45. La hora de la verdad

415 30 3
                                    

- ¡Oh dolor! ¡Dolor! El Tiempo come la Vida,
y el misterioso Enemigo que el corazón nos roe,
crece y se fortifica con la sangre que nos roba.
(Charles Baudelaire)
*****

-No tienes idea de cuanto desee esto. Desde la primera vez que te vi supe que era así como debíamos estar. Siempre supe que te cansarías de mi hermano y vendrías a mi.

-Lo bueno tarda en llegar.

-Sí... -se acerco lentamente con intención de besarme, dandome el tiempo justo de mover mi cabeza y sentir sus labios en mi mejilla.

-¿Te gustaría acompañarme y beber algo?

-Claro, por ti hare lo que quieras.

-Entonces ve a la cama y ponte cómodo -sonreí.

Él se quito las botas y el saco antes de acostarse en la cama, reí y le di la espalda para servir el vino. Con todo el cuidado del mundo me quite mi anillo, retire la parte superior de la gema para dejar caer 3 gotas de la pócima que el brujo me vendió. Espero que realmente obligue a decir la verdad a quien la bebe porque estare en graves problemas si esto falla. Coloque el anillo en su lugar y sonreí mientras me dirigía a la cama y le entregaba la copa.

-Aquí tiene milord.

-Gracias. -vi con satisfacción como bebía todo el contenido en un solo trago- Ahora sí, debemos aprovechar estos instantes antes de que noten vuestra ausencia.

-No tan rápido. -jugue con los botones de su camisa y lo mire tímidamente- Hablame. Me gusta el sonido de tu voz.

-¿Queréis que recite poesía? -vi como parpadeaba confundido, desenfocando su mirada y dejando caer la cabeza como si le costara permanecer despierto. Supe que ese era el momento perfecto para atacarlo con preguntas. Para verificar que la pócima realmente funcionara, busque alguna pregunta sencilla.

-¿Tu nombre es Tove Kroner?

-Si -dejo caer su cabeza en la almohada mientras arrastraba un poco su voz.

-¿Cuantos hermanos tienes?

-2 -sonrió y estiro su mano para acariciar mis pechos. Atrape su mano antes de que me tocara y me aleje un poco.

-¿2? -dije confundida ya que solo conocía a Thomas. Sabía que había un tercer hijo pero supuse que estaría muerto.

-Sí 2. Esta Tommy que es el mayor, luego estoy yo y luego esta Jamie que es el más chico.

-¿Dónde esta Jamie?

-En Roma con el Papa -se comenzo a reír de algo y me miro- Jamie es bueno y me salvo de ese destino. Ya sabes como es, el mayor hereda todo, el segundo va a la Iglesia y el tercero se va al ejército. Los Kroner hacemos todo mal porque el mayor fue al ejército, el menor a la Iglesia y el del medio se queda con el reino. Si... El reino será mio.

-¿Como serás rey? Thomas esta vivo y si llegamos a tener hijos, el mayor sería rey -lo mire confundida.

-Tal vez, pero eres reina de Italia y tus hijos pueden elegir quedarse en Italia, igual que tu y Thomas, ustedes pueden irse a Italia y yo me convierto en el rey de Inglaterra. Mamá va a estar orgullosa cuando eso pase y todo habrá válido la pena.

-¿Todo qué? -pregunte con cautela.

-El plan de mamá para enviarte lejos de Londres, a ti y a Thomas. Sí no hubiera perdido el tiempo con la tonta de la princesita de Francia, la guerra no hubiera existido, ustedes estarían lejos y yo sería el rey. La reina madre estaba haciendo un plan y casi lo arruino con mi tonterias. En mi defensa puedo decir que yo no sabía el plan.

Till Death Do Us PartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora