿Acaso yo se los dije a ustedes? ¿Acaso vieron un papel con mi firma que respaldará esa mentira?

-No, majestad.

-¿¿Entonces por qué lo hicieron??

-Em... -empezaron a mirarse sin saber que decir y perdí la paciencia. Tome los adornos de mi padre y empece a lanzarselos al tiempo que gritaba una sarta de improperios que harían que los de un marinero ebrio fueran simples elogios. Cuando se me acabaron los adornos y las cosas para lanzar me dedique a caminar de un lado a otro.

-¿Qué está pasando? -mire a Makenna que estaba horrorizada al ver los estragos de mi ira. Renesmee estaba detrás de ella. Aparte la mirada de ellas y aprete el puente de mi nariz para calmarme.

-Quiero que envíen a todos los guardias del reino a seguir el rastro del rey Kroner. No me importa si deben llegar a Londres o a cualquier otro lado, no quiero que vuelvan sin mis hijos.

-¿Todos los guardias? -preguntó Demetri preocupado- ¿No cree que es algo exagerado? -una mirada de mi parte fue suficiente para hacer que retrocediera un paso.

-¿Exagerando? No me importa si debo iniciar una guerra con Inglaterra, es más, lo correcto es iniciar una guerra contra esos adictos al té por haber exterminado a la Familia Real casi en su totalidad. Si -una idea cruzo por mi cabeza y sonreí-, eso es lo que haré. ¡A partir de este momento estamos en guerra con Inglaterra! Quiero que un grupo de rescate parta de inmediato hacía Londres, otro grupo enviará mensajes a todos los rincones del reino para reunir a todos los ejércitos y que marchen hacía Londres. No me importa que acaben de volver de una guerra, quiero ver esa ciudad reducida a un montón de cenizas.

-Majestad...

-¡¡Acabo de darles una orden!! ¡¡Muevanse!! -vi un frasco de tinta y se los lance. De inmediato huyeron como las ratas cobardes que son.

-Jane calmate -Renesmee comenzo a hablar y la detuve.

-¡¡Callate!! Eres una traidora y si a mis hijos les pasa algo será tu culpa. ¿Crees que no se que fuiste tu quien autorizo esto?

-Él parecía sincero y creí que se habían reconciliado.

-¿Eres o te haces la tonta? Si me hubiese reconciliado con él, ¿por qué vino solo?