29. Matar o morir

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Era una cálida mañana en el Canal de la Mancha. Una suave neblina cubría la superficie del mar, mientras el cielo estaba teñido con tonos rosa y dorado. La flota inglesa y la flota francesa estaban una frente a otra, esperando pacientemente a que el enemigo inicie el ataque. El rey Kroner se hallaba en un barco, a una buena distancia de su flota, observando cualquier mínimo movimiento de sus enemigos.

Era bien sabido por todos, que la fortaleza de los ingleses se encontraba en el mar, ya que, desde tiempo inmemoriables, debieron lanzarse al mar para poder estar en contacto con el resto del mundo.

-¿Qué estan esperando esos perfumados? -dijo el rey Kroner intrigado.

-No lo se majestad -le respondió el capitán Sparrow.

En el extremo opuesto del canal, se encontraba el rey francés y sus consejeros, discutiendo la posibilidad de atacar o esperar el primer golpe.

-Los ingleses pueden ser muy pacientes cuando quieren -dijo un conde.

-Es mejor atacar ahora- dijo un duque.

-Vamos a esperar para ver que tan paciente es el nuevo rey. Ellos querían guerra, así que ellos deben iniciar el ataque.

Las horas pasaron y los soldados estaban expectantes y deseosos de poder comenzar una batalla épica. El sol se encontraba en su punto más alto cuando ambos reyes perdieron la paciencia y dieron la tan esperada orden. Los cañones empezaron a ser disparados al tiempo que los barcos avanzaban hacía el bando enemigo.

En diversas partes del viejo continente, en las distintas fronteras, todos comenzaron a luchar. Algunos en nombre de Inglaterra. Otros en nombre de Francia. Como si estuviesen perfectamente coordinados, la lucha por tierra empezo en el mismo instante que la lucha por mar.

Las explosiones comenzaron a causar sus daños. Las espadas chocaron unas con otras con gran destreza y presión. La sangre empezo a teñir el suelo.

Al igual que Baudelaire, quien veía la belleza en lo que otros consideraban pecado y horror, los homeridai de cada reino comenzaron a dejar constancia de todo lo que veían, de la forma más poética posible.

La antigua reina inglesa, junto a sus damas de compañía, comenzo a rezar para que su hijo mayor pudiera volver a casa sano y salvo, además de volver con una nueva victoria para ser recordado.

Pasando los Alpes, la reina italiana se encargaba de resolver sus propios problemas durante el día. Durante la noche, imploraba en secreto para que la guerra finalizara pronto y su rey egocéntrico volviera a su lado.

En una fría y sucia calle, un caballero elegantemenre vestido, espero pacientemente a que llegara un hombre de mediana edad. Luego de esperarlo por tres cuartos de hora, el hombre llego.

-Al fin llegas.

-Lamento la demora señor, los huesos a veces impiden que uno se mueva con la agilidad deseada.

-No me importan sus achaques señor -el caballero le entrego un delicado paquete al hombre al que estuvo esperando- necesito que vaya a Italia, exactamente al castillo de Volterra, para entregarle este obsequio a la reina Jane Kroner, o Jane Vulturi, no se como se hace llamar allí.

-Es un paquete muy bonito, ¿por qué no se lo dais vos en persona a la reina Jane?

-Porque no siento el más mínimo deseo de verla en este momento -el caballero se quito una pequeña bolsa del cinturón y se la entrego al hombre- considerad esto como un adelanto. Necesito que ese paquete llegue a sus manos el día 11 de agosto. No me importa que camino debais hacer, con lo que os acabo de dar es mas que suficiente para que viajeis cómodamente y el paquete llegue ese día. 11 de agosto, recordad ese día.

-11 de agosto, muy bien. ¿Algo más?

-Sí... Deseo que partais de inmediato para llegar ese día. Si dejáis de hacer preguntas y hacéis lo que os dije de forma discreta, os dare el doble de lo que acabo de daros.

-Muy bien señor.

El hombre guardo la bolsa con el dinero y el paquete cuidadosamente antes de irse. El caballero espero un rato antes de caminar y dirigirse a su hogar.


Sí, se que es muy corto pero guerras y narrador omnisciente no son mi especialidad, por lo que hice el mejor intento. El próximo vuelve a ser desde el punto de vista de Jane.

Till Death Do Us PartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora