26. Coronación doble

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Un par de semanas después de llegar a Londres, Thomas y yo estabamos preparándonos en la Abadía de Westminster para ser nombrados rey y reina. Como tuvimos problemas al cruzar Francia, decidimos hacer una coronación doble con representantes italianos e ingleses. Habíamos tenido poco tiempo juntos ya que la bruja de mi suegra no dejaba de perseguirme para decirme todo lo que la reina de Inglaterra debe hacer. Por suerte las noches seguían siendo nuestras y nadie se atrevía a molestarnos.

Makenna estaba enferma por lo que decidí arreglarme sola. No quería tener a la bruja de Carmen cerca de mi. Termine de arreglarme cuando escuche la puerta.

-Adelante.

-Permiso Majestad -rode los ojos al ver a Carmen entrar- oh, veo que ya estáis lista.

-Así es -sonreí falsamente- ¿Qué deseais?

-Venía a ayudaros pero veo que es inútil. Un guardia vendrá a buscarla en un momento.

-Muy bien -vi que no se iba así que hice un gesto con la mano para echarla.

De mala gana ella se fue y me quede sola con mis preocupaciones. Me sentía en una especie de limbo, por un lado estaba feliz por ser reina pero por otra parte estaba preocupada sobre Thomas.

-Majestad -me asuste al escuchar a un guardia que estaba en la puerta. Me puse de pie y lo mire- ya es hora.

Suspire y lo seguí en silencio hasta las puertas de la sala. Thomas ya estaba esperandome, al verme, sonrio y beso mi mano.

-Os veis muy hermosa mi señora.

-Vos también mi señor.

Las puertas se abrieron y entramos tomados de la mano. Todos se quedaron en silencio y nos pusimos de pie delante de los tronos. Me dedique a hacer lo mismo que hice en mi boda: pensar en otra cosa y no escuchar nada. Me parecía aburrida y ridícula la cantidad de palabras y protocolos que eran necesarios para decir "ya son rey y reina". De repente sentí rabia por todo lo que me rodeaba. Todos los nobles vendrían a saludar con sus sonrisas más falsas para desearnos una larga vida y prosperidad para todo el reino, especialmente para ellos y sus bolsillos. Buitres. Todos eran un montón de buitres y seguramente alguno de ellos mato a mi hermano y a mi suegro.

Thomas apreto mi mano sacandome de mis pensamientos. Lo mire y vi que hacía señas hacía el arzobispo y lo mire mientras comenzaba a interrogarme y le respondía que si a todo. Fuimos a nuestros tronos y luego de recibir todas las joyas y adornos, empezo el juramento de vasallaje. Como rey mata reina, fui la primera en prestarle vasallaje. Luego fue su turno de prestarme vasallaje a mi y sonreí al verlo arrodillado frente a mi mientras hablaba. Mi ego estaba en su máximo esplendor al ver a mi esposo de rodillas delante de mi y sonreí al ver a la cantidad de hombres que haría lo mismo. Una parte oscura y secreta en mi interior sintio que esto era lo correcto, los hombres arrodillados ante sus mujeres

-Yo, Thomas Chrstopher Kroner, rey de Inglaterra, me convierto en vuestro vasallo y devoto servidor en la tierra, y, leal y honestamente, os juro vivir y morir en vuestra defensa contra cualquier enemigo. Que Dios me ayude.

Beso mi mano y sonrei mientras lo miraba sentarse a mi lado. Comencé a tener unas ideas no muy apropiadas y me dedique a mirar aburridamente como todos iban lentamente prestando vasallaje. Cuando terminaron, nos pusimos de pie y fuimos hasta el palacio. Allí, nos sentamos en los tronos del salón y todos empezaron con sus "¡Larga vida al rey!" "¡Larga vida a la reina!". La música empezo y los mire sin mirarlos.

-¿Jane? -lentamente lo mire y el tomo mi mano- ¿Estas bien? Te noto bastante distante.

-Solo pienso en la ironía de la vida y lo hipocrita que es la naturaleza humana.

Till Death Do Us PartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora