Desperte muy temprano por culpa de una pesadilla, mire por la ventana y vi que estaba amaneciendo. Rara vez veía un amanecer por lo que tome mi bata y fui a la ventana.
Se veía el sol en el horizonte, rodeado de nubes con unos tonos dorados, naranjas, rojos. El cielo en tonos púrpura y las montañas negras. Era lo más hermoso que había visto y si tuviera mis lienzos y pinceles lo pintaría.
Estaba tan perdida contemplando el amanecer que no escuche unos pasos detras de mi y me asuste cuando una voz me habla.
-Cierra esa ventana mujer. El sol me molesta.
Me di vuelta y vi a mi flamante esposo completamente borracho. Genial. Ni una semana y ya se emborracha.
-¿Dónde estabas? -pregunte seria.
-No bonita... No vasss... A hacerrrmee prrreguntassss....
El olor era insoportable y su aspecto era peor.
-Haz lo que quieras pero no me fastidies -dije con odio mientras volvía a ver el amanecer. Fui una estupida por pensar que tal vez podría llevarme bien con el.
De pronto sentí que él tomaba fuerte mis hombros y me tiraba al piso. Aterrice cerca de la cama y por pura suerte no me golpee en la cabeza.
-¿Qué crees que haces? -le grite. Vi que se quitaba el cinturón y empece a retroceder.
-¡Eres una maldita ramera! ¡Si te digo que hagas algo entonces hazlo! -me grito furioso.
Antes de que me diera cuenta me pego con el cinturón en la cara. Grite y antes de que pudiera golpearme de nuevo lo tome del pie y tire fuerte haciendo que se cayera al piso. El gruño y rápidamente intente subir a la cama pero el me atrapó.
-¡A donde te crees que vas?
Quise escapar pero me sostenía muy fuerte.
-Sueltame -dije firmemente mientras trataba de escapar.
-Ahh... ¿La niñita italiana no quiere jugar? Quiza deberíamos tener nuestra noche de bodas ahora, no crees -comenzo a levantarme la falda de mi camisón y con la otra mano me apreto el cuello.
Trate de empujarlo cuando vi que había dejado un arma en una mesita así que golpee su entrepierna haciendo que gritara y me soltara. Corrí hasta la mesita y tome el arma. Antes de que él pudiera moverse le apunte.
-Si te mueves un centímetro disparare y no me importa si eres mi esposo -le grite y el se burlo.
-Eres una niña, ni siquiera sabes usar eso. Quiza eres algo maleducada con tu esposo y no obedeces pero no sabes usar eso.
Si supieras de lo que soy capaz querido.
Lo mire a los ojos y dispare cerca de él haciendo que se asustara.
-No te metas conmigo. Podre parecer frágil pero no lo soy.
Antes de que ambos pudiéramos hacer algo, la puerta se abrio y entro Carmen junto a 3 guardias.
-¡Princesa! -me miro asustada y tire el arma mientras iba hasta la ventana -¿Qué esta pasando?
-No me dejo besarrrla... -vi como se tambaleaba.
-¿Esta borracho?
-Mujeres tan inutiles, traedme mas vino.
Le di la espalda y mire el paisaje mientras Carmen ordenaba que se lo llevaran. Se supone que yo debería dar las ordenes pero no tenía animos.
-Princesa... -sentí a Carmen tocarme suavemente donde el me había apretado y me queje un poco- ¿Se encuentra bien? ¿Que paso?
-Vete, no necesito de ti.
-Pero...
-¡Vete! -grite y apreté el marco de la ventana hasta que mis nudillos quedaron blancos.
-Si Alteza -ella se fue y comence a llorar. En este momento es cuando más necesitaba a mi hermano o a mi dama.
Me quede bastante rato en la ventana y lentamente me di vuelta. Vi el desorden que quedo y fui a vestirme.
