Till Death Do Us Part

8. Makenna

Pasaron un par de días luego de que Thomas me atacara. Arthur había cumplido su palabra y ahora tenía guardias vigilando la puerta de mi habitación. Por suerte no lo había vuelto a ver.

Mis días no eran tan caóticos como había imaginado. La compañía de Arthur, mi suegro, era agradable y también me había liberado de Carmen.

Estaba prestandole atención a Arthur cuando la puerta se abrio y vimos a un criado entrar.

-Majestad, Alteza, la señorita Heidi -se hizo a un lado y vi entrar tímidamente a mi dama de compañía.

-¡Makenna! -sonrei y corrí a abrazarla.

-¡Jane! -nos abrazamos fuerte y reímos como niña.

-No tienes idea de la falta que me haces -la abrace más hasta que recorde que no estabamos solas y me separe de ella- Majestad le presento a mi dama de compañía Heidi. Heidi, el es mi suegro, el rey Arthur Kroner.

-Majestad -ella hizo una reverencia.

-Es un placer conocerla, espero que pueda adaptarse bien a nuestras costumbres.

-Si Majestad.

-Majestad... -lo mire mientras pensaba en como formular la pregunta.

-Ve tranquila.

Sonrei y salimos de ahí. Vi a la bruja de mi suegra con Carmen y suspire.

-Veo que tu... dama ya esta aquí -vi como la miraba con desprecio.

-Su nombre es Heidi -dije con firmeza y la mire.

-Majestad -vi a Heidi hacerle una reverencia.

Luego de mirarnos con odio y desprecio se fue. Suspire de alivio y fuimos a mi habitación, me sorprendí al ver 2 baules.

-Al fin solas -le dije.

-No quiero ser paranoica pero este lugar parece tenebroso y frío.

-Veo que no soy la única -sonrei- ¿que es eso? -señale los baules.

-Tu ropa, maquillaje y cosas tuyas.

-¿De verdad? -fui a abrir un baúl y vi mis vestidos. Los abrace fuerte- te amo Makenna, bendita seas. No tienes idea de lo mucho que extraño mi ropa.

-Lo se. Tu padre no me quería dejar traerte nada pero Alec me hablo de este lugar y del vestido que tenías así que no lo dudamos. El me ayudo a empacar tus cosas y las metimos en el carruaje de inmediato. Veo que no exageraba, ¿que es esa tela? ¿y ese color? Pareces una anciana -dijo con horror.

-Lo se, esta tela es incomoda y estos colores tan apagados... Estoy segura que esa bruja de mi suegra los elegio, ademas me quedan grande.

-Si... ¿Qué vestido quieres ponerte?

-Eres mi salvadora -sonrei mientras rápidamente me ayudaba a quitarme el vestido y me ponía uno azul con dorado de seda -ahora si me siento mejor -dije satisfecha.

-Ahora pareces viva.

Ella acomodo mis vestidos en el armario reemplazando los que habían elegido para mi. Luego nos sentamos y empezamos a hablar de todo. Se divirtio cuando le hable de mi noche de bodas. Tuve que explicarle como obtuve mis marcas ya que se horrorizo al verlas mientras me ayudaba a cambiarme.

-¡Es una bestia! ¿Como es que tu padre te dejo casarte con eso?

-Mi padre no lo sabía y no puedo decirle porque acabo de enterarme que miles de personas dependían de esta boda.

-Es horrible estar en tu lugar.

-Lo se... Quiza estoy loca pero hubiera preferido que el rey Arthur fuera viudo y mi padre me hubiera casado con él. Thomas es algo atractivo pero Arthur me entiende perfectamente.

-¡Jane! Tiene la edad para ser tu padre, que asco.

-Lo se, es una lástima.

-¿Que haras con Thomas?

-No lo se... Él es quien debe pedir disculpas, yo no pienso ceder o buscarlo, no soy como esas tontas que se dejan humillar.

-Ya lo se, creo que nadie le gana a tu orgullo -ambas reímos y la mire.

-¿Sabes lo que quiero hacer? -la mire con una sonrisa traviesa.

-¡Oh no! ¡No! ¿Estas loca?

-Por favor, quiero hacerlo, me volvere loca si sigo atrapada aquí.

-Es muy peligroso y ahora no tienes la protección de Alec.

-No la necesito, se cuidarme. Dime que me ayudarás hermosa Makenna.

-Estas loca, si te descubren te mataran.

-Dime que trajiste esa ropa.

-Alec me convencio, si es por mi la quemaba.

-Lo hare aunque no quieras -sonrei.

-Eres muy terca.

-Gracias.

-Dime más sobre tu nueva familia.

Sabía que era un intento para distraerme pero no haría que lo olvidara. Suspire y empece a hablarle de todos.