Estaba sentada en una manta que había colocado sobre el paso, viendo a Jace y Will correr. Me encantaba este tipo de días, soleado y cálido, las flores despertando y renaciendo luego del cruel y despiadado invierno. Dentro de poco sería el quinto cumpleaños de mis niños. A veces no podía creer lo rápido que pasaba el tiempo... Sonreí mientras cerraba los ojos e inclinaba mi cabeza para recibir el calor del sol.
-¡¡Ahhhh!!!
-¡¡¡Mamáaaaa!!!
Abrí los ojos asustada y vi como corrían hacía el mí con el terror grabado en sus rostros. Abrí mis brazos justo a tiempo de que llegaran y se escondieran en mis hombros.
-¿Qué les paso? -acaricie sus cabezas y les di un suave beso mientras esperaba a que se calmaran. Luego de unos minutos, Jace se separo un poco y me miro, todavía con su carita y ojos rojos.
-Hay unos motuos feos y malos en el lago, hay que decile a los guadias que maten a esos patos malos.
-Si -dijo Will- tenemos que volvel adento antes de que vengan y nos ataquen.
-Si esos patos vienen y quieren atacate, aunque sean malos, los voy a asustad para que no te hagan nada.
-Yo también te cuidare de los patos.
-Que valientes son mis príncipes -sonreí y limpie sus lágrimas- me da mas tranquilidad saber que voy a estar bien cuidada.
Ellos se pusieron a hablar de lo que harían si los patos se me acercaban y me lastimaban. Los escuche y los anime cuando empezaron con sus estrategias. Por un momento creí que realmente se encontraban en peligro, pero todo el escándalo era por unos simples e inocentes patos. No entendía como aún podían tener tanto miedo de unos pobres animales. El año pasado vieron por primera vez un pato y sintieron tanto miedo que me vi obligada a pedir que echaran a todos los patos del palacio, por desgracia, este año volvieron y me vería obligada a hacer lo mismo del año pasado.
Los tome de la mano y fuimos dentro del palacio. Quería reirme de ellos. Eran mis hijos y los amaba más que a nada en el mundo, pero eran varones. Lo interesante era ver como desde pequeños iban manifestando ciertas características que se podían ver en los hombres, la falsa valentía era una de esas cosas, también la necesidad de ocultar sus debilidades y siempre mostrarse como valientes caballeros. Suspire. Tendría que trabajar duro si quería hacer que fueran otra clase de hombres.
Luego de cenar, los lleve a su habitación y los acoste. Cuando se durmieron, fui hasta mi despacho y me servi una copa de vino, me acomode en la silla y descanse mientras bebía. No se porque me gustaba tanto beber, quiza porque una copa al día es buena para el corazón, o tal vez es porque es el único momento en que estoy sola y no debo preocuparme por nada. Estaba llevandome la copa a la boca, para beber un segundo sorbo, cuando Makenna y Renesmee entraron. Makenna tenía un sobre en la mano y me miraron como curiosidad.
-No seas egoísta y sirvenos una copa -dijo Renesmee dejando un par de copas delante de mi.
-El único momento del día en que tengo tiempo para mi y ustedes molestan -sonreí y les serví.
-Cuidar a los traviesos de tu hijo es agotador -dijo Renesmee sentándose y bebiendo su copa.
-No son traviesos, son unos angelitos.
-Hablo la reina de hielo -dijo Makenna.
-Claro, como tu eres la madre...
-Cuando tengas a tus hijos me daras la razón -sonreí.
-Los únicos hijos que pienso tener son junto a tu hermano, el ya no esta así que nunca tendré hijos. Me conformo con mis sobrinos traviesos.
-No son tus sobrinos.
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Till Death Do Us Part
FanfictionEl reino Vulturi y el reino Kroner estan pasando por momentos difíciles. Por ese motivo, ambos reinos deciden unirse mediante el matrimonio del príncipe Kroner y la princesa Vulturi. Durante la noche de bodas, el príncipe Kroner y la princesa Vultur...