Mi piel al ser muy clara era más sensible y facilmente marcable. Tenía marcas en el cuello, en los hombros y en la mejilla donde el cinturón me pego. Deje de verme en el espejo y me puse un vestido rosa palido para que no resaltara mucho mi piel. Cubrí mi cuello con una bufanda de seda y me aplique maquillaje para cubrir la marca de mi mejilla. Solté mi cabello y me peine para cubrir un poco mas la marca.
Fui a desayunar y ni bien me vieron comenzaron el interrogatorio.
-¡Querida! ¿Estas bien? Carmen nos dijo... -antes de que siguiera la interrumpi.
-Estoy bien y preferiría no hablar -de mala gana me sente y trate de desayunar pero fue imposible.
-Sabes que puedes contarnos todo. No puedo creer que mi hijo...
-¡Basta! -dijo el rey- si ella no quiere hablar entonces que no se le obligue a hacerlo.
Le sonrei como agradeciendole y pudimos terminar el desayuno en paz. Luego de eso el rey me pregunto.
-Jane, ¿te encuentras bien para acompañarme o...?
-Me encuentro perfectamente Majestad.
-De acuerdo, entonces vamos.
La reina ya estaba empezando a protestar pero la ignoramos y fuimos al despacho del rey. Me sente frente a él y espere a que empezara.
-Ahora que estamos solos, dime que paso.
No quería hablar pero decidi hacerlo por la confianza que el estaba demostrando al enseñarme como cuidar su reino siendo yo extranjera.
-Su hijo llego borracho y me ataco, le quite su arma y me defendí. Estaba dispuesta a herirlo si el me volvia a tocar.
-Esto no esta bien.
-No pienso callar esto Majestad, sois muy bueno pero debo decirle esto a mi padre y estoy segura de que el me vendrá a buscar.
-Por favor no lo hagas.
-No quiero quedarme aquí, no me gusta este lugar y no me quedare a esperar que esto pase de nuevo. Hare mis maletas y cuando mi dama llegue le dire al cochero que me lleve junto a mi padre.
-No. Fue muy díficil casar a mi hijo, si le dices a tu padre todos se enteraran y sera la ruina de este reino. Nadie querra hacer tratos en el futuro con un rey abusador y sin esposa.
-¿Acaso debo tolerar esto? -pregunte incrédula.
-Haré que tengas guardias a tu lado las 24 horas del día y ambos dormiran en diferentes habitaciones hasta que ustedes crean que estan listos para dormir juntos.
-No puedo creerlo.
-Por favor princesa. Tomare todas las medidas necesarias para que esto no se repita.
-Siempre creí que mi reino se arruinaría si esto fallaba.
-Ambos nos necesitamos. Tu padre necesita guardias y armas para defenderse, tengo bastantes y puedo brindarle los que necesite. Sin embargo yo necesito alimento, estamos teniendo malas cosechas y las tierras de tu padre producen mucho y el nos brinda alimentos. Dime, ¿quien pierde más si este matrimonio falla?
Me levante y comence a caminar por todo el lugar.
-¿Debo sacrificar mi vida y salud para que la plebe no muera de hambre? Ni siquiera es mi gente.
-Este reino ahora es tuyo, seras la reina algún día -lo mire algo asustada y el se acerco para poner su mano en mi hombro- los reyes y príncipes deben hacer sacrificios para el bien de la plebe. Cargamos con el peso de miles y miles de vidas en nuestros hombros.
Aparte la mirada y me aleje, luego me deje caer en una silla y lo mire -No le dire nada a mi padre.
-Gracias -el se sento en su silla- ¿aún quieres aprender?
Suspire y fui a sentarme frente a el para que me enseñara y me dijera que hacer.
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Till Death Do Us Part
FanfictionEl reino Vulturi y el reino Kroner estan pasando por momentos difíciles. Por ese motivo, ambos reinos deciden unirse mediante el matrimonio del príncipe Kroner y la princesa Vulturi. Durante la noche de bodas, el príncipe Kroner y la princesa Vultur...