38. Impulsora

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Mire la cabaña durante un buen rato antes de bajar del caballo y atarlo a un poste. Me di cuenta de que era como la cabaña de mis sueños, por lo que supe que estaba en el sitio correcto. Sin prisas, subí la pequeña escalinata y abrí la puerta principal. No se si debería sorprenderme o asustarme que la puerta estuviera abierta y se cerrara sola detrás de mi. De forma inexplicable, percibí la presencia de la magia como un poder corriendo por mis venas. Me acerque hasta el pequeño salón de madera que estaba vacío, no había ni un solo lugar para sentarse o apoyar algo. En contra de mi voluntad, me quite la capa y la deje en una esquina, también tome la cajita y la abrí. Observe el lapislázuli y cerré los ojos antes de ponermelo y tirar la cajita sobre el montón negro en el suelo que era mi capa.

-Espirítu -extendí mis brazos igual que Cristo al ser crucificado y mire a mi alrededor- Yo, Julianne Vulturi, heredera legítima del lapislázuli, te convoco a ti, Espirítu sin nombre, para que aparezcas ante mi.

Espere para ver si pasaba algo pero el silencio era la unica respuesta que obtenía. Comencé a sentir rabia y mire cada lugar de la estancia.

-¡Cobarde! -grite al aire- Se que estas aquí maldito espirítu. ¡Deja de esconderte! Se que eres real, ya te he visto en mis sueños y cuando menos deseaba verte, ¿por qué te escondes ahora que te necesito? ¡Muestra tu rostro! -aprete los puños mientras examinaba todo, buscando cualquier cambio. De repentí, una corriente helada surgió detrás de mi, seguida por una risa.

-Después de tanto tiempo al fin me necesitas -di media vuelta y lo vi. Tenía la apariencia de un hombre joven con cabello castaño y ojos negros, parecía un fantasma flotando, pero no era muy transparente a pesar de su apariencia vaporosa- ¿Qué puedo hacer por ti mi querida Jane?

-Necesito respuestas y un favor.

-Puedo darte respuestas, en cuanto al favor... -lo vi elevarse de una forma casi hipnótica mientras sus ojos se aclaraban hasta mostrar una tonalidad ambarina- no soy un Dios así que no se si podré realizar tu favor.

-¿Dios existe? -enarque una ceja.

-No lo se, depende de ti aunque se que dirás que no.

-¿Qué eres? ¿Un genio?

-Yo no vengo de una lámpara.

-¿Entonces qué eres?

-Un espirítu con poderes limitados.

-¿Cuáles?

-No te los dire -sonrió y se dedico a flotar por toda la habitación.

-¿Podrías deshacerte de alguien? ¿O al menos asegurarte de que nunca más vuelva a molestarme?

-¿Quién es la víctima?

-Thomas -respondí sin dudar.

-No puedo, tu destino y el de Thomas están unidos. Él te necesita para vencer sus demonios y tu lo necesitas para aprender a confiar en los demás.

-No quiero que Thomas sea parte de mi vida, no lo necesito.

-Claro que si, necesitas una heredera y el sera el padre. Serás la unica en traer tantos Vulturis al mundo.

-Ya tengo 2 hijos y cuando alguno se case le dare el collar a mi nuera y listo, la tradición seguirá existiendo.

-Eso es imposible. ¿Acaso no notas que tu eres un quiebre en la tradición? Eres la primera hija en recibir el lapislázuli, las próximas herederas seran tus hijas, carne de tu carne, sangre de tu sangre. Una mezcla perfecta de tus cualidades y poderes y la fuerza destructiva y poderes de Thomas. Tu eres la suma de las cualidades de tus antecesoras, eres la más fuerte de todas, lo suficientemente fuerte para convocarme y hablar connmigo, lo suficientemente fuerte para parir a una hembra más fuerte que pueda hablarme y verme, también la hija de tu hija, y la hija de la hija de tu hija y así hasta llegar a la heredera 25 que sera la entrada. Algunas serán débiles pero puedo ver que la 25 será más inteligente de todas, aunque tu serás la más hermosa de las 25.

Till Death Do Us PartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora